Conmemoración de san Metodio, obispo de Olimpo y mártir, que escribió diversas obras en estilo conciso y elegante, y hacia el final de la persecución desencadenada bajo Diocleciano, fue coronado por el martirio.
En la región de Laon, en Neustria, san Gobano, presbítero, nacido en Hibernia, que en Inglaterra fue discípulo dé san Fusco y, por amor a Cristo, pasó luego a la Galia, donde llevó vida eremítica en los bosques.
En el monasterio de San Jacobo de Foggia, en la Apulia, san Juan de Matera, abad, insigne por su austeridad y su predicación al pueblo, que instituyó la Congregación de Pulsano en la región del Gárgano, bajo la Regla de san Benito.
En el monasterio de Medingen, en Baviera, beata Margarita Ebner, virgen de la Orden de Predicadores, que, probada por Cristo con múltiples enfermedades, llevó una vida ejemplar ante Dios y los hombres y escribió sobre experiencias místicas.
En Dublín, en Irlanda, pasión del beato Dermicio O'Hurley, obispo y mártir, que, siendo abogado laico, fue promovido por el papa Gregorio XIII como obispo de Cashel. En tiempo de la reina Isabel I sufrió largos interrogatorios y torturas, rechazando las acusaciones que se le hacían, y llevado al patíbulo, en Hoggen Green, allí proclamó que moría por la fe católica y por su ministerio episcopal.
En la misma ciudad de Dublín, conmemoración de la beata Margarita Ball, mártir, que, habiendo quedado viuda, fue denunciada por su propio hijo por acoger en su casa a sacerdotes perseguidos y, después de diversas torturas, ya septuagenaria falleció en un día no precisado.
En Nagasaki, en Japón, beatos mártires Francisco Pacheco, presbítero, junto con ocho compañeros de la Orden de la Compañía de Jesús, que fueron quemados vivos por quienes odiaban la fe cristiana. Estos son los nombres: Baltasar de Torres y Juan Bautista Zola, presbíteros; Pedro Rinsei, Vicente Kaun, Juan Kisaku, Pablo Kinsuke, Miguel Tozo y Gaspar Sadamatsu, religiosos.
En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Tomás Whitbread y compañeros Guillermo Harcourt, Juan Fenwich, Juan Gavan y Antonio Turner, presbíteros de la Orden de la Compañía de Jesús, que, acusados falsamente de tomar parte en una conjura para asesinar al rey Carlos II, alcanzaron el reino de los cielos al ser ajusticiados en Tyburn.
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