Hoy se conmemora a Santa Catalina de Suecia, Patrona de las vírgenes
Santa Catalina de Suecia fue la cuarta hija de Santa Brígida, Patrona de Europa. Es una religiosa considerada la santa patrona de las vírgenes y generalmente es representada con un látigo a su lado, el cual, según la tradición, vino a su ayuda cuándo jóvenes sin castidad buscaban atraparla.
Fue una mujer sencilla y pobre que dedicó muchas horas del día a la meditación de la pasión y muerte de Cristo, al rezo de los salmos penitenciales y el Oficio de la Virgen María. Solía visitar a pobres y enfermos en los hospitales, realizaba trabajos domésticos y rezaba en los lugares de culto.
Catalina nació en Suecia en 1331 o 1332. A la edad de 7 años fue encargada a la abadesa del convento de Risberg para que continúe recibiendo la educación católica impartida por sus padres. Fue así que creció en ella un deseo para la vida de auto mortificación y consagración total a Dios.
No obstante, a la edad de 13, su padre decidió casarla con un noble de ascendencia alemana, Eggart von Kürnen. Después del casamiento Catalina persuadió a su esposo –que era creyente- para mantener un voto de castidad, el cual cumplirían hasta el final.
En 1349, después del fallecimiento de su padre, Catalina llegó a un acuerdo con su marido y partió junto a Santa Brígida (su madre) hacia una peregrinación para venerar las tumbas de San Pedro y San Pablo en Roma.
Al llegar recibió la noticia de que su esposo había muerto, y tiempo después, rechazó cualquier oferta de matrimonio. Fue así que Catalina decidió vivir con su madre imitando fervorosamente su vida ascética y su pertenencia a Dios.
En 1372 Catalina y su hermano Birger acompañaron a su madre a una peregrinación a Tierra Santa. Brígida falleció al poco tiempo de su regreso a Roma y en 1374 su cuerpo fue enviado a Suecia para que sea enterrado en Vadstena, en el convento donde fundó La Orden del Santísimo Salvador.
Catalina vivió y dirigió el convento que fundó su madre hasta 1375, tiempo en el que regresó a Roma para promover su canonización. Pese a no obtener resultados, logró la ratificación en la aprobación de las reglas de la orden brigidina, alrededor de 1378.
Tras cinco años regresó a su tierra natal y el obispado le entregó formalmente la dirección de la nueva orden religiosa. Poco tiempo después enfermó y falleció el 24 de marzo de 1381. En 1484 Inocencio VIII dio permiso para su veneración como santa. Su fiesta es celebrada por la Iglesia el 24 de marzo.
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