San Antonio María Claret, obispo y fundador
fecha: 24 de octubre
fecha en el calendario anterior: 25 de octubre
n.: 1807 - †: 1870 - país: Francia
canonización: B: Pío XI 1934 - C: Pío XII 1950
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 25 de octubre
n.: 1807 - †: 1870 - país: Francia
canonización: B: Pío XI 1934 - C: Pío XII 1950
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: San Antonio María Claret, obispo, que, ordenado presbítero, durante
varios años se dedicó a predicar al pueblo por las comarcas de Cataluña, en
España. Fundó la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de
María y, ordenado obispo de Santiago de Cuba, trabajó de modo admirable por el
bien de las almas. Habiendo regresado a España, tuvo que soportar muchas
pruebas por causa de la Iglesia, y murió desterrado en el monasterio de monjes
cistercienses de Fontfroide, cerca de Narbona, en el mediodía de Francia.
Oración: Oh Dios, que concediste a tu obispo
san Antonio María Claret una caridad y un valor admirables para anunciar el
Evangelio a los pueblos, concédenos, por su intercesión, que, buscando siempre
tu voluntad en todas las cosas, trabajemos generosamente por ganar nuevos
hermanos para Cristo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén (oración litúrgica).
A pesar de su nombre rimbombante, Antonio
María Claret y Clara fue un arzobispo de origen relativamente humilde. Nació en
1807, en Sallent, España. En su juventud trabajó con su padre como tejedor y,
en sus ratos libres, aprendía el latín y el oficio de impresor. A los veintidós
años ingresó en el seminario de Vich, donde se ordenó sacerdote en 1835.
Algunos años más tarde pensó en hacerse cartujo, pero, como no tenía salud
suficiente para resistir la dura vida de los monjes, se trasladó a Roma y entró
en el noviciado de la Compañía de Jesús, con el propósito de-partir a las
misiones extranjeras. Su mala salud no resistió el noviciado y el padre general
de la Compañía le aconsejó que volviese a España a trabajar en la
evangelización de sus compatriotas. Así lo hizo el P. Antonio y durante diez
años predicó misiones y retiros en toda Cataluña. Por entonces ayudó a santa Joaquina
de Mas a fundar la congregación de las Carmelitas de la
Caridad. El celo del santo movió a otros sacerdotes a seguir su ejemplo.
En 1849, gracias al P. Claret
principalmente, se fundó la congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado
Corazón de María. Actualmente los «claretianos», como suele llamárselos, se
hallan extendidos no sólo en España, sino también en América y otras partes.
Poco después de la fundación de esa gran obra, el P. Claret fue elegido obispo
de Santiago de Cuba. La tarea era excepcionalmente difícil, ya que una
organización de fanáticos y turbulentos anticristianos combatieron
sistemáticamente todas las reformas emprendidas por el santo. Como si ello no
fuese suficiente, atentaron varias veces contra su vida. En cierta ocasión, un
hombre, furioso de que el santo hubiese convertido a su amante, le hirió
gravemente. El propio san Antonio intercedió por el agresor y logró que se le
conmutase la pena de muerte.
En 1857 volvió San Antonio a España como
confesor de la reina Isabel II, después de renunciar al gobierno de su
diócesis. En la corte sólo residía el tiempo estrictamente necesario para el
cumplimiento de sus funciones, el resto lo consagraba a predicar misiones y a
difundir los buenos libros, especialmente en catalán. A él debe España la fundación
de la Librería Religiosa de Barcelona, que ha ejercido una influencia enorme en
el renacimiento religioso del país. Se dice que san Antonio predicó durante su
vida 10.000 sermones y escribió cerca de 200 libros y folletos para instrucción
y edificación del clero y el pueblo. Como rector del Escorial, estableció un
laboratorio científico, un museo de historia natural, una escuela de música,
otra de lenguas, etc. El santo vivía en perpetua unión con Dios; entre las
gracias sobrenaturales más notables que el Señor le concedió, se contaban,
además de los éxtasis, los dones de profecía y de curación.
Las condiciones políticas de España y la
actitud de la reina para con la Santa Sede hicieron muy difícil la posición de
san Antonio. Durante la revolución de 1868, fue desterrado junto con la reina.
Entonces pasó a Roma, donde empleó su influencia en promover la definición de
la infalibilidad pontificia. Sus amigos de España quisieron hacerle volver a su
patria, pero el intento fracasó. San Antonio cayó gravemente enfermo en Francia
y murió en el monasterio cisterciense de Fontfroide, cerca de Narbona, el 24 de
octubre de 1870. Es beatificado por Pío XI el 25 de febrero de 1934, y Pío XII
lo canoniza el 7 de mayo de 1950.
Véase J. Echevarría, Recuerdos de Antonio
Claret (1938), y D. Sargent, The Assignments of Antonio Claret (1950). En
español y en catalán existen numerosas biografías: las de L. Clotet (1882) y J.
Blanch (1924) han sido traducidas al francés. En Acta Apostolicae Sedis, vol.
XCIV (1952), pp. 345-358, puede verse el decreto de canonización y un resumen
biográfico.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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