Bonifacio Valperga, Beato
Obispo, 25 de abril
Por: . | Fuente: santiebeati.it
Martirologio Romano: En Aosta, en los Alpes Grayos, Italia, beato Bonifacio Valperga, obispo, insigne por su caridad y humildad. ( 1243)
Fecha de beatificación: 28 de abril de 1890 por el Papa León XIII
Descendiente de la antigua familia de los condes de Valperga, quienes según la tradición son descendientes del primer rey de Italia: Arduino de Ivrea, Bonifacio nació en Turín en la segunda mitad del siglo XII. Sus padres fueron Mateo, el sexto conde de Canavese, y Anna Levi de Villars. En su familia recibió los fundamentos de la educación cristiana, y luego fue enviado donde su tío paterno Arduino, quien era obispo de Turín, para recibir una más amplia instrucción y además fortalecer sus virtudes cristianas.
Llegado a cierta edad, Bonifacio decidió iniciar la vida religiosa, vistiendo el hábito monástico en la abadía benedictina de Fruttuaria, la actual San Benigno Canavese. Pasó luego al convento agustino de San Urso (SantOrso) en Aosta, donde resalta por su doctrina y santidad de vida. Bien pronto, alrededor del año 1210, fue nombrado prior. En este cargo emprende una vigorosa dirección tanto espiritual cuanto temporal de la comunidad, atrayendo sobre si la admiración y estima popular, lo cual trajo como consecuencia que los fieles se preocuparan más por el destino del convento, ayudando cada vez más frecuentemente con grandes donaciones. Difundida cada vez más su fama en el valle entero, cuando el obispo Giacomo fue trasladado a Asti, el 17 de julio 1219, Bonifacio fue elegido a ocupar la sede episcopal de Aosta, siendo así el vigésimo sucesor de San Eustasio.
Las numerosas donaciones en favor de la sede episcopal testimonian la buena administración de los bienes diocesanos que supo realizar, así como la confianza que inspiró entre los fieles. Entregadas todas sus fuerzas en su labor como pastor de la grey confiada a él por veinticuatro años, distinguiéndose siempre por su humildad, su amor por los pobres y el cuidado de la cura de almas, Bonifacio murió el 25 de abril de 1243.
Su cuerpo fue enterrado en un primero momento en la colegiata de Sant´Orso, su cuerpo fue trasladado a la catedral de Aosta, y enterrado en la capilla de San Antonio. Fue inmediatamente venerado como "beato" estableciéndose una canonjía que lleva su nombre. En 1817 sus reliquias fueron colocadas en un nicho del altar mayor de la catedral, donde están hasta hoy expuestas para la veneración pública junto a las reliquias del beato Emerico de Quart.
Un tribunal eclesiástico, creado especialmente en Aosta en 1885, decretó el culto ab inmemorial al obispo Bonifacio, esta decisión fue confirmada por la Sagrada Congregación de Ritos y ratificada el 28 de abril de 1890 por el Papa León XIII.
Reproducido con autorización de Santiebeati.it
Por: . | Fuente: santiebeati.it
Obispo
Fecha de beatificación: 28 de abril de 1890 por el Papa León XIII
Llegado a cierta edad, Bonifacio decidió iniciar la vida religiosa, vistiendo el hábito monástico en la abadía benedictina de Fruttuaria, la actual San Benigno Canavese. Pasó luego al convento agustino de San Urso (SantOrso) en Aosta, donde resalta por su doctrina y santidad de vida. Bien pronto, alrededor del año 1210, fue nombrado prior. En este cargo emprende una vigorosa dirección tanto espiritual cuanto temporal de la comunidad, atrayendo sobre si la admiración y estima popular, lo cual trajo como consecuencia que los fieles se preocuparan más por el destino del convento, ayudando cada vez más frecuentemente con grandes donaciones. Difundida cada vez más su fama en el valle entero, cuando el obispo Giacomo fue trasladado a Asti, el 17 de julio 1219, Bonifacio fue elegido a ocupar la sede episcopal de Aosta, siendo así el vigésimo sucesor de San Eustasio.
Las numerosas donaciones en favor de la sede episcopal testimonian la buena administración de los bienes diocesanos que supo realizar, así como la confianza que inspiró entre los fieles. Entregadas todas sus fuerzas en su labor como pastor de la grey confiada a él por veinticuatro años, distinguiéndose siempre por su humildad, su amor por los pobres y el cuidado de la cura de almas, Bonifacio murió el 25 de abril de 1243.
Su cuerpo fue enterrado en un primero momento en la colegiata de Sant´Orso, su cuerpo fue trasladado a la catedral de Aosta, y enterrado en la capilla de San Antonio. Fue inmediatamente venerado como "beato" estableciéndose una canonjía que lleva su nombre. En 1817 sus reliquias fueron colocadas en un nicho del altar mayor de la catedral, donde están hasta hoy expuestas para la veneración pública junto a las reliquias del beato Emerico de Quart.
Un tribunal eclesiástico, creado especialmente en Aosta en 1885, decretó el culto ab inmemorial al obispo Bonifacio, esta decisión fue confirmada por la Sagrada Congregación de Ritos y ratificada el 28 de abril de 1890 por el Papa León XIII.
Reproducido con autorización de Santiebeati.it
responsable de la traducción: Xavier Villalta
Franca de Piacenza, Santa
Franca de Piacenza, Santa
Virgen y Abadesa, 25 de abril
Por: . | Fuente: ACI Prensa
Martirologio Romano: En la región de Piacenza, en la Emilia, Italia, santa Franca, abadesa, que quiso ingresar en la Orden Cisterciense y pasaba noches enteras en oración ante Dios. ( 1218)
Fecha de canonización: Culto confirmado en 1273 por el Papa Gregorio X.
Franca Visalta tenía apenas siete años cuando entró a educarse en el convento benedictino de San Sirio de Piacenza.
A los 14 años hizo su profesión religiosa, y pese a su juventud, aventajaba a las otras religiosas en obediencia, devoción y olvido de sí misma.
A la muerte de la abadesa, fue elegida para sucederla, pero la férrea disciplina impuesta por ella, produjo su inmediata sustitución en el cargo.
Durante años, la santa tuvo que afrontar calumnias, falsos testimonios y graves pruebas interiores. Su único consuelo, era una joven llamada Carencia que luego de ingresar al noviciado- convenció a sus padres de construir una nueva casa de la orden de Montelana.
Pero después de dos años decidió trasladar a sus monjas, para no exponerlas a los robos y asaltos, asi como a la carencia de alimentos por su ubicación, al convento de Vallera y después al de Pittolo (Plectoli) en Piacenza.
La santa fue nombrada abadesa de la nueva fundación, lugar donde reinaba la austeridad y la pobreza de la regla cisterciense. Pero la abadesa no estaba todavía satisfecha, por lo que pasaba noches enteras en la capilla entregada a la oración.
Al ver que se debilitada en forma alarmante la salud de la abadesa, las religiosas ordenaron al sacristán que guardase la llave de la capilla; pero ello no bastó para impedir que la fervorosa superiora continuase con sus vigilias.
Finalmente, la santa falleció en el 25 de abril de 1218 producto de una fiebre, a los 43 años de edad.
La gran devoción hacia su monasterio, fue tomada en cuenta por sus hijas religiosas que fue enterrada en la iglesia del convento en Pittolo.
Ahí, sus restos fueron sujeto de gran veneración y más cuando se empezaron a suscitar grandes Milagros por su intercesión.
Su culto, como santa, fue confirmada en 1273 para Piacenza por el Papa Gregorio X (1271-1276). Parece que esta confirmación se hizo verbal, cuando el Papa, pasó por Piacenza cuando se dirigía al Concilio de Lyon.
Su conmemoración en el calendario anterior era el 26 de abril.
Por: . | Fuente: ACI Prensa
Abadesa
Fecha de canonización: Culto confirmado en 1273 por el Papa Gregorio X.
A los 14 años hizo su profesión religiosa, y pese a su juventud, aventajaba a las otras religiosas en obediencia, devoción y olvido de sí misma.
A la muerte de la abadesa, fue elegida para sucederla, pero la férrea disciplina impuesta por ella, produjo su inmediata sustitución en el cargo.
Durante años, la santa tuvo que afrontar calumnias, falsos testimonios y graves pruebas interiores. Su único consuelo, era una joven llamada Carencia que luego de ingresar al noviciado- convenció a sus padres de construir una nueva casa de la orden de Montelana.
Pero después de dos años decidió trasladar a sus monjas, para no exponerlas a los robos y asaltos, asi como a la carencia de alimentos por su ubicación, al convento de Vallera y después al de Pittolo (Plectoli) en Piacenza.
La santa fue nombrada abadesa de la nueva fundación, lugar donde reinaba la austeridad y la pobreza de la regla cisterciense. Pero la abadesa no estaba todavía satisfecha, por lo que pasaba noches enteras en la capilla entregada a la oración.
Al ver que se debilitada en forma alarmante la salud de la abadesa, las religiosas ordenaron al sacristán que guardase la llave de la capilla; pero ello no bastó para impedir que la fervorosa superiora continuase con sus vigilias.
Finalmente, la santa falleció en el 25 de abril de 1218 producto de una fiebre, a los 43 años de edad.
La gran devoción hacia su monasterio, fue tomada en cuenta por sus hijas religiosas que fue enterrada en la iglesia del convento en Pittolo.
Ahí, sus restos fueron sujeto de gran veneración y más cuando se empezaron a suscitar grandes Milagros por su intercesión.
Su culto, como santa, fue confirmada en 1273 para Piacenza por el Papa Gregorio X (1271-1276). Parece que esta confirmación se hizo verbal, cuando el Papa, pasó por Piacenza cuando se dirigía al Concilio de Lyon.
Su conmemoración en el calendario anterior era el 26 de abril.
Leonardo Pérez Lários, Beato
Leonardo Pérez Lários, Beato
Leonardo Pérez Lários, Beato
Laico Mártir, 25 de abril
Por: . | Fuente: Vatican.va
Martirologio Romano: En el rancho de San Joaquín, Jalisco, México, beatos José Trinidad Rangel Montaño, presbítero, Andrés Solá y Molist, presbítero y Leonardo Pérez Larios, laico, todos ellos mártires. ( 1927)
Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.
Nació el 28 de noviembre de 1883 en Lagos de Moreno, Jalisco. Fue el tercer hijo de los once que tuvieron sus padres. Hijo de una familia sencilla, recibió una buena educación cristiana en el seno de su familia. A la muerte de su padre se trasladó la familia a vivir a León.
Quiso contraer matrimonio, desistiendo de hacerlo por la oposición que encontró en la familia de la novia. Quiso ser religioso, pero le resultó imposible por tener a su cargo a dos hermanas que no poseían medios de subsistencia, siendo él el que proveía a su sustento y cuidado. Pero estos proyectos irrealizados no le llevaron a apartarse de la fe y de la Iglesia, a pesar de las dificultades sociales por las que estaba pasando y que afectaban a los fieles cristianos.
Era una persona que vivía intensamente su vida cristiana, con una profunda devoción al Santísimo Sacramento y a la Virgen María. Perteneció a una Congregación Mariana donde sus miembros hacían voto de castidad y se reunían semanalmente para hacer adoración al Santísimo Sacramento.
Fue detenido en la casa de las hermanas Alba tras participar en la Eucaristía y en la Hora Santa que el P. Andrés Solá había organizado después de la celebración de la santa misa. Los soldados al verlo vestido de negro y con una actitud muy devota, pues estaba concentrado en su meditación y acción de gracias por la comunión recibida, lo tomaron por un sacerdote.
Fueron inútiles las aclaraciones realizadas por el P. Solá y las personas que estaban en ese momento en la casa en relación al estado de vida de Leonardo. Cuando le preguntaron sobre su condición sacerdotal él la negó, pero afirmó ser católico, apostólico y romano. Fue conducido al cuartel y de ahí con sus dos compañeros al martirio, siendo fusilado el 25 de abril de 1927.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Por: . | Fuente: Vatican.va
Mártir Laico
Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.
Quiso contraer matrimonio, desistiendo de hacerlo por la oposición que encontró en la familia de la novia. Quiso ser religioso, pero le resultó imposible por tener a su cargo a dos hermanas que no poseían medios de subsistencia, siendo él el que proveía a su sustento y cuidado. Pero estos proyectos irrealizados no le llevaron a apartarse de la fe y de la Iglesia, a pesar de las dificultades sociales por las que estaba pasando y que afectaban a los fieles cristianos.
Era una persona que vivía intensamente su vida cristiana, con una profunda devoción al Santísimo Sacramento y a la Virgen María. Perteneció a una Congregación Mariana donde sus miembros hacían voto de castidad y se reunían semanalmente para hacer adoración al Santísimo Sacramento.
Fue detenido en la casa de las hermanas Alba tras participar en la Eucaristía y en la Hora Santa que el P. Andrés Solá había organizado después de la celebración de la santa misa. Los soldados al verlo vestido de negro y con una actitud muy devota, pues estaba concentrado en su meditación y acción de gracias por la comunión recibida, lo tomaron por un sacerdote.
Fueron inútiles las aclaraciones realizadas por el P. Solá y las personas que estaban en ese momento en la casa en relación al estado de vida de Leonardo. Cuando le preguntaron sobre su condición sacerdotal él la negó, pero afirmó ser católico, apostólico y romano. Fue conducido al cuartel y de ahí con sus dos compañeros al martirio, siendo fusilado el 25 de abril de 1927.
Reproducido con autorización de Vatican.va
José Trinidad Rangel, Beato
José Trinidad Rangel, Beato
José Trinidad Rangel, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de abril
Por: Franco Molinari | Fuente: Vatican.va
Martirologio Romano: En el rancho de San Joaquín, Jalisco, México, beatos José Trinidad Rangel Montaño, presbítero, Andrés Solá y Molist, presbítero y Leonardo Pérez Larios, laico, todos ellos mártires. ( 1927)
Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.
Nació en el rancho "El Durazno", de la ciudad de Dolores Hidalgo, Guanajuato, el sábado 4 de junio de 1887, en el seno de una familia cristiana humilde.
Siendo muy joven sintió la vocación al sacerdocio, pero debido a la escasez de recursos económicos de sus padres tuvo que posponer su entrada en el seminario hasta los veinte años.
Ingresó en el seminario como alumno gratuito y externo en 1909, concediéndole una beca por su aplicación al estudio, que le permitió vivir como seminarista interno. El 13 de abril de 1919 recibió la ordenación sacerdotal.
El primer destino como sacerdote fue el de adscrito a la parroquia del Sagrario de León en calidad de miembro del Centro Catequístico de la Salle. Se refugió en la ciudad de León, Guanajuato, por no cumplir con la ley civil de inscribirse como sacerdote en el registro del Gobierno.
En León, viviendo como refugiado en casa de las hermanas Alba, entabló amistad con el P. Andrés Solá, refugiado como él, con el que compartía sus temores y dificultades, y en quien encontró una ayuda en su vivencia sacerdotal. Sabedor de su vocación y opción, rechazó el ofrecimiento de su hermano Agustín a dejar el país y refugiarse en Estados Unidos, prefiriendo aceptar el ofrecimiento de su superior eclesiástico de ir a celebrar clandestinamente los oficios de la Semana Santa a las hermanas Mínimas de San Francisco del Rincón, donde fue detenido y trasladado a la comandancia antes de sufrir el martirio.
Como sacerdote destacó por su modestia, humildad, sencillez y celo por la salvación de las almas. Con intrepidez evangélica, desempeñó su ministerio, sin negar en ningún momento su condición sacerdotal aunque eso significara el encarcelamiento y la muerte.
Fue fusilado el 25 de abril de 1927.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Por: Franco Molinari | Fuente: Vatican.va
Presbítero y Mártir
Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.
Siendo muy joven sintió la vocación al sacerdocio, pero debido a la escasez de recursos económicos de sus padres tuvo que posponer su entrada en el seminario hasta los veinte años.
Ingresó en el seminario como alumno gratuito y externo en 1909, concediéndole una beca por su aplicación al estudio, que le permitió vivir como seminarista interno. El 13 de abril de 1919 recibió la ordenación sacerdotal.
El primer destino como sacerdote fue el de adscrito a la parroquia del Sagrario de León en calidad de miembro del Centro Catequístico de la Salle. Se refugió en la ciudad de León, Guanajuato, por no cumplir con la ley civil de inscribirse como sacerdote en el registro del Gobierno.
En León, viviendo como refugiado en casa de las hermanas Alba, entabló amistad con el P. Andrés Solá, refugiado como él, con el que compartía sus temores y dificultades, y en quien encontró una ayuda en su vivencia sacerdotal. Sabedor de su vocación y opción, rechazó el ofrecimiento de su hermano Agustín a dejar el país y refugiarse en Estados Unidos, prefiriendo aceptar el ofrecimiento de su superior eclesiástico de ir a celebrar clandestinamente los oficios de la Semana Santa a las hermanas Mínimas de San Francisco del Rincón, donde fue detenido y trasladado a la comandancia antes de sufrir el martirio.
Como sacerdote destacó por su modestia, humildad, sencillez y celo por la salvación de las almas. Con intrepidez evangélica, desempeñó su ministerio, sin negar en ningún momento su condición sacerdotal aunque eso significara el encarcelamiento y la muerte.
Fue fusilado el 25 de abril de 1927.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Andrés Solá y Molist, Beato
Andrés Solá y Molist, Beato
Andrés Solá y Molist, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de abril
Por: . | Fuente: Vatican.va
Martirologio Romano: En el rancho de San Joaquín, Jalisco, México, beatos José Trinidad Rangel Montaño, presbítero, Andrés Solá y Molist, presbítero y Leonardo Pérez Larios, laico, todos ellos mártires. ( 1927)
Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.
Nació el 7 de octubre de 1895 en la masía conocida con el nombre de Can Vilarrasa, situada en el municipio de Taradell, parroquia de Santa Eugenia de Berga, provincia de Barcelona, diócesis de Vich, España. Fue el tercer hijo de una familia numerosa compuesta de once hermanos y los padres, que eran agricultores.
Al escuchar la predicación de un misionero claretiano en el pueblo de Sentforas, él y su hermano Santiago sintieron la vocación religiosa y entraron en el seminario que los misioneros tenían en Vich. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de septiembre de 1922 en la capilla del palacio episcopal de Segovia, España. Durante un año estuvo preparándose para el ministerio de la predicación en Aranda de Duero.
Terminado el curso de preparación recibió su destino, México, llegando junto con otros cinco claretianos a Veracruz el 20 de agosto de 1923. Ocho días más tarde llegó a la capital y visitó el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, poniendo bajo su protección su ministerio sacerdotal. En México desempeñó diversos oficios.
En diciembre de 1924 recibió, junto con sus hermanos de comunidad de León, la noticia de las leyes anticatólicas y anticlericales del presidente Calles, optando por refugiarse en una casa amiga, la de las hermanas Josefina y Jovita Alba, para evitar la expulsión del país.
En marzo de 1927, al arreciar la persecución religiosa, obedeciendo al superior local, p. Fernando Santesteban, dejó León y se marchó a México, D.F., donde estuvo unos cuantos días, regresando con el permiso del superior provincial para residir en León y ejercer allí su ministerio misionero. A los pocos días de haber llegado, el 23 de abril el superior de la comunidad le entregó una carta en la que le comunicaba la existencia de una orden de detención contra él y le invitaba a suspender toda actividad, a huir o a esconderse, y a cambiar de domicilio. No le dio importancia a dicha carta, considerando que nada malo le podría pasar, siendo detenido al día siguiente.
Una detención que no fue fruto de su imprudencia, sino más bien de la ingenuidad de dos señoras que tratando de hacer el bien, no se les ocurrió tomar las precauciones necesarias tras su visita al cuartel, donde pidieron la libertad para el P. José Trinidad Rangel. Cuando entraron los soldados en la casa de las hermanas Alba no reconocieron al p. Solá como sacerdote, sólo tras el registro efectuado a su habitación descubrieron una fotografía en la que estaba dando la primera Comunión a una niña. En ningún momento negó su condición sacerdotal, más bien confesó su nombre y condición, siendo suficiente para detenerlo junto con Leonardo Pérez, que se encontraba en el oratorio de la casa.
Fue llevado a la comandancia militar, último lugar terreno antes de abrazar la palma del martirio y contemplar a Cristo, era el 25 de abril de 1927.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Por: . | Fuente: Vatican.va
Presbítero y Mártir
Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.
Al escuchar la predicación de un misionero claretiano en el pueblo de Sentforas, él y su hermano Santiago sintieron la vocación religiosa y entraron en el seminario que los misioneros tenían en Vich. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de septiembre de 1922 en la capilla del palacio episcopal de Segovia, España. Durante un año estuvo preparándose para el ministerio de la predicación en Aranda de Duero.
Terminado el curso de preparación recibió su destino, México, llegando junto con otros cinco claretianos a Veracruz el 20 de agosto de 1923. Ocho días más tarde llegó a la capital y visitó el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, poniendo bajo su protección su ministerio sacerdotal. En México desempeñó diversos oficios.
En diciembre de 1924 recibió, junto con sus hermanos de comunidad de León, la noticia de las leyes anticatólicas y anticlericales del presidente Calles, optando por refugiarse en una casa amiga, la de las hermanas Josefina y Jovita Alba, para evitar la expulsión del país.
En marzo de 1927, al arreciar la persecución religiosa, obedeciendo al superior local, p. Fernando Santesteban, dejó León y se marchó a México, D.F., donde estuvo unos cuantos días, regresando con el permiso del superior provincial para residir en León y ejercer allí su ministerio misionero. A los pocos días de haber llegado, el 23 de abril el superior de la comunidad le entregó una carta en la que le comunicaba la existencia de una orden de detención contra él y le invitaba a suspender toda actividad, a huir o a esconderse, y a cambiar de domicilio. No le dio importancia a dicha carta, considerando que nada malo le podría pasar, siendo detenido al día siguiente.
Una detención que no fue fruto de su imprudencia, sino más bien de la ingenuidad de dos señoras que tratando de hacer el bien, no se les ocurrió tomar las precauciones necesarias tras su visita al cuartel, donde pidieron la libertad para el P. José Trinidad Rangel. Cuando entraron los soldados en la casa de las hermanas Alba no reconocieron al p. Solá como sacerdote, sólo tras el registro efectuado a su habitación descubrieron una fotografía en la que estaba dando la primera Comunión a una niña. En ningún momento negó su condición sacerdotal, más bien confesó su nombre y condición, siendo suficiente para detenerlo junto con Leonardo Pérez, que se encontraba en el oratorio de la casa.
Fue llevado a la comandancia militar, último lugar terreno antes de abrazar la palma del martirio y contemplar a Cristo, era el 25 de abril de 1927.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Pedro de San José Betancurt, Santo
Pedro de San José Betancurt, Santo
Pedro de San José Betancurt, Santo
Terciario Franciscano de Guatemala, 25 de abril
Por: . | Fuente: Vatican.va
Religioso Franciscano y
Martirologio Romano: En Antigua, cerca de la ciudad de Guatemala, en América Central, san Pedro de San José Bethencourt, religioso de la Tercera Orden Regular de San Francisco, que bajo el patrocinio de Nuestra Señora de Belén se entregó ejemplarmente a la asistencia de huérfanos, mendigos, enfermos, jóvenes sin formación, extranjeros y condenados a trabajos forzados. ( 1667)
Fecha de canonización: 30 de julio de 2002, por el Papa Juan Pablo II.
San Pedro de San José Betancurt nace en Vilaflor de Tenerife, (Islas Canrias, España), el 21 de marzo de 1626 y muere en Guatemala el 25 de abril de 1667.
La distancia en el tiempo no opaca la luz que emana de su figura y que ha iluminado tanto a Tenerife como a toda la América Central desde aquellos remotos días de la Colonia.
San Pedro de San José Betancurt supo leer el Evangelio con los ojos de los humildes y vivió intensamente los Misterios de Belén y de la Cruz, los cuales orientaron todo su pensamiento y acción de caridad. Hijo de pastores y agricultores, tuvo la gracia de ser educado por sus padres profundamente cristianos; a los 23 años abandonó su nativa Tenerife y, después de 2 años, llegó a Guatemala, tierra que la Providencia había asignado para su apostolado misionero.
Apenas desembarcado en el Nuevo Mundo, una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, quiso consagrar su vida a Dios realizando los estudios eclesiásticos pero, al no poder hacerlo, profesó como terciario en el Convento de San Francisco, en la actual La Antigua Guatemala, con un bien determinado programa de revivir la experiencia de Jesús de Nazaret en la humildad, la pobreza, la penitencia y el servicio a los pobres.
En un primer momento realizó su programa como custodio y sacristán de la Ermita del Santo Calvario, cercana al convento franciscano, que se convierte en el centro irradiador de su caridad. Visitó hospitales, cárceles, las casas de los pobres; los emigrantes sin trabajo, los adolescentes descarriados, sin instrucción y ya entregados a los vicios, para quienes logró realizar una primera fundación para acoger a los pequeños vagabundos blancos, mestizos y negros. Atendió la instrucción religiosa y civil con criterios todavía hoy calificados como modernos.
Construyó un oratorio, una escuela, una enfermería, una posada para sacerdotes que se encontraban de paso por la ciudad y para estudiantes universitarios, necesitados de alojamiento seguro y económico. Recordando la pobreza de la primera posada de Jesús en la tierra, llamó a su obra «Belén».
Otros terciarios lo imitaron, compartiendo con el santo penitencia, oración y actividad caritativa: la vida comunitaria tomó forma cuando el Santo escribió un reglamento, que fue adoptado también por las mujeres que atendían a la educación de los niños; estaba surgiendo aquello que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de las Bethlemitas, aún cuando éstas sólo obtuvieron el reconocimiento de la Santa Sede más tarde.
El Santo Hermano Pedro se adelantó a los tiempos con métodos pedagógicos nuevos y estableció servicios sociales no imaginables en su época, como el hospital para convalecientes. Sus escritos espirituales son de una agudeza y profundidad inigualables.
Su caridad no le daba reposo. Su esperanza y su fe lo mantenían en vigilia, el oído atento al dolor. Pedro, un hombre sin techo y sin pan, daba de comer al hambriento y vestía al desnudo. Acudía a los ricos y acercándoles la llama de su caridad derretía su egoísmo y encendía la generosidad de aquellos hombres.
Muere apenas a los 41 años el que en vida era llamado «Madre de Guatemala». A más de tres siglos de distancia, la memoria del «hombre que fue caridad» es sentida grandemente, viva y concreta, en su nativa Tenerife, en Guatemala y en todos los lugares donde se conoce su obra. El Hermano Pedro fue Beatificado solemnemente por S.S. Juan Pablo II el 22 de junio de 1980, y canonizado el 30 de julio de 2002 por el mismo Papa, en un acontecimiento de incalculable valor pastoral y eclesial para Guatemala y para toda América.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Por: . | Fuente: Vatican.va
Religioso Franciscano y
Fundador de la Orden de Nuestra Señora de Belén (Bethlemitas)
Fecha de canonización: 30 de julio de 2002, por el Papa Juan Pablo II.
La distancia en el tiempo no opaca la luz que emana de su figura y que ha iluminado tanto a Tenerife como a toda la América Central desde aquellos remotos días de la Colonia.
San Pedro de San José Betancurt supo leer el Evangelio con los ojos de los humildes y vivió intensamente los Misterios de Belén y de la Cruz, los cuales orientaron todo su pensamiento y acción de caridad. Hijo de pastores y agricultores, tuvo la gracia de ser educado por sus padres profundamente cristianos; a los 23 años abandonó su nativa Tenerife y, después de 2 años, llegó a Guatemala, tierra que la Providencia había asignado para su apostolado misionero.
Apenas desembarcado en el Nuevo Mundo, una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, quiso consagrar su vida a Dios realizando los estudios eclesiásticos pero, al no poder hacerlo, profesó como terciario en el Convento de San Francisco, en la actual La Antigua Guatemala, con un bien determinado programa de revivir la experiencia de Jesús de Nazaret en la humildad, la pobreza, la penitencia y el servicio a los pobres.
En un primer momento realizó su programa como custodio y sacristán de la Ermita del Santo Calvario, cercana al convento franciscano, que se convierte en el centro irradiador de su caridad. Visitó hospitales, cárceles, las casas de los pobres; los emigrantes sin trabajo, los adolescentes descarriados, sin instrucción y ya entregados a los vicios, para quienes logró realizar una primera fundación para acoger a los pequeños vagabundos blancos, mestizos y negros. Atendió la instrucción religiosa y civil con criterios todavía hoy calificados como modernos.
Construyó un oratorio, una escuela, una enfermería, una posada para sacerdotes que se encontraban de paso por la ciudad y para estudiantes universitarios, necesitados de alojamiento seguro y económico. Recordando la pobreza de la primera posada de Jesús en la tierra, llamó a su obra «Belén».
Otros terciarios lo imitaron, compartiendo con el santo penitencia, oración y actividad caritativa: la vida comunitaria tomó forma cuando el Santo escribió un reglamento, que fue adoptado también por las mujeres que atendían a la educación de los niños; estaba surgiendo aquello que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de las Bethlemitas, aún cuando éstas sólo obtuvieron el reconocimiento de la Santa Sede más tarde.
El Santo Hermano Pedro se adelantó a los tiempos con métodos pedagógicos nuevos y estableció servicios sociales no imaginables en su época, como el hospital para convalecientes. Sus escritos espirituales son de una agudeza y profundidad inigualables.
Su caridad no le daba reposo. Su esperanza y su fe lo mantenían en vigilia, el oído atento al dolor. Pedro, un hombre sin techo y sin pan, daba de comer al hambriento y vestía al desnudo. Acudía a los ricos y acercándoles la llama de su caridad derretía su egoísmo y encendía la generosidad de aquellos hombres.
Muere apenas a los 41 años el que en vida era llamado «Madre de Guatemala». A más de tres siglos de distancia, la memoria del «hombre que fue caridad» es sentida grandemente, viva y concreta, en su nativa Tenerife, en Guatemala y en todos los lugares donde se conoce su obra. El Hermano Pedro fue Beatificado solemnemente por S.S. Juan Pablo II el 22 de junio de 1980, y canonizado el 30 de julio de 2002 por el mismo Papa, en un acontecimiento de incalculable valor pastoral y eclesial para Guatemala y para toda América.
Reproducido con autorización de Vatican.va
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