Evangelio del día: Jesús es nuestro abogado que siempre nos defiende
Evangelio del día 🎧 AUDIO. Lucas 24,46-53: La Ascensión
del Señor: Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al Cielo
Evangelio del día: Lucas 24,46-53
Evangelio del día
(Solemnidad de la Ascensión del Señor): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de
entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía
predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.
Ustedes son testigos de todo esto. Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha
prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza
que viene de lo alto". Después Jesús los llevó hasta las proximidades de
Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de
ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos, que se habían postrado delante de
él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el
Templo alabando a Dios". Palabra
del Señor
Reflexión del Papa Francisco
[...] Me gustaría destacar dos elementos de la narración del
Evangelio del día de hoy.
Primer elemento
Durante la
Ascensión, Jesús cumple el gesto sacerdotal de la bendición y
los discípulos seguramente expresan su fe con la postración, se arrodillan
inclinando la cabeza.
Este es un primer punto importante: Jesús es el único y eterno
Sacerdote, que con su pasión atravesó la muerte y el sepulcro y resucitó y
ascendió a los cielos; está con Dios Padre, donde intercede por siempre en
nuestro favor (Cf. Heb 9,24). Como afirma San Juan en su primera
epístola: Él es nuestro
abogado.
¡Qué lindo escuchar esto! Cuando uno ha sido convocado por el
juez o tiene un juicio, lo primero que hace es buscar a un abogado para que lo
defienda. Nosotros tenemos uno que nos defiende siempre, nos defiende de las insidias del
demonio, nos defiende de nosotros mismos, de nuestros pecados.
Queridísimos hermanos y hermanas, tenemos a este abogado, no
tengamos miedo de acudir a él para pedir perdón, pedir la bendición, pedir
misericordia. Él nos perdona siempre, es nuestro abogado, nos defiende siempre
¡No olviden esto!
La Ascensión del Señor al
Cielo nos da a conocer esta realidad tan reconfortante para nuestro camino: en
Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nuestra humanidad ha sido llevada a
Dios; Él nos ha abierto el paso; es como un guía en la escalada a una montaña,
que llegado a la cima, nos tira de nosotros y nos lleva a Dios.
Si confiamos a Él nuestra vida, si nos dejamos guiar por Él
estamos seguros de estar en buenas manos, en las manos de nuestro Salvador, de
nuestro abogado.
Segundo elemento
San Lucas menciona que los Apóstoles, después de ver a Jesús
ascender al cielo, regresaron a Jerusalén "con gran alegría".
Esto parece un poco extraño. Normalmente cuando nos separamos de
nuestros familiares, de nuestros amigos, de una manera definitiva,
principalmente debido a la muerte, hay en nosotros una tristeza natural, porque
no vamos a ver nunca más su rostro, no vamos escuchar su voz, no podremos
disfrutar más de su afecto, de su presencia.
En cambio, el evangelista pone de relieve la profunda alegría de
los Apóstoles. ¿Por qué? Porque, con la mirada de la fe, entienden que, aunque
nos está ante sus ojos, Jesús permanece con ellos para siempre, no los abandona
y, en la gloria del Padre, los soporta, los guía e intercede por ellos.
San Lucas narra el hecho de la Ascensión también al comienzo de los
Hechos de los Apóstoles, para enfatizar que este evento es como el anillo que
engancha y conecta la vida terrenal de Jesús con la de la Iglesia.
Aquí, San Lucas también menciona la nube que saca a Jesús de la
vista de los discípulos, los cuales permanecían con la mirada puesta en el
cielo mientras Jesús subía hacia Dios (cf. Hch 1,9-10).
Entonces aparecieron dos hombres vestidos de blanco, instándoles a no quedarse
inmóviles.
"Este Jesús
que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que
lo han visto partir" (Cf.
Hechos 1:10-11).
Esto es precisamente
la invitación a la contemplación del Señorío de Jesús, para
recibir de Él la fuerza para seguir y dar testimonio del Evangelio en la vida
cotidiana: contemplar y actuar, "ora et labora2, nos enseña San Benito, ambas son
necesarias en nuestra vida de cristianos.
Queridos hermanos y hermanas, la Ascensión no indica la ausencia
de Jesús, sino que nos dice que Él está vivo entre nosotros de una manera
nueva; ya no está en un preciso lugar del mundo tal como era antes de la
Ascensión; ahora está en el señorío de Dios, presente en todo espacio y tiempo,
junto a cada uno de nosotros.
En nuestra vida nunca estamos solos: tenemos este abogado que
nos espera, que nos defiende, No estamos nunca solos... (Catequesis, Audiencia
General, 17 de abril de 2013)
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