Santos del día 23 de mayo
En Cartago, santos
Lucio, Montano, Juliano, Victorico, Víctor y Donaciano, mártires, que, en
tiempo del emperador Valeriano, consumaron el martirio por confesar la religión
y la fe que habían aprendido por enseñanza de san Cipriano.
Conmemoración de los
santos mártires de Capadocia, a quienes, durante la persecución bajo el
emperador Maximiano, mataron quebrándoles las piernas.
También conmemoración
de los santos mártires de Mesopotamia, que en la misma época, colgados por los
pies cabeza abajo, murieron ahogados por el humo y consumidos a fuego lento.
En Nápoles, en la
Campania, san Efebo, obispo, que gobernó santamente al pueblo de Dios y le
sirvió con fidelidad.
En Langres, en la
Galia Lugdunense, martirio de san Desiderio, obispo, de quien se narra que
viendo a su grey oprimida por los vándalos, se dirigió a su rey para suplicar
por ella, pero por orden del monarca fue condenado a muerte, ofreciéndose así,
libremente, por las ovejas que le habían sido confiadas.
En el territorio de
Norcia, en la Umbría, conmemoración de san Eutiquio, abad, que, según narra el
papa san Gregorio Magno, primero llevó vida solitaria con san Florencio,
procurando conducir a muchos hacia Dios a través de la exhortación, y luego
gobernó santamente un monasterio cercano.
Igualmente en Norcia,
san Spes, abad, que durante cuarenta años soportó la ceguera con admirable
paciencia.
En Subiaco, en el
Lacio, conmemoración de san Honorato, abad, que gobernó sabiamente el
monasterio donde antes había vivido san Benito.
En Niza, en la
Provenza, san Siagrio, obispo, que edificó un monasterio sobre el sepulcro de
san Poncio.
En Sinnada
(Çifitkasaba), lugar de Frigia, san Miguel, obispo, hombre pacífico, que
favoreció la paz y la concordia entre griegos y latinos, pero enviado al exilio
por defender el culto de las imágenes sagradas, murió lejos de su patria.
Cerca de Gemboux, en
la comarca de Lieja, en Lotaringia, sepultura de san Guiberto, monje, que,
habiendo abandonado sus insignias militares y abrazado la disciplina de la vida
monástica, construyó un cenobio en un terreno de su heredad, retirándose después
al monasterio de Gorze.
En Roma, san Juan
Bautista de Rossi, presbítero, que atendió en la Ciudad Santa a los pobres y a
los más marginados, instruyendo a todos en la santa doctrina.
En la ciudad de
Witowo, en Polonia, beatos José Kurzawa y Vicente Matuszewski, presbíteros y
mártires, asesinados por los perseguidores de la Iglesia cuando, en tiempo de
guerra, su patria estuvo sometida por la fuerza a un poder extranjero.
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