domingo, 21 de febrero de 2021

Domingo 1º de Cuaresma Ciclo B (21.02.2021): Marcos 1,12-15. La tentación es tocar poder y CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos. Domingo 13º: 21.02.2021.

 

La Cuaresma del PROGRESO

Creo que nadie podrá negar que este año fue muy especial la celebración de los carnavales. Estas celebraciones tan llenas de color y de calor anuncian, sin quizá ellas pretenderlo, la llegada de la Cuaresma de la tradición religiosa católica. Tradición cuaresmal que se inicia en la mitad de una semana, el Miércoles llamado de Ceniza. El paso del Carnaval a la Ceniza, se lo mire como se lo mire, no es posible realizarlo con normalidad. ¡Es tanta la distancia!

Desde el próximo miércoles 17 de febrero, hasta el domingo 28 de marzo habrán transcurrido cuarenta días. Fin de la Cuaresma e inicio de la semana por excelencia, la santa. Trato sólo de recordar estas cosas que todos sabemos bien porque desde niños nos las ha ido enseñando la luna con sus fases. Precisamente el día 28 de marzo tendremos la primera luna llena de la primavera. De norte a sur y de oeste a este el sol y la luna despertaron siempre la atracción de los seres humanos desde que comenzaron como cazadores hasta ahora mismo que nos atrevemos a hablar, como especialistas del progreso, de un mundo transhumano. ¿Qué será eso de progresar?

Creo que esta pregunta será muy oportuno hacérnosla al menos una vez cada cuatro días en este tiempo de la Cuaresma. Al menos yo me haré este ejercicio. Al menos en diez ocasiones desde ahora hasta el domingo de Ramos me volveré a preguntar ¿qué es eso de progresar?

Creo, a mi modo nada más, que el propio Jesús de Nazaret del que nos habló la Evangelista María Magdalena se hizo esta misma pregunta en los días de sus tentaciones de carnaval y de cuaresma en el desierto de los ángeles y de las bestias de la tierra.

Creo que esta misma pregunta se la hizo en muchas ocasiones un hombre de las tierras de Castilla con raíces francesas y llamado Miguel, el padre que imaginó entre los surcos de sus escritos tantas criaturas que nos hablaron del progreso como lo hacía el Isi de las 'Viejas historias de Castilla la Vieja': 'Y empecé a darme cuenta... de que... mientras el pueblo permanecía, la ciudad se desintegraba por aquello del progreso y las perspectivas de futuro'. Probablemente ahora el tal progreso sea regresar, como hacen a diario el sol y la luna, y volver a amanecer.

Y otro novelista (Ph. Claudel, Nancy, 1962) que me encandila también se pregunta en sus escritos qué es progresar. Su voz ya la hemos leído en la sembradura de estas presentaciones, pero recuerdo y cito que el Comisario del siglo XXI de su 'Archipiélago del perro' me dejó escrito: 'La gente nunca sabe realmente lo que tiene encima de la cabeza. Durante milenios colocaron a Dios... Luego, el ser humano... lo arrojó al cubo de la basura... Y se refugió en lo único que le quedaba: el progreso... Dele al hombre fuego, hierro y un martillo y en un abrir y cerrar de ojos forjará una cadena para sujetar a otro hombre... ¿Y ahora encima tenemos satélites!' (página 91).

¿Qué es progresar? La mejor respuesta la llevas en tus neuronas. No dejes de escuchar su voz. La voz de tus neuronas. Creo en ti. Quiero creer en ti. 

A continuación puedes leer los dos comentarios de la Buena Noticia del llamado Marcos y del llamado Isaías.

 

Domingo 1º de Cuaresma Ciclo B (21.02.2021): Marcos 1,12-15.

La tentación es tocar poder. Me lo digo y lo escribo CONTIGO,

 

Ya hemos llegado a la Cuaresma. Nuestra Iglesia católica se dedica desde ahora a la pastoral de su teología dogmática. Y, según mi modesta opinión, se olvida de la tarea evangelizadora. Evangelizar es compartir el enseñar y el aprender a leer y comprender el mensaje de la Biblia y, de manera muy particular, el mensaje de los cuatro Evangelios. El libro de texto de la Evangelización es la Biblia. En cambio, el libro de texto de la pastoral de la teología dogmática es el Catecismo, el de la Iglesia y de sus eclesiásticos.

 

Desde ahora, domingo a domingo, iremos a salto de mata en la lectura de los relatos evangélicos. Se nos han seleccionado dos relatos del Evangelio del Marcos y tres del Evangelio de Juan. Se le puede llamar a este recorrido de cinco semanas, el Camino de la Cuaresma Católica (CCC). Y de esta manera llegaremos al llamado domingo de Ramos y la Semana Santa.

 

El primer relato evangélico de la Cuaresma será Mc-Mg 1,12-15. Dos versículos dedicados al asunto de las llamadas ‘tentaciones de Jesús en el desierto’ (1,12-13). Y otros dos versículos dedicados a contar en síntesis qué hizo y dijo Jesús en su tarea evangelizadora (1,14-15). Dos precisas y preciosas síntesis redactadas por la mano y las neuronas de María Magdalena.

 

Marcos-Magdalena 1,12-13 nos informa de la estancia de Jesús en el desierto. Una cuarentena en la que se nos dice que estuvo acompañado por fieras y ángeles. Y se precisa en el relato que fue el Espíritu quien le colocó en un desierto así en el que fue tentado por Satanás. Estos son los curiosos cuatro elementos: Satanás y el Espíritu, las fieras y los ángeles. ¿Qué tentación o tentaciones tuvo el recién bautizado Jesús de Nazaret? ¿Una, dos, tres? Fue tentado. Es todo.

 

Quiero imaginar que los Evangelistas Mateo y Lucas leyeron este par de versículos y decidieron explicárselos a su manera y por eso nos describieron tres, ni dos ni cuatro, tentaciones que experimentó su Jesús de Nazaret. Nuestro Evangelio de Marcos-Magdalena sólo nos cuenta una tentación. Una. La tentación. El poder. La bestia que animaliza a la persona. Siempre he comprendido esta tentación deshumanizadora del poder como nos la ha dejado escrita e interpretada el libro de Daniel en sus capítulos séptimo, octavo y noveno. El poder es tentador.

 

El Jesús de Nazaret de este primer Evangelio escrito y compartido de siglo en siglo (y son ya XXI) dejó de lado en su vida todo poder y, sobre todo, el poder ser Dios. Cuando leo estos dos versículos no puedo dejar en el olvido, entre muchos textos de esta Buena Noticia, tres referencias: el ya recordado en estas páginas de comentarios, Mc 3,1-35; el revolucionario mensaje de Mc 8,27-33; y el tercero, el más radical, Mc 10,35-45. La tentación es el poder.

 

Este sorprendente Jesús del primer Evangelio (sea de Magdalena-de un tal Juan Marcos del que habla Lucas en Hechos-de la anónima mujer de 14,3-9-o de...) nos deja nítidamente transparente que cualquier atisbo de poder no le pertenece. El camino escogido por este judío y laico de Galilea fue colocarse al mismo nivel del más deshumanizado para acompañarlo hasta ser persona, colocarse al mismo nivel del más abajado, orillado, marginado, empobrecido... y acompañarlo hasta ser con él persona del mismo corro y a la misma altura. Carmelo Bueno H.

CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos.

Domingo 13º: 21.02.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...

¿YA HAS RECIBIDO "EL TIZONAZO"?

Todo lector, sorprendido por el título, antes de continuar con este ejercicio, debe leer Isaías 6,1-8. En el texto se encontrará con "el ascua encendida" que un serafín coloca con delicadeza (?) en los labios de Isaías. Imagino que el ascua y la acción debieron ser "teológico-simbólicos", porque si fueron reales e históricos mucho me temo que el profeta debe estar sintiendo todavía hoy los efectos del "tizonazo". Pero... situémonos en el texto citado y en su contexto existencial. Estamos en el año de la muerte del rey Ozías. Según las viejas crónicas, el año 740 a.C. Nuestro protagonista está en el templo de Jerusalén. Sentado como uno más de la asamblea judía. Y ahí, ve, oye, huele y medita.

¿Qué ve? Lo que hay en el templo y lo que éste es. El lugar de la presencia de Dios. Ve el "presbiterio" y los signos que hablan de esta presencia de Dios: trono, altar, imágenes de los serafines... y el manto de Dios que es todo el lugar sagrado. El esplendor es sublime. La belleza, divina. El lujo, la grandeza y el misterio de Dios.

 ¿Qué oye? El clamor de la asamblea, la alabanza proclamada al compás de la música y los instrumentos: "Santo, santo, santo..." La plegaria menudea, los salmos se suceden. El coro y la asamblea... "la tierra, señor de los ejércitos, está llena de tu gloria". El clamor es sublime y la polifonía lo manifiesta y lo revela. La emoción espiritual lo embarga todo. ¿Qué huele? Los aromas del incienso, el calor de la sangre de los sacrificios, los perfumes del ungüento, los aceites, las esencias de las ceras derretidas por el fuego. La respiración es profunda, intensa, emocionante. Todo el templo está lleno del suave y penetrante olor de la solemne y misteriosa santidad de nuestro Dios. ¿Qué medita el profeta? Yo soy un hombre de labios impuros y estoy en medio de un pueblo de labios impuros. Pero, ¿no es grandioso el lugar? ¿No es sublime la liturgia del templo? ¿No es magnífica la plegaria de alabanza del pueblo a su Dios? ¿Qué impureza mancha la solemnidad del momento sagrado? La impureza, al parecer, reside en el decir y no hacer. Habrá que leerse otros pasajes de este profeta para comprenderlo. Tal vez, los versos siguientes de este capítulo. Mejor, quizá, 1,11 y siguientes. En el lugar y tiempo sagrados se dice la plegaria, la alabanza, la súplica, la acción de gracias, la bendición... Y, luego, fuera de la sacralidad canonizada, en la vida de la familia y de la plaza y de la calle y de la ciudad y del pueblo y de la agricultura y de la pesca y del comercio y de la política y del descanso... se hace la injusticia, la deshumanización, la mentira, el robo, la opresión, la marginación, la humillación, el asesinato, el odio, el pecado... La asamblea reunida dice y no hace. Es una asamblea impura.

El contraste es tan fuerte que no es posible ser y permanecer insensible. La incoherencia es tan radical que no es posible permanecer en silencio. La interiorización que realiza el profeta le calienta el corazón y le revuelve las entrañas. ¡No es posible callarse! Es como si un tizón encendido le hubiera quemado en la boca. Lo que ve y oye dentro es tan distinto, tan contrario, tan enfrentado, tan mentiroso (es decir, tan diabólico) que no es posible callar por más tiempo: aquí estoy, mándame a mí. Es el discernimiento, la vocación y la misión del profeta todo en uno, en un tizonazo. La voz de la realidad es tan sangrante que se hace voz de Dios. El vacío del culto es tan evidente que sólo el cambio de actitudes puede llenarlo de sentido. Y esto es lo que se atreve a proclamar el profeta: el cambio, la conversión, la humanización. Hasta aquí lo de Isaías. Y, ahora... vuélvase, por favor, a "meditar" el título. Carmelo Bueno Heras, Educar hoy 48 (mayo-junio.1995).

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