Leyente
de las palabras y de 'algo más'..., te escribo ahora. Y mientras escribo esto
me voy diciendo y repitiendo a modo de mantra: "Leer es dejar rondar mil
palabras por entre las neuronas que saben convertirlas en imágenes y hasta en
realidades" (CBH, escrito queda y para que conste). Seguramente, estas
palabras así matrimoniadas y en familia ya las escribió alguna pluma más elegante
y aplaudida o laureada. No me importa.
Ojalá
mis neuronas se atrevieran a hacer lo mismo cuando leo en uno de esos cuatro
libritos llamados 'Evangelios según...'
Ya
sabes que domingo a domingo debo hacer esta lectura, al menos en dos de ellos.
Y hoy, para escribir esta presentación, leí en Lucas 5,1-11 muchas cosas de las
que ahora me gustaría hablar.
Las
más importantes ya las comentaré en el comentario. Me quedo ahora con una
imagen: la soledad de Jesús de Nazaret.
Desde
que este hombre decidió visitar a Juan y bautizarse con él (Lucas 3) hasta este
momento de la pesca milagrosa, según Lucas, siempre anduvo solo. Sin
seguidores. Más bien estuvo acompañado, y muy de cerca, de enemigos que hasta
desearon despeñarlo.
Y
esos enemigos no eran precisamente extranjeros, sino paisanos y tal vez
paisanos muy cercanos. Me sorprende leerlo y me sorprende más imaginármelo.
Este galileo del relato de Lucas parece que nació para el conflicto.
¿Por
qué? Porque iba echando en cara a sus autoridades religiosas cómo se
aprovechaban de la religiosidad popular judía. Tocar este asunto fue
conflictivo para Jesús y lo siguió siendo siempre después de él y hoy también
lo es. Por las anchas venas de la religiosidad popular circula corriente
espiritual de alta tensión. Peligro de muerte, se advierte, a quien se acerque
y toque. Hoy, también: ¿Evangelizar la religiosidad popular? Evangelizar, no
sacramentalizar.
Y
del relato del Evangelio de Mateo 7,1-12... Casi es mejor callarse. Su Jesús es
tan blasfemo y hereje con los dogmas y tradiciones de su religión judía que se
atrevió a sustituir toda la Ley de Moisés y todo el mensaje de los Profetas por
'los deseos de los adentros de cada persona'.
Siempre
que me paro a pensarlo un poquito me ronda la tentación de abandonar toda
lectura, darme la vuelta y olvidar...
Cada
vez se comprende mejor que aquel laico y galileo llamado Jesús de Nazaret tuvo
clarito dónde se 'implicaba-complicaba'. Lo intuyó, lo asumió, y lo consumó a
sus, más o menos, treinta años de vida. Una persona con las neuronas en su
sitio...
Puedes
leer a continuación los comentarios... También los encuentras en el archivo
adjunto.
Domingo 5º del TO (10.02.2019): Lucas 5,1-11
‘El reinado de Dios está dentro de ti... y de mí’. Así lo escribo CONTIGO,
El texto de Lucas
4,31-44 debería de leerse en este domingo día 10 de febrero. Pero quien manda
en la liturgia de la llamada misa o eucaristía ordena que no sea así. Las
cuatro secuencias que no se nos van a leer siguen presentando ‘la
evangelización’ de Jesús de Nazaret en sus tierras de Galilea. Esas
autoridades, ‘antievangélicas’, ¿desean ocultar algo a alguien?
Afortunadamente, quienes lo deseamos disponemos de una Biblia y nos leeremos lo
que no se nos proclamará en las celebraciones. Creo que las luces de estas
autoridades son muy cortas.
Sin embargo se nos
ofrece la lectura de Lucas 5,1-11. Sugiero a quien me lee ahora que
abra su Biblia y lea esta narración de la llamada ‘pesca milagrosa y el
seguimiento de los primeros discípulos de Jesús’. Y, por favor, que se siga
leyendo todo el resto de este capítulo quinto porque no se nos leerá jamás en
los encuentros de los creyentes para la escucha de la Palabra.
El no muy lejano
día once de marzo del año pasado escribí una página como ésta para comentar en
siete párrafos esta narración de Lucas 5,1-11. Cuanto allí quedó escrito me
ilumina para completar este ya iniciado comentario. Creo que existen tres
asuntos en esta narración: 5,1-3; 5,4-7 y 5,8-11.
El primer asunto es
éste: “La
gente se reunía alrededor de Jesús para oírle...Sentado sobre la barca,
enseñaba a la muchedumbre” (Lucas 5,1-3). El escenario de la
‘enseñanza’ de este Jesús del Evangelista Lucas es la orilla del mar de Galilea
o lago de Genesaret o también llamado lago de Tiberíades. En el capítulo
anterior este Jesús ‘evangelizaba’ de sábado en sábado, de sinagoga en sinagoga
y hasta de casa en casa. Y siempre con el riesgo de que le ‘cortaran la voz y
la vida’ (Lc 4,28-30). Ahora evangeliza en el mar. Muchos le rodean. Nadie le
sigue. Está solo.
¿Qué enseña este
Jesús sobre ‘la cátedra de una barca desde el mar’? Dice Lucas que enseñaba a
escuchar y comprender la palabra de Dios. Así lo hizo desde Lucas 4,16-22. Esta
palabra estaba escrita en la Ley y en los profetas de este pueblo judío. En
Nazaret enseñó a leer al profeta llamado Isaías tercero (Is 56-66). Este
profeta hablaba de Yavé como de un Dios que premiaba a los buenos (los judíos
cumplidores) y castigaba a los malos (todo no judío) ¿...?
El segundo asunto
es éste: “Maestro...
no hemos pescado nada. Fiado de tu palabra echaré las redes” (Lucas
5,4-7). Es la narración de la popularmente llamada ‘pesca milagrosa’.
Según este Evangelista sucede en los inicios de la tarea evangelizadora de
Jesús. Según el cuarto Evangelio esta pesca tiene lugar después de la muerte y
sepultamiento de Jesús (Juan 21,1-14). Un hecho como está contado en estos dos
Evangelios no sucedió nunca. Las tareas de la pesca son imágenes muy
ilustrativas de la tarea liberadora de la
E
VANGELIZACION de Jesús. Pescar es liberar del mal. Este mal está simbolizado en
el mar, donde nos movemos todos los humanos.
El tercer asunto es
éste: “Desde
ahora serás pescador de hombres” (Lucas 5,8-11). Estas palabras de
Jesús están dirigidas a Simón (Pedro, el piedra) en presencia de Santiago y
Juan, los Zebedeos (‘Atronadores’ por su nacionalismo). Pescar personas es
liberarlas del mal. Así lo aprendió un samaritano (Lc 10,25-37) ante la
ignorancia de un sacerdote y de un levita judíos.
Carmelo Bueno Heras
Domingo 11º de Mateo (10.02.2019): Mateo 7,1-12
“Todo cuanto deseas que te hagan, házselo a los demás” (Mateo 7,12)
En el texto del
Evangelio de Mateo 7,1-12 es el mismo Jesús de Nazaret quien continúa
proclamando su buena noticia de ‘las bienaventuranzas’, su programa
evangelizador. Todo este primer discurso, que aún no ha finalizado, lo viene a
sintetizar el Evangelista con unas afirmaciones que los leyentes y escuchantes
de Jesús sólo las encontraremos aquí. En ninguno de los otros tres Evangelios
se citan tan completas y de la misma manera.
“Por lo tanto, todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos;
porque ésta es la Ley y los Profetas” (Mateo 7,12). Lo voy a expresar de
otra manera e inspirado en lo que ya conocemos de este discurso: “Feliz,
dichosa y bienaventurada la per-sona que todo cuanto desea que le hagan los
otros, se lo hace también y primeramente a ellos. Ésta es la única Religión, el
único Dogma, el único Mandamiento y la única Regla’. ¿Es mi fe? Sí.
La próxima semana
comentaré la continuación y la finalización de este primer discurso del Jesús
de Mateo. Pero ya adelanto que el Evangelista, por medio de parábolas,
comentará el vacío deshumanizador de la Ley de Israel y la perversión engañosa
de tanto profeta palabrero.
Antes de llegar a
esa primera clave y síntesis de la misión evangelizadora de Jesús de Nazaret
(Mt 7,12) el narrador Mateo nos regala tres tesoros tan evidentes como
escondidos para despertar la luz y el calor de nuestros deseos más sanos y
humanizadores: 7,1-5; 7,6 y 7,7-11.
En Mateo 7,1-5 el Jesús del
Evangelista nos habla del ojo, de los ojos, de los de él, de los
tuyos y de los míos, de los de todos cuantos le están viendo. Y recuerdo que no
son pocas estas personas que le escuchan, sino todo Israel (ver Mt 4,23-25 y
7,28 y 9,35). De esta manera tan natural nos invita a mirar a los otros como
deseamos que los otros nos miren. No es un mandato, sino una invitación: Mira
al otro como deseas ser mirado.
En Mateo 7,6 el galileo y
laico del Evangelista nos habla de los perros y los
cerdos. También habla de ‘lo sabio y de lo valioso’. Llevo horas
preguntándome, ¿quiénes son los perros y cerdos y qué es losabio, loverdadero y
lovalioso? Por fin, acabo de llegar en mis adentros a una conclusión: para los
‘buenos judíos’ perros y cerdos eran todos los pecadores y los paganos
extranjeros. En cambio, para el Jesús de Mateo, creo yo y para mí, esta
‘ideología espiritual judía’ ya no es sabia, ni verdadera, ni valiosa. ¿Qué es
para ti y para mí lo sabio, sano y valioso?
En Mateo 7,7-11 el judío y
creyente del Evangelista nos habla de la vida de la convivencia, de
las relaciones entre las personas: dar y pedir, llamar y escuchar, buscar y
encontrar. Y yo leo también estas otras catorce maneras de relacionarse: comprender,
acoger, acompañar, curar, compartir, perdonar, abrazar, sonreír, callar,
levantar, limpiar, vestir, alimentar y... ¡amar! Posiblemente, tal vez,
se esté hablando de la oración más elemental como lo es ‘la oración de
petición’. ¿Orar es pedir cuanto se desea? ¿Acaso orar no es regalar a los
otros aquello que más se desea, se espera o se necesita? Antes de hablar a Dios
o de Dios o con Dios, ¡qué acertado es hablar con el padre, la madre, el otro,
los otros y hasta con ‘los otros de los otros’! Orar es vivir. Vivir sano. En
fin, respirar. Ay, y convivir. Convivir a gusto es una... ¡¡¡pasada!!!
Carmelo Bueno Heras
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