Leyente
de estas líneas,
te
comunicó una realidad que ya conoces.
Este
es el tercer domingo del Tiempo Ordinario. Desde este día 26 de enero, a este
domingo se le va a llamar siempre en la historia de la Iglesia 'el
Domingo de la Palabra de Dios'. Los demás domingos del año creo que
también son de la ¡Palabra de Dios!, pero muchos de ellos serán domingos sin
nombre, anónimos, ordinarios...
Pero
el domingo por excelencia de esta palabra-Palabra-PALABRA será el Tercero del
Tiempo de Ordinario.
Esta
novedad, tan sugerente se dirá, se le ha ocurrido a Francisco papa, y lo ha
dicho para que todos le hagan caso y pongan en marcha todo cuanto ha sugerido
para este domingo tan especial. Esta decisión papal hará que Francisco tenga un
puesto reservado en la historia de la Iglesia.
Y
desde este domingo las editoriales de tipo
pastoral-teológico-religioso-litúrgico... editarán rituales, sugerencias,
símbolos y demás elementos para la celebración de la eucaristía de tal
'evento'.
Siguiendo a
este Francisco Papa, creo que a este domingo lo voy a llamar como su documento:
Aperuit illis (Les abrió). Rl domingo de 'Les abrió'
Y
volveré a sugerir que sería muy positiva y sorprendente reforma litúrgica
'establecer' (que es el término que se utiliza en la propuesta vaticana),
establecer un Ciclo D, un cuarto año, para que el pueblo pueda leer completo y
ordenado todo el Evangelio de Juan, el cuarto Evangelio. Creo que esa
sería una reforma semejante a la del Vaticano II que decidió olvidar el latín y
ordenó celebrar en la lengua en la que habla el pueblo...
Y
tú, Leyente que me lees, sabes que tienes enviado por mis digitales dedos
(valga la redundancia) un archivo con el comentario del Evangelio de Juan
ordenado y completo en cincuenta y dos domingos.
No
hablo ya más en esta presentación, aunque me estaría escribiendo de esta tal
Exhortación 'Aperuit illis' otras tres horas más. Pero no te empaparé más.
Solo decirte que tienes a
continuación los comentarios de los dos relatos Evangélicos, el de Mateo y
el del Libro de los Hechos. También los puedes ver, leer, guardar... desde el
archivo adjunto.
Domingo
3º del TO Ciclo A, ‘De la Palabra de Dios’ (26.01.2020): Mateo 4,12-23
¿Qué deseas que te hagan? Hazlo a los demás’. Yo lo escribo CONTIGO,
Creo que es hoy, el
tercer domingo del tiempo ordinario, cuando se celebra en nuestra eclesialidad
‘el domingo de la Palabra de Dios’. Tengo para mí que todos los cincuenta y dos
domingos del año son también días de esa Palabra. Pero Francisco papa ha
deseado pasar a la historia por haber añadido a su tarea pastoral el que
inauguró la tradición de una práctica nueva, como el que imaginó el ‘Via
Crucis’ de las catorce estaciones, el ‘Santo Rosario’ de los quince o veinte
misterios, la oración de la ‘Salve’... o la liturgia de la ‘Misa santa’ de
Trento...
Este
es el texto de la Exhortación papal: “Así pues, establezco que
el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y
divulgación de la Palabra de Dios... Celebrar el Domingo de la Palabra
de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a
los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una
auténtica y sólida unidad”. La negrita y los puntos suspensivos del
texto son de mi cosecha.
Merece
la pena, por salud mental bíblica, teológica y pastoral, leerse críticamente
todo el número tercero completo y a ser posible todo el larguísimo texto de
la Exhortación ‘Aperuit illis’ (Les abrió), publicada
el pasado día 30 de septiembre del año 2019, festividad de san Jerónimo que
falleció en tal fecha en el año 420. Por eso, estamos ahora en la celebración
del 1600º aniversario de su muerte en Belén. Muy sencilla y
silenciosamente diré que para este nuevo ‘establecimiento’ papal, no se
necesitaban las alforjas de tal Exhortación.
Creo
que se ha perdido otra ocasión de evangelizar ‘Con la BIBLIA entre las
manos’. Por eso, me atrevo a proponer un Ciclo D en la liturgia dominical para
leer seguido y completo, de principio a fin, el Evangelio de Juan. Ni es la primera,
ni será la última vez que lo digo, lo sugiero o lo propongo, sin otra autoridad
que mi cariño por Jesús y la evangelización.
Comento
ya Mateo 4,12-23 y espero no equivocarme de texto evangélico
para la liturgia de esta primera celebración del domingo de la Palabra de Dios.
Tres
apartados tiene este relato de Mateo 4,12-23. En el primer apartado (4,12-17),
el Evangelista nos dice que su Jesús de Nazaret está, por fin, en su tierra de
Galilea para evangelizar, como lo había anunciado el viejo profeta Isaías
primero. En el segundo apartado (4,18-22), el narrador Mateo
le ‘copia’, en el mejor sentido, a Marcos la información sobre los primeros
hombres que siguieron a Jesús. Cuatro pescadores del Lago-Mar de su Galilea.
El
tercer apartado (4,23-25) es un texto que todo lector de Mateo debe de
recordar siempre. Cuando se llega en la lectura del relato a Mateo 9,35 se
recordará el mensaje de este tercer párrafo. Es decir, Mateo 4,23-25 es
idéntico a Mateo 9,35. Entre ambos textos el narrador Mateo cuenta dos
cosas: Una, todo lo que él Jesús de Mateo ‘enseñaba o enseñó’ (Mt 5,1 a 7,29).
Y, por otro lado, todo cuando sanaba -de la mente y cuerpo- en las personas de
su alrededor. Y, por fin, diré que en esta extensa narración de los ‘dichos y hechos’
de la evangelización de Jesús, Mateo puso en boca de su Jesús la síntesis de su
Buena Noticia: “Todo cuanto deseas que te hagan, házselo a los demás.
Esta es toda la Ley y los Profetas” (Mt 7,12).
Carmelo
Bueno Heras
Domingo 9º de ‘Los Hechos de los
Apóstoles’ (26.01.2020): Hch 7,54 a 8,3
“Ellos sí escucharán” (Hechos 28,28-29)
En el texto que
toca leer ahora del Libro de los Hechos encuentro dos apartados bien
relacionados y bien distintos el uno del otro. Aunque parezca contradictorio,
no lo es. Y a ello añado que el narrador nos ha introducido un dato que va a
ser determinante en el desarrollo y en la comprensión posterior de su relato.
El primer apartado
del texto sería Hch 7,54-60 y en él se nos narra la muerte de ESTEBAN. Diré
otra vez que se trata de un ejercicio literario y teológico precioso el que
realiza el narrador. Todo cuanto se dice de esta muerte lo podemos encontrar en
la narración de la Pasión de Jesús de Nazaret. Muere apedreado fuera de la
ciudad y en las palabras que pronuncia este hombre estamos oyendo las palabras
del crucificado Jesús. Y como él, ESTEBAN también perdona antes de dejar
de respirar y desvivirse.
Cuando se vuelve a
leer el relato sorprende que sean las propias personas del Sanedrín las que
ejecutan el apedreamiento. ¿No tuvo que intervenir de alguna forma la autoridad
romana? Y por puro ejercicio de contraste releo a la vez los dos breves, pero
iluminadores, textos de 6,15: “Todos los miembros del Sanedrín miraron
a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel” y el de 7,54: “Al
oír sus palabras, todos los miembros del Sanedrín se recomían por dentro y
rechinaban los dientes de rabia”. ¡Qué buen apunte para un trabajo de
psicología religiosa!
El apóstol ESTEBAN
ha muerto apedreado por haber hablado abiertamente ante el Sanedrín de los
setenta y dos magistrados judíos, como Jesús, contra el Templo de Jerusalén y
la Ley de Moisés. ¿Fue así como sucedieron los hechos en la historia o esto es
sólo una manera de contar propia del narrador de la Buena Noticia que es Lucas?
Que nunca dejemos de preguntarnos críticamente para acercarnos con sentido al
mensaje de estas narraciones.
El segundo apartado
del texto sería Hch 8,1-3 y en él se nos cuenta principalmente una de las
consecuencias de la muerte de ESTEBAN: La persecución de los seguidores de
Jesús pertenecientes al grupo de ESTEBAN que tuvieron que huir fuera de
Jerusalén, en Judea y Samaría. Ya había anunciado Lucas que ésta sería una de
las tareas impulsadas por el Espíritu Santo (Hch 1,8). Los huidos continuarán
ahí su tarea evangelizadora. Jerusalén es de los DOCE.
Y comento el dato
que anunciaba como determinante en el final del primer párrafo de este
comentario. El dato tiene nombre propio y se llama SAULO y en tan breve texto
está mencionado tres veces por su narrador. En Hechos 7,59, el joven que
contempla la muerte del apedreado ESTEBAN. En Hch 8,1, Saulo aprueba la
ejecución del testigo que es una manera de ponerse del lado de las autoridades
del Sanedrín. ¿Puedo imaginarlo de pie y aplaudiendo?
La
tercera cita, en Hch 8,3 no tiene desperdicio alguno y es sencillamente
deshumanizadora y propia del credo y de la práctica del judaísmo más
nacionalista que imaginarse pueda uno. Señala Lucas tres realidades explícitas:
Se ensañaba con la iglesia, penetraba en las casas y arrastraba hasta la cárcel
a hombres y mujeres. ¿Sugiere el escritor Lucas que su Saulo llegó a
ser asesino en nombre de Yavé Dios de la religión de Israel? Asusta
pensarlo y... ¡duele tanto!
Carmelo Bueno Heras
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