domingo, 2 de junio de 2019

Novena al Espíritu Santo: Día 3: El don de Piedad (2 de junio)

Novena al Espíritu Santo: 
Día 3: El don de Piedad

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Pedimos al Espíritu Santo que nos conceda el don de Piedad, la sumisión a toda autoridad legítima que fluye del amor de Dios

El conocimiento de que estamos siguiendo el camino indicado por el Espíritu Santo, el camino hacia la vida eterna y lejos de una eternidad perdida, debe permitirnos acercarnos a la vida con un mayor sentido de seguridad, paz y alegría, un sentido de completa serenidad.
Y todo esto se hace evidente en la vida de aquellos que han puesto su confianza en Jesucristo y se dejan guiar por las inspiraciones del Espíritu Santo. Ya no están ansiosos por lo que sucederá cuando esta vida termine
Estas personas son capaces de vivir la vida en toda su plenitud ahora, ya que anticipan el maravilloso futuro eterno con Dios.
Jesús ha hecho posible que caminemos en paz y el Espíritu Santo dentro de nosotros nos recuerda eso, nos va alertando cuando estamos en camino de perderla
Un verdadero seguidor de Jesús, lleno completamente del Espíritu Santo, vive una vida alegre, serena y en paz, aun en medio de las tormentas
En el tercer día de la Novena al Espíritu Santo, pedimos al Espíritu Santo que nos conceda el don de la piedad, la sumisión a toda autoridad legítima (incluyendo el respeto a nuestros antepasados) que fluye del amor de Dios.

1. Verso para el tercer día.

"Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón quebrantado, concede la gracia de la refrescante".

2. Meditación día 3: El don de Piedad.

El don de la Piedad engendra en nuestros corazones un afecto filial por Dios como nuestro Padre amorosísimo. Nos inspira, por su amor, a amar y respetar a las personas y cosas consagradas a Él, así como a aquellos que están investidos de Su autoridad, Su Madre Santísima y todos los Santos, la Iglesia y su Cabeza visible, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes.
Aquel que está lleno del don de Piedad encuentra la práctica de su religión, no un deber pesado, sino un servicio delicioso. Donde hay amor, no hay trabajo.

3. Oración para el tercer día.

Ven, Oh Espíritu Santo de Piedad, posee mi corazón. Enciende en él tal amor a Dios, para que yo pueda encontrar satisfacción solamente en Su servicio, y por Su amor, someterme a toda autoridad legítima.
Amén.

Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria

4. Consagración al Espíritu Santo.

De rodillas ante la gran multitud de testigos celestiales, me ofrezco, en alma y cuerpo a Ti, Espíritu Eterno de Dios. Adoro el resplandor de tu pureza, la perfección infalible de tu justicia y el poder de tu amor.
Tú eres la Fuerza y ​​la Luz de mi alma. En Ti vivo, me muevo y soy. No deseo nunca afligirte por la infidelidad a la gracia y rezo con todo mi corazón para ser guardado del menor pecado contra ti.
Misericordiosamente, guarda todos y cada uno de mis pensamiento y concédeme que yo pueda siempre mirar tu luz, escuchar tu voz y seguir tus inspiraciones llenas de gracias.
Me aferro a Ti, me entrego a Ti y te pido, por tu compasión, para que me vigiles en mi debilidad.
Sosteniendo los Pies perforados de Jesús, mirando Sus Cinco Llagas, confiando en Su Preciosa Sangre y adorando Su costado abierto y su Corazón herido, Te Suplico, Espíritu Adorable, Auxilio en mi flaqueza, que me guardes en tu gracia para que nunca pueda pecar contra Ti.
Dame la gracia, oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, para decirte siempre y en todas partes: "Habla, Señor, que tu siervo escucha".
Amén.

Rezar un Gloria

5. Oración por los 7 dones al Espíritu Santo.

Oh Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo, prometiste enviar al Espíritu Santo para terminar Tu obra en las almas de Tus Apóstoles y Discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para perfeccionar en mi alma la obra de Tu gracia y de tu amor.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Sabiduría, para despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo después de lo eterno.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Entendimiento, para iluminar mi mente con la luz de Tu divina verdad.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Consejo, para que yo pueda elegir el modo más seguro de agradar a Dios y ganar el cielo.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Fortaleza, para que lleve mi cruz Contigo y para que yo pueda vencer con valentía todos los obstáculos que se oponen a mi salvación.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Conocimiento, para conocer a Dios, conocerme a mí mismo y perfeccionarme en la ciencia de los santos.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Piedad, para que pueda encontrar el servicio de Dios dulce y amable.
Concédeme, Oh Espíritu Santo, el don de Temor de Dios, para que yo pueda estar lleno de una reverencia amorosa hacia Dios y temer de alguna manera desagradarle.
Señálame, Señor mío, con la señal de Tus verdaderos discípulos y anímame en todo con tu Espíritu.
Amén.

Novena completa al Espíritu Santo

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