Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la que se recuerdan tres manifestaciones del gran Dios y Señor nuestro Jesucristo: en Belén, Jesús niño, al ser adorado por los magos; en el Jordán, bautizado por Juan, al ser ungido por el Espíritu Santo y llamado Hijo por Dios Padre; y en Caná de Galilea, donde manifestó su gloria transformando el agua en vino en unas bodas.
En Antinoe, de la Tebaida, santos Julián y Basilisa, mártires.
En Nantes, en la Bretaña Menor, san Félix, obispo, quien mostró gran celo poniéndose al servicio de sus ciudadanos; construyó la iglesia catedral y evangelizó a la población rural de los alrededores.
En Würzburg, ciudad de Franconia, beato Macario, abad, que fue el primer superior del monasterio de los Escoceses de esta ciudad.
En la ciudad de Barcelona, en Cataluña, del Reino de Aragón, muerte de san Raimundo de Peñafort, de quien se hace memoria mañana, día siete.
En Famagusta, ciudad de Chipre, tránsito de san Pedro Tomás, obispo de Constantinopla, de la Orden de los Carmelitas, que fue legado del Pontífice Romano en Oriente.
En Fiesole, en la Toscana, san Andrés Corsini, obispo, de la Orden de los Carmelitas, que se distinguió por su austeridad y por la asidua meditación de la Sagrada Escritura. Rigió sabiamente la Iglesia que se le había encomendado, repobló los conventos devastados por la peste, prestó auxilio a los pobres y reconcilió a los enemistados.
En la ciudad de Valencia, en España, san Juan de Ribera, obispo, que ejerció también las funciones de virrey. Fue muy devoto de la Santísima Eucaristía, defendió la verdad católica y educó al pueblo con sus sólidas enseñanzas.
En Roma, san Carlos de Sezze, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que desde niño se vio obligado a ganar el pan cotidiano, invitando a sus compañeros a imitar a Cristo y a los santos. Vestido con el sayal franciscano, se entregaba largamente a la adoración del Santísimo Sacramento del Altar.
En Casalmendinho, Portugal, beata Rita Amada de Jesús (Rita Lopes de Almeida), virgen, fundadora del Instituto de Jesús, María y José.
En Roma, santa Rafaela María del Sagrado Corazón Porras Ayllón, virgen, fundadora de la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús; considerada como enferma mental, pasó santamente los últimos años de su vida entre tribulaciones y penitencia.
En Montreal, ciudad de la provincia de Quebec, en Canadá, san Andrés (Alfredo) Bessette, religioso de la Congregación de la Santa Cruz, quien trabajó incansablemente en la construcción del insigne santuario dedicado a san José que se alza en aquella ciudad.
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