En Nápoles, de la Campania, conmemoración de san Eustasio, obispo.
Conmemoración de san Marcos, obispo de Aretusa (actual Er Rastan), en Siria, que durante la controversia arriana no se desvió lo más mínimo de la fe ortodoxa y, bajo el emperador Juliano el Apóstata, fue perseguido. San Gregorio Nacianceno lo saludó como varón eximio y santísimo anciano.
Conmemoración de los santos Armogastes, Arquinimo y Saturno, mártires, que en el reino vándalo de África, durante la persecución desencadenada bajo el rey arriano Genserico, sufrieron graves suplicios e infamias por confesar la verdadera fe.
En el monte Carmelo, en Palestina, beato Bertoldo, que, abandonando la milicia, fue admitido entre los hermanos que profesaban vida religiosa en ese monte, y más adelante, elegido prior, encomendó la piadosa comunidad a la Madre de Dios.
En Poitiers, en Aquitania, san Guillermo Tempier, obispo, que, prudente y firme, defendió contra los nobles la Iglesia a él encomendada, ofreciendo en su persona un integérrimo ejemplo de vida.
En Wismar, en la región de Holstein, en Alemania, san Ludolfo, obispo de Ratzeburg y mártir, que por defender la libertad de la Iglesia fue aherrojado, por mandato del duque Alberto, en una reducida cárcel, donde quedó tan agotado corporalmente que, al ser liberado de prisión, partió hacia el Señor.
En Salisbury, en Inglaterra, conmemoración del beato Juan Hambley, presbítero y mártir, que en tiempo de la reina Isabel I, por ser sacerdote, en un día no precisado de este mes, cercano a la Pascua del Señor, en el suplicio del patíbulo se conformó a la pasión de Cristo.
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