Evangelio del día: Dios tiene una gran debilidad de amor
Evangelio del día. AUDIO. Lucas 15,3-7 - Sagrado Corazón de
Jesús: Dios tiene una debilidad de amor por los que están más alejados.
Evangelio del día: Lucas 15,3-7
Evangelio del día (La
alegría por la conversión de un pecador): "En aquel tiempo, Jesús dijo
entonces esta parábola: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no
deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había
perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros,
lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice:
"Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había
perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el
cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que
no necesitan convertirse" Palabra
del Señor.
Reflexión del Papa Francisco
En este pequeño relato aparece cuatro veces la palabra alegría.
"Y ustedes - como si dijese – y ustedes se escandalizan por esto, pero mi
Padre se alegra".
Ese es el mensaje más profundo: la alegría de Dios que es un Dios que no
le gusta perder, no es un buen perdedor, y por eso, para no perder, sale de sí
y va, busca. Es un Dios
que busca: busca a todos aquellos que están lejos de Él, como
el pastor, que va en busca de la oveja perdida
El trabajo de Dios es ir a buscar para invitar a todos a la
fiesta, a los buenos y los malos.
La debilidad de Dios
Él no tolera perder a uno de los suyos. Ésta será también la
oración de Jesús, el Jueves Santo: "Padre, que no se pierda a ninguno de
los que me has dado". Es un Dios que camina buscándonos y tiene una cierta
debilidad de amor
por los que están más alejados, que se han perdido ...va y los busca ¿y cómo
busca?
Dios busca hasta el final, como ese pastor que va en la
oscuridad, buscando hasta que encuentra a la oveja; o como la mujer, que cuando
pierde aquella moneda enciende la lámpara, barre la casa y la busca con
cuidado. Así busca Dios.
"¡Este hijo no
lo pierdo, es mío! No quiero perderlo".
Este es nuestro Padre, siempre nos busca.
Dios sana y se alegra
Luego, cuando ha encontrado a la oveja y la ha traído al redil
poniéndola junto a las demás, ninguna debe decir: "tú estabas
perdida", sino "tú eres una de nosotras", porque le vuelve a dar
toda la dignidad.
No hay diferencia porque Dios
sana a todos aquellos que ha encontrado. Y cuando hace esto es
un Dios que se alegra.
El gozo de Dios no es la muerte del pecador, sino su vida: es la
alegría. ¡Tan lejos estaba esa gente que murmuraba contra Jesús, tan lejos del
corazón de Dios! No lo conocían. Creían que ser religiosos, que ser personas
buenas significase estar siempre bien, ser educados y tantas veces aparentar
ser educados, ¿no? Esta es la hipocresía de la murmuración.
En cambio, la alegría del Padre, Dios, es aquella del amor: nos
ama.
"¡Pero, yo soy
un pecador, he hecho esto, esto, esto!"... "Yo te amo lo mismo y voy
a buscarte y te traigo de regreso a casa".
Este es nuestro Padre. Pensemos. (Homilía en Santa Marta,
08 de noviembre de 2013)
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