San Romualdo, anacoreta y padre de los monjes Camaldulenses, que, habiendo nacido en Rávena, deseoso de la vida y disciplina eremítica, viajó por Italia durante varios años, durante los cuales fundó pequeños monasterios y promovió la vida evangélica entre los monjes, hasta que terminó su labor en el monasterio de Val di Castro, en el Piceno.
En Milán, en la Liguria, santos Gervasio y Protasio, mártires, cuyos cuerpos fueron encontrados por san Ambrosio, que en este día los trasladó solemnemente a la nueva basílica que había edificado.
En los montes Vosgos, en el territorio de Burgundia, en Austrasia, san Deodato, obispo de Nevers, que fundó el monasterio que después recibió su nombre.
En el monasterio de Fécamp, en Neustria, de nuevo en la Francia actual, santa Quildomarca o Hildemarca, abadesa, que recibió cordialmente y atendió a san Leodegario, mutilado por Ebroino.
En Zaragoza, en Hispania, san Lamberto, mártir.
En Caltagirone, de Sicilia, beato Gerlando, que, caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, se entregó generosamente al cuidado de las viudas y de los niños huérfanos.
En Florencia, en la Toscana, santa Juliana Falconeri, virgen, que fundó las Hermanas de la Orden de los Siervos de María, llamadas por su hábito religioso «Mantelatas».
En Pesaro, en el Piceno, beata Miguelina, viuda, que entregó todos sus bienes a los pobres y, vestido el hábito de la Tercera Orden Regular de San Francisco, mendigando su pan llevó una vida humilde y muy disciplinada.
En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Sebastián Newdigate, Humfredo Middlemore y Guillermo Exmew, presbíteros de la Cartuja de esta ciudad, los cuales, reinando Enrique VIII, por su probada fidelidad a la Iglesia católica fueron encarcelados y mantenidos de pie durante diecisiete días, amarrados con cadenas a unas columnas, hasta que consumaron su martirio ahorcados en Tyburn.
También en Londres, beato Tomás Woodhouse, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, ordenado sacerdote en tiempo de la reina católica María, posteriormente, en la persecución bajo la reina Isabel I, estuvo encarcelado más de doce años, reconciliando con la Iglesia católica a sus compañeros de cautiverio, hasta que consumó su martirio en Tyburn.
En la aldea de Wuyi, cerca de la ciudad de Xianxian, en la provincia china de Hebei, santos Remigio Isoré y Modesto Andlauer, presbíteros de la Orden de la Compañía de Jesús y mártires, que durante la persecución desencadenada por los seguidores del movimiento Yihetuan, fueron asesinados mientras oraban ante el altar.
En Roma, beata Elena Aiello, virgen, fundadora de las Hermanas Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
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