Después del ataque, Eldos fue llevado al hospital de Tamchi, en la región de Issyk-Kul, con múltiples lesiones. El diagnóstico era muy grave, Eldos tenía daños considerables en un ojo, el cuál no dejaba de sangrar, además de una conmoción cerebral grave con posible hemorragia interna, dientes caídos y una fractura de mandíbula. Según los médicos, lo mas posible es que muriera o quedara discapacitado. 
Milagrosamente, Eldos salió de peligro, aunque las secuelas tanto físicas como emocionales le han marcado de por vida. Debido al estrés de las últimas semanas, las amenazas continuas por sus atacantes aún incluso en el hospital y un proceso de recuperación de extrema dificultad, Eldos ha caído en una profunda depresión y la gente de su entorno lo describe como “roto”.
Sin embargo, la iglesia ha unido sus fuerzas para apoyarle, hermanos cristianos guardaban la puerta de la habitación de Eldos en el hospital, para disuadir cualquier intento de ataque por parte de los asaltantes.
El muchacho, aún en su estado, agradeció el apoyo de sus hermanos y familia cristianos. “Aún vivo, y esto es gracias a las oraciones de mucha gente, puedo sentirlo. ¡Gracias!” decía el joven en un comunicado a través de su entorno.
Ahora Eldos tiene que enfrentarse no solo a las amenazas y a una lenta recuperación física y emocional, sino que además ha sido denunciado por sus asaltantes por escuchar música cristiana y repartir propaganda religiosa, justificando según ellos, los actos cometidos contra él.