Santa Úrsula Ledóchowska, virgen y fundadora
fecha: 29 de mayo
n.: 1865 - †: 1939 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 20 jun 1983 - C: Juan Pablo II 18 may 2003
hagiografía: Vaticano
n.: 1865 - †: 1939 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 20 jun 1983 - C: Juan Pablo II 18 may 2003
hagiografía: Vaticano
Elogio: En Roma, tránsito de santa Úrsula
(Julia) Ledóchowska, virgen, que fundó el Instituto de Religiosas Ursulinas del
Sagrado Corazón de Jesús Agonizante, y afrontó fatigosos viajes a través de
Polonia, Escandinavia, Finlandia y Rusia.
Nació el 17 de abril de 1865 en Loosdorf
(Austria), segunda de nueve hijos. Su madre, de nacionalidad suiza, descendía
de una familia noble; su padre procedía de la antigua y noble familia polaca
Ledóchowski, en la que destacaron hombres de Estado, militares, eclesiásticos y
personas consagradas. Creció en un clima familiar lleno de amor y
exigente. María Teresa,
su hermana mayor, fundadora de las Misioneras de San Pedro Claver (Hermanas
Claverianas), conocida como "madre de África", fue beatificada por el
Papa Pablo VI en el año 1975; su hermano Vladimiro, un año menor que ella, fue
superior general de la Compañía de Jesús de 1915 a 1942. Otro de sus hermanos,
Ignacio, general del ejército polaco, murió asesinado por los nazis en el campo
de concentración de Dora-Nordhausen, el año 1945.
En 1883 la familia se trasladó de Austria
a Polonia. Tres años después, Julia entró en el convento de las Ursulinas de
Cracovia. Durante la profesión religiosa, emitida en 1889, tomó el nombre de
María Úrsula de Jesús. Destacó por su amor al Señor, su talento educativo y su
sensibilidad ante las necesidades de los jóvenes en las difíciles
circunstancias sociales, políticas y morales de su tiempo. En 1904 fue elegida
superiora del convento de Cracovia. En ese tiempo emprendió valientes
iniciativas apostólicas. Abrió un internado para jóvenes universitarias -el
primero en Polonia-, donde las muchachas no sólo pudieran encontrar un lugar
seguro, sino también una sólida formación religiosa: organizaba la Congregación
mariana y cursos para profundizar la visión cristiana de la vida, dirigidos por
eminentes teólogos.
Convencida de la necesidad de cambiar las
Constituciones según las nuevas necesidades pastorales, se dirigió a Roma en
1907. En una audiencia, propuso al Papa Pío X realizar su trabajo apostólico en
el corazón de la Rusia hostil a la Iglesia. Con la bendición del Vicario de Cristo,
ese mismo año, al concluir su cargo de superiora del convento de Cracovia,
acompañada de otra religiosa, ambas vestidas de civil, pues la vida religiosa
estaba prohibida en ese país, partió hacia San Petersburgo. Las religiosas
vivían en la clandestinidad y, aunque eran vigiladas continuamente por la
policía secreta, realizaban una intensa labor educativa y de formación
religiosa, también con vistas a promover buenas relaciones entre polacos y
rusos. En 1908, la Santa Sede, a causa de las grandes dificultades de
comunicación, aprobó la erección canónica de la casa de San Petersburgo como
casa autónoma, con noviciado. La madre Úrsula fue nombrada superiora. Al año
siguiente, la actividad del convento se extendió a Finlandia, donde construyó
una escuela con internado para muchachas.
Cuando estalló la primera guerra mundial,
en 1914, la madre Úrsula, al ser ciudadana austríaca, tuvo que salir de Rusia y
emigró a Escandinavia: primero a Suecia y luego a Dinamarca, desde donde podía
mantener más fácilmente contactos con sus religiosas de San Petersburgo. Para
evitarles las consecuencias de la revolución bolchevique, trasladó la comunidad
a Estocolmo, donde fundó un instituto de lenguas para muchachas. En 1917 se
trasladó, con toda la comunidad, a Aalborg, en Dinamarca, donde abrió una casa
para niños huérfanos de los inmigrantes polacos. Durante el tiempo de su
estancia en Escandinavia, además de su apostolado educativo, trabajó
intensamente en la promoción del compromiso ecuménico. Asimismo, colaboró con
el Comité de ayuda a las víctimas de la guerra en Polonia, fundado por Henryk
Sienkiewicz, famoso escritor polaco premiado con el premio Nobel por su libro
«Quo vadis?».
La casa de sus religiosas se convirtió en
un apoyo para la gente de diversas orientaciones políticas y religiosas. Su
amor ardiente a la patria iba unido a la apertura a los otros. Cuando le
preguntaban cuál era su orientación política, respondía sin vacilar: «Mi
política es el amor». En ese tiempo, la Santa Sede le concedió el permiso para
transformar su convento autónomo de Ursulinas en la congregación de Hermanas
Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante. La espiritualidad de la
congregación se centra en la contemplación del amor salvífico de Cristo y en la
participación en su misión por medio de la labor educativa y el servicio al
prójimo, especialmente a los que sufren, a los que viven en soledad, a los
marginados y a los que buscan el sentido de su vida.
Úrsula educaba a sus religiosas para amar
a Dios sobre todas las cosas y en Dios a toda persona humana y a toda la
creación. Recomendaba, como testimonio creíble de una relación personal con
Cristo, la sonrisa, la serenidad de espíritu, la humildad y la capacidad de
vivir la vida ordinaria como camino privilegiado para la santidad. Ella misma
era un ejemplo notable de ese tipo de vida.
Murió en Roma el 29 de mayo de 1939. Fue
beatificada por el Papa Juan Pablo II el 20 de junio de 1983 en Poznan, y
canonizada pro el mismo papa el 18 de mayo de 2003 en la basílica de San Pedro.
fuente: Vaticano
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