Santa Eufemia, mártir
fecha: 16 de septiembre
†: c. 303 - país: Turquía
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: c. 303 - país: Turquía
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Calcedonia, en Bitinia, santa Eufemia, virgen y mártir; que, según
tradición, después de sufrir bajo el emperador Diocleciano y el procónsul
Prisco numerosas torturas por Cristo, al final de su combate alcanzó la corona
de la gloria.
Patronazgos: para pedir buen tiempo.

La ciudad de Calcedonia sirvió como escenario
para el martirio de santa Eufemia. En cuanto la doncella se negó a tomar parte
en un festival en honor del dios Ares, fue aprehendida por los perseguidores y,
puesta a merced de un juez inhumano, llamado Prisco, sufrió crueles torturas
hasta perder la vida. Los tormentos a que fue sometida se hallan representados
en una serie de frescos pintados en la iglesia dedicada a ella en Calcedonia,
tal como los describió san Asterio de Amasea en su panegírico sobre la santa.
Ahí se ve que un soldado le sostiene la cabeza en tanto que otro, armado con un
mazo, le asesta furiosos golpes en la cara para romperle los labios, los
dientes, la nariz y las quijadas, de manera que todo el rostro, la cabellera y
las ropas de la santa, aparecen bañados en sangre. Luego de sufrir muchos otros
tormentos, la arrojaron a las fieras, que rondaron en torno al cuerpo
destrozado sin atreverse a tocarlo, hasta que un oso lo devoró.
Las actas de Santa Eufemia no tienen valor
histórico puesto que consisten, sobre todo, en una lista de torturas que ella
soportó milagrosamente: «prisión, azotes, la rueda, el fuego, piedras pesadas,
fieras, latigazos, garfios y hierros candentes». Como quiera que haya sido, no
hay duda de que en Calcedonia hubo una mártir de ese nombre, cuyo culto fue antaño
muy popular y extenso en toda la Iglesia. El historiador Evagrio da testimonio
de que los emperadores, los patriarcas y gentes de todas las categorías hacían
viajes a Calcedonia con la esperanza de participar en las bendiciones y gracias
que Dios dispensaba a los hombres por intermedio de Eufemia, y se afirma que en
el lugar de su sepultura se realizaron muchos milagros. Ahí se erigió una gran
iglesia en honor suyo y, en el año de 451, se reunió en ella el cuarto concilio
general que condenó al monofisismo. Una leyenda dice que en aquel concilio los
Padres de la Iglesia católica se pusieron de acuerdo con sus oponentes para que
cada una de las partes en conflicto escribiese sus puntos de vista en un libro
y pedir luego a Dios Todopoderoso que mostrara, por un signo, cuál expresaba la
verdad. Se procedió de esta manera, y los dos libros sellados se depositaron en
el santuario de Santa Eufemia. Al cabo de tres días de plegarias, se abrió el
santuario: el libro de los monofisitas yacía a los pies de la mártir, pero el
libro católico se hallaba en su mano derecha. No es necesario decir que aquel
Concilio de Calcedonia se abstuvo de recurrir a semejantes métodos para sacar
sus conclusiones, pero sí parece que el hecho de que la histórica asamblea se
reuniera en la iglesia de Santa Eufemia, contribuyó al extraordinario prestigio
del que gozó la bendita mártir. En 1951, aniversario de aquel Concilio, el Papa
Pío XII invocó su nombre en la carta encíclica «Sempiternus Christus Rex». En
el Oriente se hace referencia a esta mártir como «Eufemia la Renombrada», y se
encuentra incluida entre los santos que se nombran en el canon de la misa del
rito milanés y en los preparativos que acostumbran hacer los rusos del rito
bizantino.
Por muy famosa que haya sido Santa Eufemia,
sus actas, de las cuales hemos dado algunos detalles, no tienen valor
histórico. Aparte del hecho de su martirio, no sabemos nada más sobre ella,
excepto que su culto fue muy antiguo y muy extenso. El papa san Sergio
(687-701) reconstruyó en Roma la iglesia dedicada a esta santa que, ya desde
entonces, estaba en ruinas. Ver el Acta Sanctorum, sept. vol. V y el Comentario
sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 187, 515.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 1859 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente
enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_3341
No hay comentarios:
Publicar un comentario