San Felano de Escocia | |
San Felano, abad
En Escocia, san Felano, abad del monasterio de San Andrés, notable por su vida austera y por haber vivido en la soledad.
Fue hijo de santa Kentigerna, y consecuentemente irlandés de nacimiento; se dice que tomó el hábito monástico en Taghmon, Wexford, bajo la regla de San Fintan-Munnu; más tarde se trasladó a Escocia. Luego de pasar un tiempo con su tío san Comgan en Lochals, el santo se consagró a la evangelización del distrito de Perthshire, en torno a Strathfillan, tal como se llamó después de él, y donde es grandemente venerado: el éxito de los escoceses en Bannockburn (1314) se atribuyó a la presencia del brazo de san Fillan, que estaba en custodia del abad de Inchaffray en el campo de batalla. El báculo del santo aun existe, y está conservado en el Museo Nacional de Edimburgo.
Se encuentran rastros del santo en los lugares donde predicó. Por ejemplo, Killallan o Killellen, una antigua parroquia en Refrenwshire, toma su nombre de él: era originalmente Kilfillan (iglesia de Fillan). Cerca de las ruinas de la vieja iglesia, situada próxima a Houston (Refrenwshire), hay una piedra llamada "Fillan's Seat" (Asiento de Fillan), y existió un manantial llamado "Pozo de Fillan" hasta que fue rellenado en el siglo XVIII, por considerarlo un vestigio de superstición, por un ministro de la parroquia. Otros pozos santos llevan su nombre en Struan (Perthshire), Largs y Skelmorlie (Ayrshire), Kilfillan (Wigtonshire), Pittenweem (Fifeshire), etc. Una feria que se celebraba anualmente en Houston y otra en Struan, eran conocidas como Feria de Fillan. En Strathfillan están las ruinas de la capilla de San Fillan, e importante es la Santa Piscina, en la cual los locos eran bañados para obtener la cura por intercesión del santo. Walter Scott se refiere a ella en Marmion (Cant I. XXIX):
«Bendita fuente de San Finlan
cuyo manantial puede disipar sueños frenéticos
y restaurar el cerebro de los locos.»
El Papa León XIII aprobó su culto local en 1898, en un decreto donde se reconoce el culto de varios santos escoceses.
Michael Barrett, "Saint Fillan" en The Calendar of Scottish Saints, 1919. Acta Sanctorum, enero, I, pág 594. Aprobación del culto: Acta Sanctae Sedis 31 (1898-99) pág. 117.
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Santas Agata Yi y Teresa Kim | |
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Santas Agata Yi y Teresa Kim, mártires
En Seúl, en Corea, santas mártires Agata Yi, virgen, cuyos padres murieron también mártires, y Teresa Kim, viuda, que, encerradas en la cárcel, primero fueron azotadas y después degolladas.
El año memorial del martirologio coreano se abre el 9 de enero con dos mujeres, una joven y una mayor, que inauguran el grupo de los 103 mártires coreanos canonizados por SS Juan Pablo II en 1984. No es que estas fueran las primeras mártires coreanas, porque murieron en 1840, y la persecución llevaba ya un tiempo, pero son las primeras en el orden de meses.Águeda Yi -o Ni- era una joven de 16 años, virgen, ferviente católica, cuyo padre, san Agustin Yi -o Ni-, y su madre había sido martirizados el año anterior. El ministro Tsio Tieng-bien-i, tomando como pretexto la edad, quiso librarla de la muerte, consiguiendo para ella la prisión; pero más bien padeció allí horribles torturas, no solo por soportar el hambre y la sed, sino por tener que defenderse, con sólo sus manos y la ayuda de Dios, de los infames carceleros que amenazaban su castidad. Había nacido en Seul en 1824.Junto a ella padeció Teresa Kim, de no mucha edad -habia nacido en Myeoncheon, Chungcheong-do en 1797, y tenía por tanto 43 años-, pero que era ya viuda. Teresa era tía por parte de padre del futuro mártir san Andrés Kim Taegòn, primer sacerdote nativo de Corea, que sufrirá el martirio en 1846. Teresa había visto morir en prisión por la fe a su marido (José Son Len-ou-ki, no canonizado aun), y ella continuará como viuda dando ejemplos de virtud. Ayuna con frecuencia y ayuda en las tareas más humildes a los misioneros. En la persecución de 1839 estaba en casa del obispo, y no huyó rápidamente, por lo que fue encarcelada.
Las dos mujeres soportaron con paciencia las vejaciones, latigazos y todo género de torturas durante 11 y 7 meses de prisión, respectivamente, hasta que fueron estranguladas (otros documentos dicen decapitadas).
"L'Histoire de l'Eglise de Corée" (1874), en dos volúmenes, de Charles Dallet. En este caso el martirio está contado en la página 229 del volumen II.
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