viernes, 4 de octubre de 2019

Santos del día 5 de octubre

Santos del día 5 de octubre
Tertio Nonas octobris
En Tréveris, en la Galia Bélgica, conmemoración de los santos mártires que, durante la persecución bajo el emperador Diocleciano, recibieron la palma del martirio.
En la ciudad de Gorgos, en Cilicia, santa Caritina, mártir.
Conmemoración de santa Mamlaca, virgen y mártir, que, oriunda de la región de Beth Garmay, se trasladó a Persia, donde fue condenada a muerte por el rey Sapor II.
En Valence, en la región de la Galia Vienense, san Apolinar, obispo, hermano de san Avito, obispo de Vienne, que, hombre lleno de fervor por la justicia y la honestidad, supo restituir el vigor y el esplendor de la religión cristiana en esta sede, durante largo tiempo desprovista de pastor.
Conmemoración de los santos Mauro y Plácido, monjes, que desde su adolescencia fueron discípulos del abad san Benito.
En Nevers, de Neustria, san Jerónimo, obispo, que enriqueció a su Iglesia con munificencia y solicitud pastoral.
En Paderborn, de Sajonia, san Meinulfo, diácono, que construyó y enriqueció el monasterio de Böddeken, y lo confió a una comunidad de vírgenes.
En León, ciudad de Hispania, conmemoración de san Froilán, obispo, que primero fue eremita y después, ordenado obispo, evangelizó las regiones liberadas del yugo de los musulmanes, propagó la vida monástica y se distinguió por su beneficencia hacia los pobres.
En Zamora, también en Hispania, san Atilano, obispo, que, siendo monje, fue compañero de san Froilán en la predicación de Cristo por las tierras devastadas por los musulmanes.
En Florencia, de la Toscana, beato Pedro de Imola, caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, que se distinguió por su caridad en el cuidado de enfermos.
En Beaulieu, en la región de Cahors, en Francia, conmemoración de santa Flora, virgen de la Orden de San Juan de Jerusalén, que se dedicó a atender a los enfermos pobres en un hospital y vivió íntimamente unida, con el corazón y el cuerpo, a la Pasión de Cristo.
En Cora, del Lacio, beato Santos, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, al que seguían las multitudes cuando predicaba la Palabra de Dios.
En Nüremberg, en Baviera, beato Raimundo delle Vigne o de Capua, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue prudente moderador espiritual de santa Catalina de Siena, de quien compuso una biografía.
En Vigevano, de la Lombardía, beato Mateo (Juan Francisco) Carreri, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue vehemente y fecundo predicador de la Palabra de Dios en su tiempo.
En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Hartley y Juan Hewett, presbíteros, y Roberto Sutton, que, por su constante fidelidad a la Iglesia católica, en tiempo de la reina Isabel I fueron ahorcados cerca de la ciudad, pero en distintos lugares.
En el lugar de Mindelstetten, en el territorio de Ratisbona, en Alemania, santa Ana Schäffer, virgen, la cual, a los diecinueve años, en su oficio de sirviente se abrasó con agua hirviendo y, después, tras agravarse su estado de salud, vivió con ánimo sereno en espíritu de pobreza y oración, ofreciendo su dolor por la salvación de las almas.
En Pompeia, cerca de Nápoles, en Italia, beato Bartolomé Longo, jurisperito, que, preocupado por el culto a María y la formación cristiana de los campesinos y de los niños, fundó el santuario del Rosario, en el valle de Pompei, y también una congregación de Hermanas con el mismo título, con los bienes que generosamente le dio su piadosa cónyuge.
Cerca de Tepatitlán, en México, san Tranquilino Ubiarco Robles, presbítero y mártir, que en la persecución contra la Iglesia no dejó de cumplir con sus funciones ministeriales, por lo cual fue colgado de un árbol, y terminó así su glorioso martirio.
En la cuesta de La Elipa, Madrid, beato Rafael Alcocer Martínez, sacerdote profeso benedictino del priorato de Montserrat, dependiente de la abadía de Santo Domingo de Silos.
En Cracovia, en Polonia, santa María Faustina (Elena) Kowalska, virgen de la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, que anunció solícita el misterio de la divina misericordia.
En la aldea de Plonkowo, también en Polonia, beato Mariano Skrzypczak, presbítero y mártir, que durante la ocupación de Polonia por un régimen contrario a Dios, por su invicta fe recibió el martirio al ser fusilado ante la iglesia del lugar.
En Rímini, Italia, beato Alberto Marvelli, laico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario