sábado, 9 de febrero de 2019

Cruzando el umbral de la esperanza (Meditación para hoy) 09022019

Cruzando el umbral de la esperanza
El Papa como Vicario de Cristo


Por: S.S. Juan Pablo II | 



Juan Pablo II. Cruzando el umbral de la esperanza. Plaza y Janés, Barcelona, 1994, págs. 34-35.



Vicario de Cristo



El Papa es también llamado vicario de Cristo. Este título debe ser visto dentro del contexto total del Evangelio. Antes de subir al Cielo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). Él, aunque invisible, está personalmente presente en su Iglesia. Y lo está en cada cristiano, en virtud del Bautismo y de los otros sacramentos. Por eso, ya en tiempos de los santos padres, era costumbre afirmar: Christianus alter Christus, queriendo con eso resaltar la dignidad del bautizado y su vocación, en Cristo, a la santidad.



Cristo, además, cumple una especial presencia en cada sacerdote, quien, cuando celebra la Eucaristía o administra los sacramentos, lo hace in persona Christi.



Desde esta perspectiva, la expresión Vicario de Cristo cobra su verdadero significado. Más que una dignidad, se refiere a un servicio: pretende señalar las tareas del Papa en la Iglesia, su ministerio petrino, que tiene como fin el bien de la Iglesia y de los fieles. Lo entendió perfectamente san Gregorio Magno, quien, de entre otros títulos relativos a la función del Obispo de Roma, prefería el de Servus servorum Dei.



Por otra parte, no solamente el Papa ostenta este título; todo obispo es Vicarius Christi para la Iglesia que le ha sido confiada. El Papa lo es para la Iglesia de Roma y, por medio de ésta, para toda la Iglesia en comunión con ella, comunión de fe, comunión institucional, canónica. Si además con este título se quiere hacer referencia a la dignidad del Obispo de Roma, ésta no puede ser entendida separándola de la dignidad de todo el colegio episcopal, a la que está estrechísimamente unida, como lo está también a la dignidad de cada obispo, de cada sacerdote y de cada bautizado.

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