Patris corde
'Patris', en latín, genitivo de 'pater', en español 'de
padre'.
'Corde', en latín, ablativo de 'cor', en castellano 'con
corazón'.
Patris corde: Con corazón de padre.
Este es el comienzo y el
nombre de bautismo del Documento de Francisco papa en el que se nos recuerda
quién fue y sigue siendo 'el padre de Jesús de Nazaret'. Este documento se
publicó el pasado día 8 de diciembre de 2020. En este mismo día y firmado por el
titular de la Penitenciaría vaticana, Mauro Piacenza, se publicó el Decreto que
anuncia y regula la concesión de las correspondientes Indulgencias durante el
año (8 de diciembre de 2020 a 8 de diciembre de 2021) dedicado a la memoria del
santo patrono de la Iglesia.
Recuerdo estos datos en la
presentación de los comentarios de mis adentros para el domingo día 20 de
diciembre. Curiosamente, muy curiosamente, en el día en el que se nos proclama
que el padre de Jesús de Nazaret no es otro que el Espíritu Santo. Así es como
lo contó Lucas, el Evangelista bien informado (Lc 1,1-4), cuando nos dejó
escrito el relato llamado 'La anunciación a María'. Un relato que ha inspirado
a los mejores pinceles de la historia del arte de nuestro mundo. ¿Recordaremos:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti... te cubrirá con su sombra"
(1,35)?
Y recordaremos que poco
después este mismo Evangelista nos va a constatar: "Todos... comentaban:
¿no es éste el hijo de José?" (4,22).
¿Cómo es posible que
afirmaciones tan contrapuestas vengan a ser verdad tanto la una como la otra?
Seguramente será muy urgente la publicación de una tesis que ponga luz en tanta
oposición.
Creo que a estas alturas del
siglo XXI y a punto de comenzar su único y muy peculiar año 21 somos muy
conscientes de la complejidad que implica responder a la pregunta '¿quién fue y
es Jesús de Nazaret?'
Me atrevo a confesar que tan
complicado o más es poder responder con serena paz y convicción ¿quién fue y lo
será siempre el padre de ese mismo Jesús de Nazaret?
Ninguno de los documentos
papales, como recuerda la Carta 'Patris corde', nos sacará de las dudas que
alberga el sentido común de tantísimos creyentes y seguidores...
¿Cuesta tanto ser capaz
de afirmar que María y José fueron los padres de Jesús de Nazaret? ¿Puede saberse
qué entretelas de la fe se resquebrajan con volver a afirmar que José y María
fueron y lo serán siempre el padre y la madre de Jesús de Nazaret?
Y ya puestos en faena de
liberación quiero imaginar que no se volverá a mencionar en ningún documento vaticano,
a partir de este pasado 8 de diciembre de 2020, el asunto de las Indulgencias,
ni de días ni de años ni plenarias. ¿En cuál de los cuatro Evangelios y de sus
correspondientes Evangelistas se lee jamás una referencia a tales prácticas que
unos 'pastores interesados' se atrevieron a implantar?
Si 'alguien' quiso que tales
Indulgencias pertenecieran a la Tradición también puede haber 'otro alguien'
que decida silenciarlas en o de la misma Tradición.
Y creo que ya puedo ir
poniendo el punto y seguido a esta presentación.
A continuación se encuentran
los comentarios de los dos textos bíblicos del próximo domingo 20 en los que el
Ángel Gabriel se nos presenta como protagonista de los relatos.
y
Domingo 4º de Adviento B (20.12.2020): Lucas 1,26-38.
¡Tuvo que ser en el sexto mes! Me lo pregunto y lo escribo CONTIGO,
Vengo constatando que siempre que se lee este relato de ‘La
Anunciación a María’ en las asambleas de la liturgia dominical católica se
omite, se silencia, la expresión que el Evangelista Lucas escribió como anáfora
en el frontispicio de su tejido. ¿Molesta algo a la autoridad de la liturgia
vaticana proclamar (leer en público) ‘Al sexto mes’? (ver Lucas 1,26). Menos mal
que este narrador tuvo la delicadeza de volver a repetir esta expresión poco
después, en 1,36.
Sólo por este, en apariencia nimio pormenor, podemos -y
debería hacerse siempre- relacionar este relato, que nos ha elaborado Lucas
para sus lectores, con el capítulo octavo del Libro de Daniel y especialmente
deben leerse con calma los versículos 20 a 27. ¿Fue aquí donde Lucas se inspiró
para su narración? Las setenta semanas de las que habla Daniel han comenzado a
cumplirse con los anuncios realizados por El Noticia de Yavé-Dios llamado El
Fuerte (Gabriel).
Los seis primeros meses de estas setenta semanas corresponden
a los meses del embarazo de Isabel. Y desde este sexto mes comienza a
desarrollarse el embarazo de María. A los nueve meses nacerá el hijo de Isabel
y, en lógica biológica, tres meses después nacerá el hijo de María. Creo que
esta puede ser una de las razones por las que en el camino del Adviento se nos
propone contemplar la presencia de la madre del hijo que nace.
La persona de María, la joven de Nazaret, centra las
meditaciones contemplativas de la cuarta y última semana del Adviento de este
año 2020 tan explícitamente contagiado y contagiador de ‘El virus de la
corona’. El sueño del soñador Daniel, que espero se haya leído muy detenidamente,
¿no denuncia la ostentación de las coronas imperiales de Media, de Persia y,
sobre todo, del Supermagnífico Alejandro Primero el Grande, rey de Macedonia y
de la casi totalidad del mundo conocido? Entre ceja y ceja, aquel macedonio
llevaba su inmensa pandemia del ‘virus de la corona’ (ver Daniel ocho,
en el otro comentario, Cinco Minutos).
En el hijo que le nace a esta mujer de Galilea se va a
cumplir, según la cronología teológica de Lucas, el anuncio de Gabriel a
Daniel: dentro de setenta semanas le nacerá a este pueblo de Israel un mesías,
el mesías, el liberador, la salvación. Más tarde, sabremos con Lucas que este
mesianismo liberador del hijo de María será, no como se esperaba, sino
radicalmente distinto, una alternativa extrañamente sorprendente.
Este mesianismo liberador estará muy lejos de toda autoridad
política y religiosa. Sin Templo ni Palacio Real. Será el mesianismo liberador
que reconoce en cada hombre y mujer a un ser humano. Sólo a este mesías de la
convivencia que nos presentará este Evangelista se le ocurrirá contar como
programa de sus proyectos la parábola de ‘aquel samaritano’ ignorante de las
leyes judías, pero amante del caído y desangrado en el camino de la vida (Lc
10,25-37).
¿Fueron los hechos de la infancia de Jesús como los leemos en
este Evangelio? Seguramente no, en sus cien detalles. Sin embargo fueron así en
su sentido más humano. Se sabía bien qué era Jerusalén y casi todos ignoraban
qué era Nazaret. Y eso mismo sucede con María y con su hijo Jesús a quien sólo
se le conoce a partir de sus treinta años (Lc 3,23). Carmelo Bueno Heras.
CINCO MINUTOS
con la Biblia entre las manos.
Domingo 4º: 20.12.2020. Después de
comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...
DANIEL OCHO
Estos cinco minutos de lectura le dan a
uno las claves para organizar las actividades de una unidad didáctica bíblica
para trabajar en clase de religión o en catequesis (...) las capacidades,
destrezas, valores, conceptos y principios que pueden globalizarse partiendo de
un hecho: UN CARNERO Y UN MACHO CABRIO. ¿Sugerente?
Primera actividad, el animador
propone la lectura del texto de Daniel 8,1-14 y los asistentes lo leen. Se
sugiere, como metodología, que una persona lo lea en voz alta. Se escucha mejor
y se entiende mejor la narración. Es importante terminar la narración diciendo
la expresión "palabra de Dios", como en una liturgia.
Segunda actividad, el animador
invita a organizar un comic, es decir, convertir la narración en secuencias y
luego ir dibujando secuencia a secuencia. Puede ser una actividad a realizar en
el área de plástica-estética. Se trata de dibujar a Daniel en la ciudad de Susa
contemplando la aventura del carnero y del macho cabrío que lo vence y lo que
le sucede a este macho cabrío después. Esta actividad se hace a imitación de
los miniaturistas-dibujantes medievales que se dedicaban a la ilustración de la
Biblia.
Tercera actividad, el diálogo en
mesa redonda. Se comienza preguntando si lo leído-escuchado-dibujado se
entiende o no. Algunas preguntas para orientar la conversación pueden ser: ¿Se
trata de animales o son meros símbolos? ¿Qué quieren significar los cuernos del
carnero y del macho cabrío? ¿Por qué hacia el final (vv 11-12) aparece el
santuario, el altar y los sacrificios? ¿De qué hablan esos dos santos que
aparecen en los vv 13-14? Se toma nota de todo lo dialogado y se redactan (como
en el área de lenguaje) las conclusiones finales.
Cuarta actividad. Se debe invitar
al titular del área de historia y en su compañía se lee el resto del capítulo
ocho, es decir Daniel 8,15-27. Por si acaso, se le informa al profesor de
historia de lo hecho hasta ahora. Se le pide al titular de historia, según
indica el texto, que exponga la situación histórica -sintetizada- de los medos,
los persas, los macedonios y los sucesores del macedonio Alejandro y la
relación con los judíos de entonces. Por si se olvida algo, se le puede
preguntar por el Seléucida Antíoco IV. Al final, como conclusión puede verse
que estos escritores del libro de Daniel cuentan la historia como si se tratara
de una batalla de animales salvajes. Es una forma poética-ecológica de hacerlo.
Como actividad complementaria puede
echarse una mirada a nuestra realidad humana universal y detectar los
medos-persas-macedonios-seléucidas de nuestro siglo XX y volver a dibujar el
comic anterior con otros animales que identifiquen a los modernos imperios
equiparables a los del pasado. Si dibujar es muy complejo, se puede redactar otro
cuento de animales como Daniel ocho, pero con los ancianos y el ángel Gabriel y
el vidente Daniel identificados con personas de hoy. Dado que cada uno
alumbrará una narración distinta, terminar la actividad con la puesta en común.
Todo este trabajo de seis actividades es
para realizarlo en el gran tiempo de la Cuaresma cristiana, o en el tiempo de
Pentecostés, para intentar "transformar la realidad existencial en la que
vivimos" o tener al menos la esperanza de que el cambio pueda darse, al menos
en la visión del hombre contemplativo. Si por este método no se comprende qué
nos quiere decir el texto bíblico de Daniel 8, buscar en la biblioteca un
comentario y exponerlo tal cual, será más práctico, pero un poco más monótono y
menos cautivador.
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