Cumbre en Madrid: Margallo pide combatir el extremismo violento con la ley

El jefe de la diplomacia española propone el nombramiento de un enviado especial de Naciones Unidas que coordine el diálogo entre religiones frente al terrorismo

Madrid,  (ZENIT.orgIván de Vargas | 287 hits

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha propuesto este miércoles por la tarde el nombramiento de un enviado especial de Naciones Unidas que se dedique a coordinar todas las iniciativas de diálogo entre religiones con el objetivo de hacer frente común contra el terrorismo.
Margallo ha unido esta iniciativa a otra propuesta en la misma materia que ha hecho España en el seno de la ONU. Se trata de la creación de un tribunal penal internacional contra el terrorismo que pueda “acabar con la impunidad e imponer la ley” en aquellos países donde los tribunales nacionales no llegan a juzgar estos casos.
Estas dos sugerencias han sido realizadas por el ministro de Asuntos Exteriores durante su discurso de clausura del foro “Madrid+10 sobre Prevención y Lucha contra el Extremismo Violento”, organizado por el Club de Madrid y el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR, por sus siglas en inglés) del King's College de Londres, con el apoyo del Centro Internacional de Diálogo (KAICIID), la Comisión Europea, el Departamento de Estado de los Estados Unidos y el Ministerio de Asuntos Exteriores español, entre otros socios.
El jefe de la diplomacia española ha explicado que la figura del enviado especial pretende “armonizar todas las iniciativas que intentan favorecer el diálogo intercultural e interreligioso, en definitiva, el diálogo entre las gentes y no la intolerancia”.
“Se trata de trabajar todos juntos en la misma dirección, sumar esfuerzos en vez de dividir y eso se lograría con un enviado especial que coordine”, ha añadido, tras lo cual ha puesto como ejemplo la utilidad que tendría esta figura en las tensiones que se están produciendo entre palestinos e israelíes en Jerusalén.
Sobre el tribunal internacional, Margallo ha indicado que el propósito es crear una corte que pueda abordar los casos de terrorismo allí donde los tribunales nacionales “no pueden actuar” porque no tienen competencias para ello o no disponen de medios.
Para el ministro español, “el terrorismo es un fenómeno multifacético que requiere de una estrategia multidimensional”. Por este motivo, ha advertido de que se requiere de una mejor coordinación entre las distintas iniciativas.
“Existen demasiadas iniciativas demasiado poco coordinadas entre sí, lo cual hace que sean poco eficaces. Por eso hace falta un enviado especial en materia de diálogo que coordine todas esas iniciativas. El diálogo resulta esencial y es necesario coordinar esfuerzos”, ha insistido.
Refiriéndose a las distintas estrategias que se están llevando a cabo en Siria, con la coalición internacional liderada por Estados Unidos por un lado y los bombardeos de Rusia por otro, Margallo ha destacado que para luchar contra el terrorismo es necesario una acción conjunta, “estar unidos y trabajar juntos”.
En cualquier caso, el ministro de Exteriores ha recordado que la lucha antiterrorista debe mantener los principios de respeto a los Derechos Humanos y al Estado de Derecho. “Al terrorismo no se le combate con atajos, sino con toda la ley, pero solo con la ley”, ha dicho.
Además, el jefe de la diplomacia española ha asegurado que es necesario escuchar el relato de las víctimas del terrorismo, ya que su voz es la más autorizada para deslegitimar el discurso terrorista. “Los terroristas no son soldados de ninguna causa, no son héroes, son criminales. Los héroes son las víctimas y con ellas tenemos que contar siempre”, ha enfatizado.
Por último, Margallo ha llamado la atención sobre la vulnerabilidad de los jóvenes, sobre todo aquellos que se encuentran en paro, ya que su desafección y frustración les hace más vulnerables para ser captados por los grupos terroristas. La lucha contra el terrorismo se juega en las redes sociales, por lo que hay que desarrollar una “narrativa de paz y comprensión” frente a otra “con poco respeto hacia la vida y la dignidad humana”, ha concluido.