VATICANO - Cardenal Tagle: “La pandemia ha
exacerbado las desigualdades y las heridas en el mundo”.
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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “La pandemia ha puesto
de manifiesto otro tipo de enfermedades que ya existían antes: la falta de
fraternidad y las barreras que separan a ricos y pobres. Hay quienes pueden
acceder a los más altos niveles de estudio y educación mientras otros ni
siquiera tienen la posibilidad de abrir un libro; hay quienes pueden ir a
los mejores hospitales y quienes ni siquiera tienen paracetamol disponible.
Ciertamente, el Covid-19 lo ha agravado: pensemos en las disposiciones sanitarias
más sencillas, como lavarse las manos o vivir separados. En muchas partes
del mundo no hay agua y hay familias de 6-7 personas que viven hacinadas.
La pandemia, además, ha puesto ante los ojos de todos las prioridades
equivocadas de nuestro mundo: no hay mascarillas, pero hay dinero para
armas y otros instrumentos de guerra”. Así lo ha expresado el Cardenal Luis
Antonio Tagle, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los
Pueblos, durante el seminario web “Tocar las heridas del mundo. Creer en
tiempos de pandemia”, organizado por el Festival Franciscano, por la
Editorial Misionera Italiana y por el Antoniano de Boloña.
El cardenal Tagle ha hablado de las heridas de este tiempo, mirándolas
desde una perspectiva de esperanza: “Hay muchos tipos de heridas causadas
por nuestras decisiones equivocadas, heridas autoinfligidas. Luego están
las heridas causadas por el exterior, por otras personas, por sistemas y
estructuras de indiferencia y desigualdad. Quisiera volver al 27 de marzo
del año pasado, en esa plaza de San Pedro tan vacía: durante esa hermosa
oración, el Santo Padre nos ofreció un gran regalo de fe, recordándonos que
la Encarnación de Jesucristo es la cercanía de Dios a todos los que sufren.
Nadie camina solo, nadie sufre solo, nadie muere solo: esta es la medicina,
Cristo Jesús. De ahí nacen las heridas de amor: los voluntarios, las
enfermeras, las religiosas, los obispos, los laicos que estuvieron y están
dispuestos a contagiarse entrando en lugares peligrosos, demostrando que
están dispuestos a ser heridos por el amor, por la solidaridad. Cuando una
persona ama, está dispuesta a ser herida”.
Como recuerda el Card. Tagle, justo después de la oración del 27 de marzo
de 2020, el Papa Francisco convocó un grupo de trabajo para responder a las
necesidades de los países más pobres y planificar un futuro de cercanía
después del Covid: “La Congregación para la Evangelización de los Pueblos,
Cáritas, el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y otras
realidades de la Iglesia fueron llamadas a dar cada una su propia
contribución. Nuestro Dicasterio de Propaganda Fide, por ejemplo, ha
ayudado a las iglesias locales, especialmente en las llamadas necesidades
institucionales, por ejemplo, para proporcionar alimentos y bienes
sanitarios, además de ayudar en las necesidades básicas en tierras de
misión. A Cáritas se le ha encomendado, en cambio, la misión de educar y
formar a las comunidades locales, para que estén preparadas a afrontar la
pandemia, a ayudar a las comunidades a no depender totalmente de sus
gobiernos”.
En la misión de la Iglesia, más allá de la emergencia pandémica, ha dicho
el Card. Tagle, también es necesario responder de forma creible a una
creciente secularización, ligada a una globalización “que no es sólo un
hecho económico, sino también un hecho de cultura”, ha seguido explicando
el cardenal. “No es posible poner escudos o barreras para proteger a las
personas de la circulación de estas ideas, pero esto no es un problema,
sino un reto que nos lleva a valorar nuestra fe”.
Por último, respondiendo a una pregunta sobre el acuerdo entre la Santa
Sede y China, el cardenal Tagle ha dicho: “Soy optimista respecto a China.
Sé que nuestro Papa San Juan Pablo II tenía el sueño de ir allí, y estoy
seguro de que también es el sueño del Papa Francisco. Esperamos que el
acuerdo entre China y la Santa Sede, aunque limitado y no perfecto, abra la
puerta a esta posibilidad. La diplomacia con los asiáticos suele ser
sorprendente: cuando no se espera una puerta abierta, se abren las
ventanas”.
(LF-PA) (Agencia Fides 25/3/2021)
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EUROPA/ITALIA - “El Covid no nos quita la
garantía de que Cristo ha resucitado”: la presencia y el testimonio de los
Camilos no se detiene
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Turín (Agencia Fides) – “El mundo tiene hoy más que nunca
una necesidad extrema de testimonios, de personas capaces de ir contra
corriente, capaces de oponerse al mal imperante que divide a los seres
humanos, que rechaza y no acoge al otro por lo que es y no por el país de
origen, el color de la piel o la condición social”. Así lo escribe a la
Agencia Fides el p. Antonio Menegón, presidente de la organización sin
ánimo de lucro ‘Madiam Orizzonti’, de los religiosos camilos (MI) de la
Provincia del Piamonte, con motivo de esta próxima Pascua.
“También este año -continúa el misionero- nos encontramos en la condición de
vivir una Pascua atravesada más por el sufrimiento que por la alegría, más
por la muerte que por la vida. Este largo periodo de precariedad sigue
prolongándose y parece no terminar nunca. Pero hay fuertes signos de
esperanza y nuestra fuerza vital seguramente prevalecerá. Cristo ha
resucitado”, subraya el p. Menegón, “y ésta es la garantía de nuestra fe
que nos ayuda a mirar siempre más allá, a no encerrarnos en nosotros
mismos, a retomar el camino con gran determinación”.
“A nuestra manera, hemos intentado dar respuestas concretas para ayudar a
resolver las necesidades básicas de la vida”. El camilo se refiere a la
misión en Haití, que el año pasado celebró 25 años desde su fundación. “En
estos años se ha desarrollado mucho, ha multiplicado y reforzado sus
actividades en favor de los enfermos, los discapacitados, las familias sin
vivienda, el trabajo, los cuidados y la educación. En el frente de la lucha
contra el Coronavirus se han enviado a Haití mascarillas, geles
desinfectantes, detergentes y desinfectantes, guantes y batas, pero sobre
todo víveres porque el virus mortal en Haití es el hambre que se ha
exacerbado con la pandemia, junto con la violencia que aterroriza a la
población, especialmente a los más pobres e indefensos”.
“Tanto en Haití, como en Guatemala, en Indonesia en la isla de Flores, y
aún más en Turín, - concluye el p. Menegon – ‘Madian Orizzonti Onlus’ se
compromete a dar una respuesta concreta a muchas familias que se encuentran
en graves dificultades económicas, más de 540 sólo en la Ciudad”.
(AM/AP) (25/3/2021 Agencia Fides)
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ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - El nuevo obispo de
Rumbek: “Poner a Cristo en el centro y relanzar la evangelización”.
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Rumbek (Agencia Fides) – “He trabajado
como vicario general en la diócesis de Malakal y estaba - y estoy - muy
satisfecho de mi vocación y de mi vida como misionero. Creo que el Papa me
eligió porque se necesitaba una presencia joven y enérgica que siguiera los
pasos de Cesare Mazzolari (el anterior obispo de Rumbek, fallecido en 2011.
Desde entonces la sede estaba vacante, ed.). Era un obispo querido por el
pueblo y los fieles de la diócesis pedían alguien en continuidad, orientado
a la pastoral. Cesare era comboniano como yo y espero seguir ese camino,
con una respuesta humana y humanitaria”. Con estas palabras se presenta a
la Agencia Fides Christian Carlassare, nuevo obispo titular de la diócesis
de Rumbek, el obispo italiano más joven al servicio de la Iglesia, desde
hace 16 años en Sudán del Sur. Se marcha de Malakal, en el Estado del Alto
Nilo, para sumergirse en una nueva realidad, en el Estado de los Lagos. De
este modo, su historia de pasión por Sudán del Sur, continúa y se
profundiza, siguiendo las huellas de una presencia de cercanía de la
Iglesia católica al país más joven del mundo (creado en 2011).
“Creo que es necesario dar un paso adelante en la formación catequética, en
la evangelización. Mi predecesor había creado el primer centro de catequesis,
pero era un período muy difícil, antes de la independencia. Ha llegado el
momento de relanzar la labor pastoral y la evangelización directa. En
Rumbek viven un millón ochocientas mil personas, hay 200.000 católicos
bautizados y 800.000 protestantes. La Iglesia católica, en cualquier caso,
es vista por todos los fieles, incluidos los de otras religiones, con gran
respeto, ya sea por la tradición de cercanía al pueblo en el ámbito social
y sanitario -así como la promoción de la paz- como por cuanto manifiesta el
Papa Francisco su constante interés por el país. Para nosotros será
fundamental poner a Cristo en el centro y fomentar la experiencia de
Cristo. Se puede tener mucha gente en la iglesia pero percibir una
experiencia limitada de la presencia de Jesús”.
El hecho de que Monseñor Carlassare sea un obispo jóven está en consonancia
con las necesidades de unos fieles muy jóvenes y de una población que en
más de un 50% tiene menos de 18 años. Las nuevas generaciones se acercan a
la fe cristiana con mayor intensidad.
“Los cristianos representan el 60% de la población, luego hay un 8% de
musulmanes y el resto son animistas, o sea, creyentes de religiones
nilóticas. Lo que me propongo hacer en los primeros días de mi nueva misión
es establecer estructuras diocesanas que promuevan la pastoral para poner a
disposición del país una Iglesia cada vez más colaboradora, capaz de
aprovechar lo que cada uno puede ofrecer. Y luego centrarnos en la
formación de los catequistas y de los que participan en la liturgia. La
Iglesia debe fundarse en la contribución de los laicos, sobre todo dado el
escaso número de ministros ordenados, podemos centrarnos en las pequeñas
comunidades cristianas formadas por laicos, que les cuesta crecer, aunque
no por incapacidad, sino por la persistencia de los conflictos”.
La guerra sigue siendo el principal problema de Sudán del Sur. A pesar del
“acuerdo de paz de 2018 y del intento de gobierno de unidad nacional
inaugurado en noviembre de 2019 (que se mantienen pero siguen siendo
extremadamente frágiles), el conflicto que ensangrienta el país desde 2013,
dos años después de la proclamación de la independencia, sigue vivo. Los
más de 400.000 muertos y los millones de desplazados internos y externos
marcan heridas que aún sangran y explican la dificultad existente para
alcanzar un nuevo inicio en el que la reconciliación nacional domine la
escena.
“Toda la población se define 'traumatizada' y se puede ver a diario: hay
mucho miedo, es muy difícil imaginar un programa a largo plazo. En este
sentido, la Iglesia juega un papel fundamental y, aunque es evidente que
aún estamos lejos de un estado de paz definitivo, vemos los últimos
acontecimientos con esperanza. Desde el famoso beso del Papa en Roma a los
pies de los líderes políticos convocados para la Pascua, hace exactamente
dos años, muchas cosas han cambiado y no cabe duda de que los líderes de
las facciones en el fondo han sentido la responsabilidad de superar las
divisiones. Vemos que hay un compromiso en el ámbito político. Pero
persisten muchos problemas: si a nivel nacional todo el mundo habla de paz,
a nivel local las pequeñas comunidades siguen muy heridas por 8 años de
conflicto. En el Alto Nilo, por ejemplo, existe el gran problema de la
tierra que desencadena enfrentamientos tribales por las fronteras, pero es
impensable, como piden algunos, dividir el territorio tribu por tribu. La
Iglesia va más allá de las tribus y está presente entre todos los grupos,
pero desgraciadamente las elecciones están dictadas por la economía y no
por los valores. La explotación del petróleo es uno de los elementos más
catastróficos”.
Además del conocido gesto del Papa, que no pierde ocasión de hablar e
invocar la reconciliación para Sudán del Sur, la Iglesia promueve una
acción capilar para promover la paz: “Hay oficinas de Justicia y Paz en las
diócesis que se reúnen con las comunidades locales y tratan de resolver las
divisiones con un enfoque evangélico. Los operadores también recogen
información sobre lo que ocurre, las injusticias que se perpetúan y, además
de intentar curarlas, las denuncian al gobierno en forma de reflexiones e
informes. Para nosotros es fundamental incluir a personas con formación
cristiana dentro de las realidades que se ocupan de la administración de
justicia. Además, existe un fuerte compromiso a nivel nacional gracias al
Consejo Ecuménico de Iglesias, que también es muy activo en los procesos de
curación del trauma. Hay muchos ejemplos concretos de cómo la Iglesia actúa
sobre el terreno para promover la paz. Existe la iniciativa de paz de
Malakal, organizada por grupos eclesiales para fomentar el diálogo entre
las etnias scilluk y denka. Algunos proyectos han tenido un éxito increíble
al reunir a personas que nunca se habían conocido. El obispo emérito Paride
Taban ha promovido la “Aldea de la Paz de Kuron”, una aldea en la que
personas de diferentes tribus viven y trabajan juntas pacíficamente.
También existen todas aquellas situaciones en las que las escuelas
dirigidas por religiosos acogen a jóvenes de todo el país, donde hay una convivencia
armoniosa, más allá de las diferentes afiliaciones tribales”.
Comienza la nueva aventura de un joven obispo en un pueblo joven, con una
importante misión, empezando por ganarse la confianza de su nuevo pueblo:
“Me han sorprendido los numerosos mensajes de agradecimiento de tanta
gente, especialmente de los jóvenes. Primero me pondré a la escucha de los
agentes de pastoral, a los sacerdotes diocesanos, a los catequistas y luego
tendré que sumergirme para identificarme con este pueblo”, concluye.
(LA) (Agencia Fides 25/3/2021)
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ÁFRICA/GUINEA ECUATORIAL - Explosiones en
Bata: el testimonio de los misioneros en primera línea ayudando a la
población
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Bata (Agencia Fides) – “El domingo 7 de
marzo, alrededor de las 13, oímos un fuerte ruido, como si la casa
estuviera temblando. A los pocos minutos, otro fuerte ruido, que provocó el
estallido de las puertas y ventanas del hotel que tenemos justo enfrente.
Empezamos a recibir llamadas y mensajes diciéndonos lo que había pasado:
una explosión en el cuartel militar de Nkoantoma, que está a unos 6
kilómetros de donde vivimos”. Este es el testimonio de las religiosas de la
Comunidad de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana que trabajan en Bata,
capital económica y ciudad más poblada de Guinea Ecuatorial, donde el 7 de
marzo al menos cinco grandes explosiones en la zona del cuartel de
Nkuantoma destruyeron la mayor parte de los edificios de las instalaciones
militares y las casas cercanas (véase Fides 8/3/2021).
Las hermanas actuaron inmediatamente para rescatar a las víctimas. “En
menos de dos horas, y sin saber exactamente qué estaba pasando, nos
dirigimos al Hospital General ya que nos informaron de que llevaban allí a
los heridos. Cargamos nuestro coche con suministros médicos y ofrecimos
todo nuestro apoyo”. A lo largo de esta difícil situación, hemos visto la
rápida respuesta de apoyo y solidaridad de la población. Unos 200
trabajadores sanitarios acudieron a ese hospital, entre voluntarios,
enfermeras, médicos, estudiantes de medicina... todo para afrontar algo que
no entendíamos”.
“Las parroquias y colegios católicos han puesto a disposición sus
instalaciones para acoger a decenas de familias que se han quedado sin
hogar. Y nosotros, como centro de salud, seguimos atendiendo a decenas de
personas con contusiones y secuelas físicas y psicológicas”, dicen las
religiosas.
“Estamos viviendo algo peor que una película de terror. El colegio de los
salesianos está situado a 2,5 kilómetros del lugar de las explosiones y no
sufrimos grandes daños, pero todo tembló e incluso yo sale en el aire por
la onda expansiva”, dice el padre Francisco Moro, salesiano, director del
Instituto Español de los Salesianos en Bata. Han pasado dos semanas desde
la tragedia, que según el balance oficial ha causado 107 muertos y más de
600 civiles heridos, y el centro educativo salesiano ha acogido a más de
100 personas en sus instalaciones, la mayoría mujeres y menores. Otras 200
personas acuden cada día a comer o cenar, y otro gran grupo de 200 reciben
ayuda en los barrios donde han sido reubicados como desplazados.
“Necesitamos ayuda para poder seguir atendiéndolos, porque muchos otros
vienen a comer aquí por las consecuencias de la pandemia”, concluye el
director del colegio salesiano.
(L.M.) (Agencia Fides 25/3/2021)
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ASIA/PAKISTÁN - El nuevo Vicario
Apostólico de Quetta: predicar el Evangelio del servicio, la paz y el
desarrollo
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Queta (Agencia Fides): “La paz es la necesidad más urgente
del mundo, por eso he elegido el lema episcopal ‘Servicio, Paz,
Desarrollo’. Todos los seres humanos son una misma familia y Dios quiere
que todos los seres humanos vivan felices y sanos. Hoy en día, nuestro
mundo está dividido ante diversos tipos de discriminación. Siento que es el
momento de predicar el Evangelio de la paz y el desarrollo, sin ninguna
discriminación”: con estas palabras, el obispo Khalid Rehmat OFM Cap, nuevo
vicario apostólico de Quetta, ha saludado a la asamblea tras su ordenación
episcopal, que ha tenido lugar hoy, 25 de marzo, en el colegio San
Francisco de Quetta.
Según la información de la Agencia Fides, el obispo Khalid Rehmat OFM Cap,
también ha afirmado: “Estoy agradecido a Dios que me ha mostrado su
misericordia y me ha llamado a este servicio”. Citando el versículo bíblico
Lucas 4:18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, me ha ungido para llevar
la buena noticia a los pobres” el Obispo ha añadido: “Estoy dispuesto a
servir a la Iglesia con gran humildad. Confío mi servicio a nuestra
Santísima Madre María, cuya fiesta celebramos hoy y que dijo su ‘Sí’ al Señor.
Expreso mi gratitud a Dios como un indigno siervo en su viña”.
El Arzobispo Christophe Zakhia El-Kassis, Nuncio Apostólico en Pakistán, ha
sido el consagrador principal junto con los co-consagradores Cardenal
Joseph Coutts, Arzobispo Emérito de Karachi y el Arzobispo Joseph Arshad,
Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Pakistán. Sacerdotes,
religiosas y cientos de personas han estado presentes, respetando los
protocolos de seguridad del Covid y el distanciamiento.
El arzobispo Christophe Zakhia El-Kassis, tras la ceremonia de ordenación,
ha desvelado el escudo del nuevo obispo. Dirigiéndose a la asamblea, y en
particular al Obispo, el Nuncio Apostólico ha dicho: “El nuevo Obispo está
llamado a servir en una tierra desconocida para él, y creo que el Espíritu
Santo le guiará para servir a los fieles de Quetta con amor y cuidado”.
Además, el Nuncio ha pedido a todos los sacerdotes y fieles que apoyen al
nuevo Obispo y colaboren con él en la obediencia. El Nuncio también ha
rendido homenaje al difunto obispo Victor Gnanapragasm OMI, que sirvió en
el territorio durante dos décadas, pidiendo a la asamblea permanecer en
silencio durante un minuto en señal de gratitud, amor y aprecio por el
primer obispo de Quetta que ofreció su vida al servicio pastoral de la
Iglesia.
Monseñor Khalid Rehmat se ha convertido en el primer sacerdote capuchino
pakistaní y el primer sacerdote de la diócesis católica de
Islamabad-Rawalpindi en ser ordenado obispo.
Monseñor Khalid Rehmat nació el 5 de agosto de 1968 en una pequeña aldea de
Mariakhel, Punjab, y es el cuarto hijo de la familia de Rehmat Masih y
Martha Bibi. Ingresó en la Casa de Formación de los Capuchinos en 1995 y,
tras completar sus estudios, hizo su profesión solemne el 28 de diciembre
de 2007 y fue ordenado sacerdote el 16 de agosto de 2008 en la Catedral del
Sagrado Corazón de Lahore. El Papa Francisco lo eligió Vicario Apostólico
del Vicariato Apostólico de Quetta el 1 de enero de 2021 (véase Fides
4/1/2021) tras el fallecimiento de Mons. Victor Gnanapragasm OMI (véase
Fides 16/12/2020),
(AG-PA) (Agencia Fides 25/3/2021)
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ASIA/TIERRA SANTA - El Patriarca
Pizzaballa celebra la solemnidad de la Anunciación en Nazaret: no nos
salvan las misas virtuales, sino el encuentro con Cristo
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Nazareth (Agencia Fides) – “No es a través
de la tecnología que nos encontraremos con el Señor. No serán las misas
virtuales las que nos salvarán, ni las redes sociales, sino el encuentro
personal con Él”. Así es como el Arzobispo Pierbattista Pizzaballa,
Patriarca de Jerusalén de los Latinos, ha querido recordar la única fuente
de curación y redención que puede salvar la vida de los hombres y mujeres
de todos los tiempos, incluido el presente, tan marcado por el dolor y el
desconcierto ante la pandemia. Lo ha dicho celebrando la solemnidad de la
Anunciación del Señor, en Nazaret, en la Basílica construida en el lugar
donde, según la tradición cristiana, el Arcángel Gabriel anunció a la
Virgen María el inminente nacimiento de Jesús.
La Homilía de la Anunciación pronunciada por el Patriarca Pizzaballa
representa una ayuda preciosa, luminosa y desgraciadamente aislada para
mirar el momento que vivimos con una mirada cristiana, a la luz del
misterio de la Encarnación. El Patriarca recuerda que el año pasado, por
estas fechas, “todos estábamos conmocionados por la irrupción de la
pandemia en la vida personal y colectiva de cada uno de nosotros”, pero
añade que ahora, un año después, “no tenemos las ideas más claras. El miedo
nos ha llevado a pensar que el mundo es un lugar hostil y peligroso.
Podremos gestionar mejor la emergencia sanitaria, pero todo lo demás: la
economía, la vida social, la educación, el trabajo... todo es aún más
frágil que antes y está expuesto a tantos interrogantes”. Las cuestiones en
torno a las cuales se centra la atención colectiva se concentran en la
economía, la vida social y la atención sanitaria. “Pero, ¿qué dice todo
esto a nuestra fe? - se pregunta monseñor Pizzaballa -. El mismo Señor nos
pregunta: ‘¿Sabéis, pues, interpretar la apariencia del cielo y sois
incapaces de interpretar los signos de los tiempos?’”.
El último año ha visto también las iglesias cerradas, con celebraciones
suspendidas incluso en Semana Santa y sin Navidad: “También la vida de la
fe”, señala el Patriarca, “parece haberse convertido en virtual: misas
online, pastoral en zoom, bendiciones a distancia”. Pero el misterio que se
celebra hoy nos recuerda que el ‘sí’ de María “permitió a Dios irrumpir en
la realidad del mundo, asumiendo nuestra misma carne”. Precisamente en
Nazaret, en un momento preciso, “el Verbo de Dios asumió nuestra humanidad
en todo, menos en el pecado. Y esto – ha sugerido Pizzaballa - ya nos dice
cuánto ama Dios esta realidad nuestra. El mundo nunca ha sido una isla feliz:
los problemas de todo tipo, las injusticias, las divisiones, las guerras,
las enfermedades están ahí hoy como en el pasado y siempre. Pero todo esto
no ha impedido en absoluto el cumplimiento del plan de Dios en este mundo.
Su deseo de salvación no se detuvo por nuestra desobediencia: se hizo uno
de nosotros, porque nos amó como somos. Si hubiéramos sido perfectos, tal
vez no habría sido necesario un plan de salvación, su intervención en la
historia”. “Quien camina en el tiempo siguiendo a Jesús – ha añadido el
Patriarca - es llevado a amar la realidad de este mundo, como Dios la amó”.
Este mundo, aunque marcado por el dolor, “es, sin embargo, el lugar en el
que Dios se manifestó y en el que se encontró con nosotros, y en el que aún
hoy nos encontramos con Él”. Incluso en tiempos difíciles, no hay nada “que
pueda impedirnos vivir plenamente. La fe implica también reconocer la
belleza de esta realidad nuestra, saber afrontar los hechos de la vida,
bellos o fatigosos, con la certeza del bien que nos habita, de una Palabra
que nos salva”.
Continuando con su homilía, el Patriarca latino de Jerusalén ha llamado por
su nombre a las tentaciones más insidiosas del tiempo actual, reconociendo
que cada vez más a menudo, y especialmente en este último año, incluso “en
la Iglesia hemos vivido más virtualmente que realmente”. No hay que
despreciar las herramientas tecnológicas, porque ciertamente han permitido
a todos mantener un mínimo de socialidad. Pero no es a través de la
tecnología – ha añadido Pizzaballa - que nos encontraremos con el Señor, no
serán las misas virtuales las que nos salven, ni las redes sociales, sino
el encuentro personal con Él”. Y la memoria de la Anunciación a María,
celebrada hoy por la Iglesia, “es también una invitación a no huir de la realidad,
a no evitar el encuentro con lo que realmente somos, sino, por el
contrario, a encontrar en la propia vida, personal y comunitaria, como es,
los signos de la presencia de Dios, el lugar donde encontrarlo”. El
acontecimiento de la Encarnación de Jesús, ha subrayado el Patriarca latino
de Jerusalén, no es un mero “movimiento interior” reservado a la Virgen
María: hay inmediatamente “muchos testigos en torno al acontecimiento de la
Anunciación”: José, su prima Isabel, “el arcángel Gabriel, por supuesto, y
sobre todo el Espíritu Santo”. La encarnación del Verbo de Dios
inmediatamente “puso en marcha a otros, creó una comunidad de personas,
unidas por el ‘sí’ de María a la acción del Espíritu de Dios”. Y a lo largo
de la historia, ningún sustituto ‘virtual’ y ninguna iluminación ‘mental’
pueden sustituir el modo histórico en que el misterio de la salvación se
comunica a través de “testigos que, movidos y guiados por el Espíritu, se
han convertido en colaboradores de la realización del plan divino”. Encontrar
la obra de Cristo mismo en la vida de los demás – ha seguido diciendo
Pizzaballa- es lo que “siempre necesitamos: porque si es cierto que cada
persona debe encontrar dentro de sí la seguridad de su propia relación con
Dios, también es cierto que hay una confirmación que sólo puede venir de
fuera, en la relación con el otro”. Con demasiada frecuencia, ah dicho para
concluir el Patriarca, “nos encerramos en nuestros propios problemas, que
se convierten en nuestro único horizonte. Siempre estamos tan metidos en
los pequeños asuntos de la vida, en las cosas que hay que hacer, o incluso
en los grandes proyectos, que nos olvidamos de lo esencial: la existencia
sólo tiene sentido si se abre al amor, y al mundo, es decir, todos
nosotros, necesitamos tener una experiencia real de esto, necesitamos el
abrazo del perdón de Dios, su irrupción en la vida del mundo”. Incluso ante
los dolores y enigmas de la actualidad, no hay que hacer discursos, “mirar
lejos” o idear “nuevas fórmulas”. Sólo hay que pedir la “irrupción” del
perdón de Dios en la vida del mundo. Y “recordar esto a nosotros mismos y a
los demás” esta es “la vocación y la misión de la Iglesia hoy”.
(GV) (Agencia Fides 25/3/2021)
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AMERICA/EL SALVADOR - Dedicada a San Oscar
Arnulfo Romero, Obispo y Mártir, la capilla del hospital donde fue
asesinado
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San Salvador (Agencia Fides) – "Querido Monseñor: Era
el lunes 24 de marzo de 1980 y el reloj marcaba las 18:20. Celebra la Santa
Misa con su habitual devoción y ternura, diciendo estas palabras:" Que
este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres también
nutran nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como
Cristo, no por él, sino para dar principios de justicia y paz a nuestro
pueblo ... ", Dios en su infinito amor lo llamó al martirio y su
sangre se unió, en el momento del ofertorio, con la sangre de Cristo
derramada por la salvación de los hombres ".
Así comienza la carta que escribió monseñor Rafael Urrutia, párroco de la
iglesia de Sant'Óscar Arnulfo Romero en San Salvador, con motivo del 41
aniversario del martirio de San Romero celebrado ayer. El motivo fue la
ocasión del cambio de nombre de la Capilla del Hospital Divina Providencia,
lugar donde se produjo el martirio. Mons. Rafael Urrutia es también
postulador diocesano de las causas del arzobispo Romero y del padre Rutilio
Grande.
En su escrito, enviado a la Agencia Fides, leemos: "No había ningún
ser humano que comprendiera, en ese momento, lo que le había sucedido.
Monseñor Óscar Romero, asesinado a los pies del altar, lo anunciaban las
noticias. Usted era el único que sabía en su corazón lo que sucedía en su
vida, sabía que Dios estaba irrumpiendo en su historia con una vocación a
la que llama a muy pocos de sus hijos: el martirio ”.
Luego monseñor Rafael Urrutia agrega: "Hoy la Iglesia quiere honrar
con un nuevo nombre la Capilla del Hospital, el lugar de su martirio. No se
llamará Capilla del Hospital Divina Providencia, sino "Capilla Martirial
San Oscar Arnulfo Romero, Obispo y Mártir", aunque se encuentra en el
corazón del hospital Divina Providencia, lugar donde usted decidió para ir
a vivir con los enfermos, que con sus sufrimientos corporales le hicieron
presentar a Jesucristo crucificado, en quien se apoyaba con sus oraciones y
sacrificios”. "Gracias, Monseñor, por ser San Oscar Arnulfo Romero,
una luz que siempre hace brillar la luz de Cristo. Un abrazo" concluye
su carta Monseñor Urrutia.
(CE) (Agencia Fides 25/03/2021)
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AMÉRICA/VENEZUELA - Llamamiento de los
obispos en defensa de los grandes valores humanos, contra la imposición de
la “cultura de la muerte”.
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Caracas (Agencia Fides) - La Comisión
Permanente del Episcopado Venezolano ha publicado un comunicado sobre el
derecho a la vida, titulado Grandes Valores Humanos, en la cual afirma:
“ante la real posibilidad de imponer, por parte de una minoría, todo un nuevo
ordenamiento legal que trastoque el sentido de la vida y se implante una
nueva dimensión de la cultura de la muerte entre nosotros, elevamos nuestra
voz de alerta en defensa de esos grandes valores humanos”.
En el texto, recibido también en la Agencia Fides, los obispos reiteran que
“en todo momento que todo ser humano debe ser respetado en su dignidad, de
dónde brotan sus derechos, en especial el más fundamental de todos, como lo
es el derecho a la vida". En los últimos años, se ha buscado imponer
en el mundo entero una mentalidad contraria al derecho a la vida y la
integridad de la persona humana y de la familia a través de grandes
campañas publicitarias provenientes de corporaciones internacionales, con
el fin de imponer legislaciones a favor del aborto, de la eutanasia y de la
ideología de género “apelando a un falso concepto de modernidad, inventando
‘nuevos derechos humanos’ y justificando posturas reñidas con el designio
de Dios”.
“Venezuela no escapa a ello” lamentan los obispos, citando grupos y
movimientos que se hacen eco de esta mentalidad contraria a la vida, che
han encontrado un terreno fértil en algunos dirigentes de diferentes tipos
de ideología política quienes han venido impulsando, desde hace algún
tiempo, la posibilidad de promover leyes que aprueben ese tipo de acciones,
a pesar de que estamos abrumados por la pandemia del Covid-19. El pueblo
venezolano siempre ha sido amante de la vida, como se expresa en la
Constitución Nacional y el ordenamiento jurídico, que defiende la vida humana,
promueve la unidad de la familia y la dignidad de los seres humanos.
Por ello, los obispos lanzan un llamamiento: “A todos los fieles católicos
y personas de buena voluntad, los invitamos a hacer sentir su voz y a unir
esfuerzos en todos los sentidos para impedir que estas leyes se aprueben en
nuestro país”. Además, manifiesta su apoyo a todos los sacerdotes,
diáconos, miembros de los Institutos de Vida Consagrada, al laicado, a los
diversos grupos “pro vida”, a la pastoral familiar y personas de buena
voluntad, para que continúen “realizando acciones de concientización en
medio de la población”, con “decisión y perseverancia”, anunciando el
Evangelio de la Vida, con el fin de “impedir la aprobación de aquellas
leyes que, alejadas de la centralidad de la persona, terminen imponiendo
una cultura de la muerte, alejada de nuestra fe y de nuestro sentir
solidario”.
(SL) (Agencia Fides 25/03/2021)
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