Evangelio del día: Por sus frutos los reconocerán
Evangelio del día. AUDIO. Mateo 7,15-20 - XII miércoles tiempo
ordinario: Ser fieles al Bautismo y crecer con el Señor mediante la oración
Evangelio del día: Mateo 7,15-20
Evangelio del día (Por
los frutos serán reconocidos): "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: "Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan
cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus
frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los
cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce
frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo,
producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se
lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán" Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
Injertados en Cristo con el Bautismo, los cristianos hemos
recibido gratuitamente de Él el don de la vida nueva; y gracias a la Iglesia
podemos permanecer en comunión vital con Cristo.
Es necesario mantenerse
fieles al Bautismo, y crecer en la amistad con el Señor
mediante la oración, la escucha y la docilidad a su Palabra, leer el Evangelio,
la participación a los Sacramentos, especialmente a la Eucaristía y a la
Reconciliación.
Si uno está íntimamente unido a Jesús, goza de los dones del Espíritu Santo,
que, como nos dice san Pablo, son "amor, alegría y paz, magnanimidad,
afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia" (Gal 5,22); y
en consecuencia hace tanto bien al prójimo y a la sociedad, como un verdadero
cristiano.
De estas actitudes, de hecho, se reconoce que uno es un
verdadero cristiano, así como por los frutos se reconoce al árbol.
Los frutos de esta unión profunda con Jesús son maravillosos:
toda nuestra persona es trasformada por la gracia del Espíritu: alma, inteligencia,
voluntad, afectos, y también el cuerpo, porque somos unidad de espíritu y
cuerpo.
Recibimos un nuevo modo de ser, la
vida de Cristo se convierte también en la nuestra: podemos pensar como Él,
actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de Jesús.
Entonces, con su corazón, como Él lo ha hecho, podemos amar a
nuestros hermanos, a partir de los más pobres y sufrientes, y así dar al mundo
frutos de bondad, de caridad y de paz.
[...] Confiémonos a la intercesión de la Virgen María, para que podamos
ser sarmientos vivos en la Iglesia y testimoniar de manera coherente nuestra
fe, coherencia de vida y
de pensamiento. De vida y de fe. Conscientes que todos, según
nuestras vocaciones particulares, participamos de la única misión salvífica de
Jesucristo (Reflexión antes del rezo del Regina Coeli, 03 de mayo de 2015)
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