domingo, 25 de octubre de 2015

San Bernardo Calbó - Beato Tadeo Machar - Beato Recaredo Centelles - Beato Don Carlo Gnocchi 25102015

San Bernardo Calbó

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San Bernardo Calbó, abad y obispo
En Vic, localidad de Cataluña, en España, san Bernardo Calbó, obispo, quien, siendo juez, renunció a su cargo para profesar como monje cisterciense. Fue abad del monasterio de Santes Creus y, más tarde, resultó elegido para la sede de Vic, promoviendo siempre la verdadera doctrina.
No es posible saber con exactitud en qué año nació, se señala en algunas biografías 1180 como probable, aunque Villanueva se inclina por mayor edad ya que «en 1209 era ya hombre provecto y capaz de ser asesor del arzobispo de Tarragona en el proceso...». Según parece, pertenecía a una familia notable, y siguió la carrera de leyes, lo que se deduce de que actuó en algunos procesos, como el que Villanueva señala; pero no se sabe demasiado con exactitud hasta el 1215, que ingresa como monje del monasterio de las Santas Cruces. En ese año testó a favor de su madre, hermano, hermana y otros parientes, y revocó un testamento anterior hecho en peligro de muerte, lo que ha hecho suponer que haya experimentado una conversión como conocemos en la vida de muchos santos, que de una vida acomodada al mundo pasan, por la cercanía de la muerte, a una consagración completa a Dios; pero nuevamente, se impone la prudencia ya que no tenemos aquel otro testamento que se revoca en el de 1215, sólo hay copia de éste.
En algún momento entre 1215 y 1233 llegó a ser abad del monasterio, pero en este último año fue elegido obispo para la sede de Viq, luego del largo episcopado de D. Guillermo de Tavartet. Por el mismo año parece que recibió del papa Gregorio IX mandato como inquisidor para la acción contra los albigeneses en toda la provincia de Tarragona, actuando junto con dos frailes dominicos. Estuvo presente en los hechos de la reconquista de Valencia, y en 1236 ofreció asistir personalmente con algunos soldados; y el mismo papa Gregorio IX le encargó que, junto con Pedro de Albalat, obispo de Lérida, y san Raimundo de Peñafort, eligiera y consagrara el primer obispo de Mallorca.
Luego de esta elección y consagración parece que se volcó en la guerra de Valencia, y debió haber actuado con valor, porque en recompensa el rey D. Jaime le donó en 1238 dos alquerías y el castillo de Sagart. También asistió a la purificación de la catedral de Valencia, antes de partir hacia el concilio de Tarragona, en 1239. Estuvo presente tanto en este concilio provincial como en el de 1243, aunque no estuvo -se ignora el motivo- en los dos que se celebraron en el intermedio de esos años. Constan de su episcopado visitas a monasterios, ordenanzas para la organización del clero, y en general lo que comprende el término de buen celo pastoral.
En 1243 hizo legado de sus bienes personales (no pudo testar por ser monje), y murió el 25 o 26 de octubre del mismo año. Recibió veneración inmediata, y consta que ya al año siguiente de su muerte se encendían lámparas votivas en su sepulcro y se le daba -aun informalmente- el título de beato. El proceso canónico ya existía, por lo que, aunque existen testimonios de misas en su honor de manera prácticamente ininterrumpida desde su muerte, en 1338 se emite la orden del cabildo de presentar el proceso de canonización en Roma. En 1389 le construye el obispo de Viq un sepulcro suntuoso, por suscripción popular, por lo que algunos estudiosos suponen que se llevó a término la canonización; sin embargo no quedan rastros del proceso, y sólo puede darse por confirmado el culto inmemorial.



Beato Tadeo Machar

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Beato Tadeo Machar, obispo y confesor
En Borgo Sant’Antonio, del Piamonte, muerte del beato Tadeo Machar, obispo de Cork y Cloyne, en Irlanda, el cual, víctima de las envidias de los poderosos, tuvo que salir de su país, y de viaje hacia Roma descansó en el Señor.
Muy poco sabemos sobre la juventud de Tadeo, que fue el único irlandés elevado al honor de los altares durante el período comprendido entre la canonización de Lorcan O'Toole (1228) y la beatificación de Oliver Plunket (1920). Pertenecía a la familia real de los MacCarthy. Nació en la región de Munster, conocida actualmente con el nombre de Desmond. Su padre era señor de Muskerry y su madre era hija de Fitzmaurice, señor de Kerry. El nombre de Tadeo fue muy común en la familia durante siete siglos. Se dice que él hizo sus primeros estudios bajo la dirección de los frailes menores de Kilcrea. Después, partió al extranjero. Según parece, se hallaba en Roma en 1482 (tenía entonces veintisiete años), cuando el papa Sixto IV le nombró obispo de Ross, en Irlanda. Tres años más tarde, cuando Enrique Tudor empezó a gobernar tres reinos, los geraldinos yorkistas decidieron imponer a su propio candidato en la sede de Ross. Desde que el Papa había nombrado obispo al beato Tadeo, el auxiliar de su predecesor, Hugo O'Driscoll, estaba descontento. Los enemigos de Tadeo alegaron que éste había obtenido del Pontífice la dignidad episcopal con engaños. También le acusaron de otros crímenes. El conde de Desmond se apoderó de las rentas de la sede, y el obispo tuvo que refugiarse en una abadía cisterciense, en las cercanías de Palma, que el obispo de Clogher le había dado 'in commendam'. Las maquinaciones de los Fitzgerald dieron por resultado que la Santa Sede suspendiese al beato Tadeo en 1488. Éste entonces acudió a Roma para defender personalmente su causa. Al cabo de dos años de investigaciones, el Papa Inocencio VIII confirmó la elevación de Hugo a la sede de Ross, pero nombró a Tadeo obispo de las diócesis unidas de Cork y Cloyne, que estaban entonces vacantes.

Cuando el beato llegó a su diócesis, tuvo la desagradable sorpresa de ver que se le cerraban las puertas de su propia catedral y que las rentas de la sede se hallaban en manos de los Fitzgerald, los Barry y otros. En vano intentó hacer valer sus derechos y de conseguir, por medios pacíficos, que se le reconociese. Como todo resultase inútil, decidió partir nuevamente a Roma y apelar a la Santa Sede. El Papa condenó a los usurpadores y dio al beato cartas para el conde de Kildare, que era entonces jefe del gobierno en Irlanda, para los principales miembros del clan del propio Mateo y para otros personajes de importancia. En ellas, el Pontífice los exhortaba a proteger al beato y hacer triunfar la causa de la justicia. El beato Tadeo emprendió, a pie, el viaje de vuelta. El 24 de octubre de 1497 llegó a Ivrea, al pie de los Alpes y se hospedó en la posada de los canónigos regulares de San Bernardo de Montjoux. A la mañana siguiente, le encontraron muerto en su lecho.

Los canónigos revisaron el equipaje del muerto y se enteraron de quién se trataba. Inmediatamente comunicaron la noticia al obispo de Ivrea, el cual mandó que fuese sepultado con la mayor solemnidad. Pronto corrió la noticia de la muerte de aquel obispo que viajaba a pie y de incógnito, como un humilde peregrino y todo el pueblo asistió a los funerales en la catedral. Las personas piadosas siguieron visitando el sepulcro, y así empezó a extenderse el culto popular, favorecido por numerosos milagros. Mons. Richelmy, obispo de Ivrea y Mons. Callaghan, obispo de Cork, promovieron la causa de beatificación de Tadeo, cuyo culto fue finalmente aprobado en 1895. Su fiesta se celebra en las diócesis de Ivrea, Ross, Cork y Cloyne.

 lrish Ecclesiastical Record (1896), pp. 859-861. El decreto de confirmación del culto se halla en Analecta Ecclesiastical, vol. III (1895), p. 456; dicho decreto da pocos detalles biográficos y habla más bien de los milagros obrados por el beato en Ivrea. Cf. V. Berardi, ltaly and lreland in the Middle Ages (1950).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Beato Recaredo Centelles

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Beato Recaredo Centelles Abad, presbítero y mártir
En el municipio de Nules, en la provincia de Castellón de la región valenciana, en España, beato Recaredo Centelles Abad, presbítero de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y mártir, que, durante la persecución contra la Iglesia, fue asesinado a las puertas del cementerio por quienes odiaban el sacerdocio.
Nace en Vall de Uxó, provincia de Castellón y diócesis de Tortosa, el 23 de mayo de 1904. Educado cristianamente en su casa y en la escuela de su pueblo, resultó un seminarista y un estudiante modelo. El 12 de agosto de 1928, siendo ya clérigo, decidió ingresar en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Sagrado Corazón de Jesús. Fue ordenado presbítero el 25 de mayo de 1929. Tras estar un tiempo en Tarragona como prefecto del seminario, volvió a Tortosa, donde fue vicedirector de la casa de formación, prefecto del colegio de San José y rector del seminario menor, cargo que desempeñaba cuando le llegó el martirio.

En cuanto estalló la guerra, el 18 de julio de 1936, procuró ante todo que los alumnos marcharan con seguridad a sus casas. Sus familiares vinieron por él, lo llevaron a su pueblo y lo ocultaron en casa de un hermano, donde se dedicó a la oración, preparándose para el posible martirio y animando a las monjas clarisas, allí refugiadas también. El día 2 de octubre fue asesinado su hermano Vicente (cuyo proceso de beatificación está en curso), que pudo enviar antes una emocionante carta con la que Recaredo se dispuso aun más al martirio. Preparó a la familia para la fiesta de Cristo Rey con un triduo. Y el día de Cristo Rey, 25 de octubre, llegaron por él. Como no abrieron en el acto echaron abajo la puerta, dispararon contra su cuñado y se los llevaron a los dos. Salió de la casa recogido y sereno y con otras personas más fue llevado al cementerio nuevo de Nules y fusilado. No cayó muerto y uno de los milicianos, al ir a darle el tiro de gracia, le dijo que los bendijera. Como había caído sobre el brazo derecho pidió le dieran la vuelta. Pudo entonces bendecirles con la mano derecha y seguidamente recibió un tiro en un ojo que acabó con su vida. Juan Pablo II lo beatificó el 1 de octubre de 1995.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

Beato Gnocchi

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Beato Don Carlo Gnocchi
Hoy 25 Octubre del 2009  a las 10:00 hs de la mañana en la plaza de la Catedral, en Milan, será el escenario de la beatificación del sacerdote Carlo Gnocchi (1902- 1956), inspirador de la fundación que lleva su nombre y que presta su servicio en 28 centros en Italia a hombres y mujeres discapacitados, ancianos, enfermos de cáncer y personas en estado vegetativo.
Don Carlo es recordado como un héroe de la solidaridad con las víctimas de la segunda guerra mundial. Lo llamaban "padre de los mutilados" y de los huérfanos de los combatientes, debido a que el centro creado por él atendía la rehabilitación de quienes habían sufrido físicamente las consecuencias de la guerra.
Sus palabras cobran una inmensa actualidad en el siglo XXI: "Antes que la crisis política o económica hay una profunda crisis moral, más aún, una crisis metafísica. Como tal afecta a todos los pueblos porque toca al hombre y a su problema existencial", escribía en 1946.
 Su infancia estuvo atravesada por grandes luchas. Su padre murió en 1907, cuando Carlo tenía sólo 5 años. Dos años más tarde murió su hermano Mario de meningitis. Su hermano mayor Andrea también falleció de tuberculosis. Carlo se quedó sólo con su madre Clementina Pasta. Fue una mujer valiente y, a pesar de que tuvo que vivir en condiciones muy difíciles, no sólo no perdió la fe en Dios sino que llegó a orar de esta manera: "Dos hijos míos los he perdido Señor; el tercero te lo ofrezco para que tú lo bendigas y lo conserves a tu servicio".
Siendo ya sacerdote, creó la fundación "Pro Juventud", hoy conocida legalmente en Italia como la fundación Don Carlo Gnocchi Onlus. ¿Cómo fue esta inspiración?
Padre Rodolfo Cosimo: En la guerra fue capellán voluntario. "¡Un sacerdote no puede no estar donde se muere!", decía.
Después, la trágica experiencia de la retirada de Rusia, hizo madurar en él el plan concreto de ofrecer asistencia a los huérfanos de los alpinistas y de otras muchas pequeñas víctimas inocentes de los conflictos bélicos: "Deseo y pido al Señor una sola cosa: servir todos los días de mi vida a sus pobres. Es esta mi 'carrera'". escribía a su primo. La primera institución creada por él se denominaba "Pro infancia mutilada"(1947), la cual se convirtió luego en la "Fundación pro Juventud" en 1952.
La obra surge con el fin de socorrer a los "Mutilados de la guerra". Luego, con el pasar de los años y sobretodo con la gradual desaparición de los mutilados, la obra de don Carlo ha ampliado progresivamente las actividades asistenciales.
Hoy los centros de la fundación acogen pacientes con diferentes formas de discapacidad, pacientes que tienen necesidad de intervenciones quirúrgicas y tratamientos de rehabilitación. Ancianos que no son autosuficientes y enfermos de cáncer en fase terminal.
Supo interpretar de manera superlativa su vocación: la de ser luz y apoyo, fuerza y esperanza para todos los que encontraba. Su vida se consumó por el bien de los demás. Fue un alter Christus, algo que todo sacerdote, de ayer, de hoy y de siempre, está llamado a vivir. Yo aconsejaría a todos la lectura meditada de sus escritos y de sus cartas.
Don Carlo es el rostro moderno de la santidad. Ha puesto en el centro de su acción al hombre, los hombres, todos los hombres, la fuerza vital del amor, el sueño de la fraternidad y de la solidaridad universal, sin prejuicios ni excepciones.

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