Greg Zuerlein, padre de cuatro hijos, es de Lincoln, la diócesis más viva del país
Un católico que argumenta su fe a la perfección marcó los tres puntos de su equipo en la Super Bowl
Este domingo se disputó la 53ª Super Bowl, el gran momento del año para el fútbol americano. En el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta (Georgia), los New England Patriots lograron su sexto título, tercero en cinco años, lo que unido a sus cinco subcampeonatos les convierten en el mejor equipo que haya participado en esta competición.
Derrotaron 10-3 a Los Ángeles Rams, en la que algunos han calificado como la final más aburrida en la historia del torneo, por su bajísimo tanteo. De hecho, los únicos tres puntos de los californianos los logró su pateador Greg Zuerlein, eso sí, con el segundo lanzamiento más largo en una Super Bowl, 53 yardas (48,5 metros), solo por debajo de las 54 yardas de Steve Christie en 1994. Éste fue el momento, que igualaba el partido (minuto 0:35 del vídeo):
Se da la circunstancia de que Greg Zuerlein, de 31 años, es católico, natural de Lincoln (Nebraska), la diócesis más vital del país, y estudió en el Instituto Pío X de su ciudad natal, en cuyo equipo empezó a destacar, hasta consagrarse luego durante su paso por la Universidad de Nebraska. Entró en el fútbol profesional (NFL, National Football League) en 2012, ya en los Rams de Los Ángeles, donde se ha ganado una merecida reputación como especialista en lanzamientos largos (su apodo es Greg the Leg, Greg la Pierna). Aquel año fue el primer jugador en la historia de la NFL que conseguía uno de 60 yardas y otro de mas de 50 en el mismo partido. En 2017 fue elegido por la prensa como el mejor en su puesto, una ubicación de especialista: sale al terreno de juego solo para eso.
Los hijos, preparación para la vida
Zuerlein es padre de cuatro hijos y una persona de firmes convicciones religiosas. Pocas horas antes de esta su primera Super Bowl habló al respecto con Trent Beattie en el National Catholic Register, donde afirmó que su familia es la mejor preparación psicológicapara momentos de tanta trascendencia como el que le esperaba: "Los hijos te preparan, incluso mejor que las situaciones prácticas concretas, para todo lo que pueda suceder. Siempre pasa algo con ellos, así que mi mente está ocupada con esas preocupaciones más que con las preocupaciones del trabajo".
Greg y Megan se conocieron en el instituto Pío X. Ella es enfermera y también nacida en Lincoln.
Dice que lo propio de una familia es tener hijos, así que no debe ser considerado algo raro que los hijos vengan: "La finalidad de casarse es educar bien a los hijos, primero darles la vida natural y luego darles la vida sobrenatural en la Iglesia".
El Sola Scriptura de los protestantes
A Zuerling le gusta leer, y su última lectura ha sido Four Witnesses [Cuatro testigos], sobre cuatro santos de los primeros tiempos del cristianismo: San Clemente Romano, San Ignacio de Antioquía, San Justino Mártir y San Ireneo de Lyon. El libro, señala, aborda temas como "el papel de los obispos y la unidad de los creyentes".
Es una obra que le forma para sus conversaciones con otros cristianos: "Los escritos de los primeros líderes de la Iglesia después de los apóstoles son un buen dato para ofrecer a los amigos protestantes, que tienden a ver la historia como si en ella hubiese un salto de 1500 años entre los apóstoles y los orígenes del protestantismo. La Iglesia era católica desde el principio, siempre hemos sido una familia en la fe, guiada por obispos y sacerdotes que pueden trazar el origen de sus sagradas órdenes hasta los apóstoles, a su vez ordenados por Cristo. La sucesión apostólica significa la continuidad de la vida de Cristo en el mundo".
Y Zuerling añade un argumento de peso contra la herejía luterana del Sola Scriptura (Solo las Escrituras, que niega la Tradición como fuente de la Revelación): "El Sola Scriptura, es decir, la creencia de que la única regla de fe que necesita el cristiano es la Biblia, no se encuentra en la segunda generación de cristianos, ni en la primera. En cualquier caso, habría sido imposible seguir esa regla, pues pasaron muchas décadas antes de que se escribiese el Nuevo Testamento y que luego fuese reunido en un canon por la Iglesia. Incluso cuando eso se hizo, el Sola Scriptura habría exigido que todos supiesen leer y que todos tuviesen un ejemplar de la Biblia impresa".
Una buena apologética
Zuerling confiesa que le gusta la apologética. Y toma de frente los problemas incómodos: "Sé de personas que dicen que no van a misa a causa del Papa Francisco. Parece que hay una mala comprensión de que la infalibilidad es un atributo que tiene límites. Se puede estar en desacuerdo con lo que dice un Papa en una rueda de prensa; lo que estamos llamados a creer es lo que la Iglesia nos ha transmitido a lo largo de generaciones. Aunque los dirigentes actuales no enseñen esto claramente, esto es lo que es, y es lo que debemos creer y vivir, especialmente en la misa dominical".
Greg Zuerlein, un gran lanzador cuyo objetivo en la vida es llevar al cielo su alma y la de su mujer y sus cuatro hijos.
El placekicker de Los Ángeles Rams dice que "es una desgracia que el catolicismo no se enseñe con claridad, porque la gente está realmente confundida sobre los asuntos más básicos, incluso asuntos que no son específicamente católicos. A veces se presenta el aborto como un asunto entre varios, o incluso se lo pasa por algo, pero no tienes que pertenecer a la Iglesia para saber que matar niños está mal y que eso es más importante que otros asuntos".
El amor de Cristo
Zuerling no está de acuerdo en contraponer el amor a las normas: "Cuanto más amas, más dispuesto estás a asumir obligaciones. Quien ama no las considera obligaciones, porque lo que le preocupa es demostrar su amor a la otra persona".
Y cree que si pensásemos más en el amor de Dios, lo devolveríamos de mejor grado, y "ayuda realmente a ello considerar que los enormes sufrimientos que Cristo pasó concretamente por el bien de nuestra alma".
La familia, una única alma que llevar al cielo
Por último, agradece la formación recibida en su familia: "Soy muy afortunado por tener padres que se tomaron la fe católica en serio. En nuestra familia quedaba claro que tenemos que hacer ciertas cosas para ir al cielo. La Iglesia está ahí de muchas formas para que podamos lograr ese objetivo, así que de lo que se trata es de si queremos o no cooperar con la gracia que se nos ofrece a través de la vida sacramental y devocional de la Iglesia. Todo se centra en Cristo se expande a través de María, José, los apóstoles, los ángeles, etc. Es lo que me enseñaron de niño, y ahora lo veo más claro".
Y concluye con una precisión: "Para un hombre católico soltero, el objetivo más importante es llevar su alma al cielo, pero el objetivo más importante para un hombre católico casado se extiende no solo a llevar su alma al cielo, sino también las de su esposa e hijos. Es casi como si, como resultado del amor compartido, fueseis como familia una sola alma".
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