Los atacantes irrumpieron en la aldea enfrentándose primero a los militares que se encontraban allí. “Después de eso, descendieron sobre la población y empezaron a disparar al azar. La gente comenzó a correr en busca de refugios, momento que los atacantes aprovecharon para prender fuego a los establos y los graneros de los aldeanos” nos cuenta un testigo que permanece en el anonimato por cuestiones de seguridad.
Sobre las 3 de la mañana se recibió apoyo militar desde la región de Mokolo y los atacantes fueron obligados a retirarse, sin embargo, el daño ya estaba hecho 60 casas (mayormente de cristianos) fueron quemadas y saqueadas junto a 11 tiendas y al menos dos motocicletas robadas. Dos iglesias cristianas fueron también dañadas en el asalto.
Un líder de una de las iglesias locales comentaba lo siguiente tras el ataque:
"Estoy feliz y agradecido a Dios porque no se perdió ninguna vida humana. Sin embargo, muchos creyentes me llamaron para decirme que sus casas habían sido quemadas. Intentaron forzar la entrada a la iglesia y saquearon mucha comida almacenada en los graneros. Los fieles están desmoralizados y muchos han pensado en irse. Durante los últimos seis años, la situación ha sido muy dura para ellos y muchos incluso le han pedido al oficial de división que les muestre un pedazo de tierra en algún lugar donde puedan asentarse hasta que todo esto haya pasado. Se les animó a quedarse y se les dijo que se reforzaría la seguridad. Ellos están cansados. Nosotros estamos cansados."
Otro líder también dijo:
"La gente aguanta, pero no es fácil para ellos. Los atacantes saquearon muchas propiedades. Incluso regresaron esta mañana temprano y dispararon. Y antes de retirarse, amenazaron con regresar. Ante esta situación, muchos pierden la Fe
¡Por favor ora por nosotros! Necesitamos la ayuda de sus oraciones".