Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “La
visita del Papa puede ayudar a promover el diálogo islámico-cristiano. Pero
hay que decir que no empezamos de cero y muchas veces solo se resaltan los
aspectos más problemáticos o negativos. La base ya existe, podemos avanzar:
el hecho de que el Papa vaya por primera vez a la Península Arábiga es un
signo muy positivo, un signo de esperanza”. Es lo que declara a la Agencia
Fides el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, el dicasterio del Vaticano que tiene
jurisdicción sobre los Vicariatos apostólicos en la Península Arábiga y en
todas las comunidades católicas de la zona.
El Papa Francisco va a la península de Arabia: ¿qué situación encontrará,
cómo es la vida de las comunidades cristianas locales?
Las comunidades católicas presentes en la Península Arábiga se organizan en
macrorregiones eclesiásticas: el Vicariato Apostólico del Norte de Arabia,
que incluye Arabia Saudita, Bahrein, Qatar y Kuwait; y el Vicariato
Apostólico de Arabia Meridional, que comprende los Emiratos Árabes Unidos,
Omán y Yemen. En toda la península, con una gran mayoría islámica, la
presencia cristiana comenzó con las antiguas comunidades del rito oriental
asentadas a lo largo de las costas del Golfo Pérsico, que luego se
expandieron por todo Oriente Medio. Hoy en día, la presencia de cristianos
en la península árabe está vinculada a los migrantes: no hay comunidades
locales, hay solo algunos cristianos árabes.
¿Cómo se desarrolla la vida de la Iglesia en la región?
La actividad de la Iglesia católica se desarrolla, a nivel pastoral, con
los migrantes que viven junto a la comunidad que profesa la fe islámica.
Incluso en un contexto cultural bastante homogéneo, en cada una de las
diferentes naciones de la región hay peculiaridades: en algunos estados,
como en los Emiratos Árabes y en Bahrein, hay una mayor tolerancia y
apertura hacia los creyentes en Cristo, mientras que en otros países hay un
control más estricto y a veces , por la legislación vigente, la fe
cristiana está penalizada; en otros casos prácticamente se prohíbe por la
acción de grupos extremistas y violentos.
Los Emiratos Árabes celebran el año de la Tolerancia en 2019 y la libertad
de culto está ampliamente garantizada. ¿Pueden ser un ejemplo para los
países de la zona?
El Año de la tolerancia decretado en los Emiratos puede ser un ejemplo y un
importante punto de partida para toda la región. El primer paso de la
convivencia civil es no pelearse, respetarse y tolerarse mutuamente. La
tolerancia es el primer paso pero no es el objetivo final, que es el
reconocimiento pleno de los derechos fundamentales de todos: la dignidad
humana, los derechos sociales, civiles y religiosos. Para ello debemos
esforzarnos, avanzando en pequeños pasos, de acuerdo con el diseño
providencial de Dios, teniendo en cuenta las realidades políticas,
culturales y sociales de cada nación.
¿Puede describir en particular la situación en los Emiratos Árabes Unidos?
En los Emiratos Árabes Unidos la presencia cristiana tiene cierta
consistencia. Hay uno 800.000 católicos (filipinos, indios, pakistaníes,
esrilanqueses, bangladesíes y otras nacionalidades) y los mismos fieles
católicos se diversifican en comunidades de rito latino, malabar, malankar
y greco-católico. Es el Vicariato Apostólico del Sur donde la Iglesia busca
asegurar a todos los fieles un servicio pastoral adecuado y de culto
gracias a la presencia de sacerdotes y religiosos. El Vicariato está muy
bien organizado en las diversas articulaciones de los órganos eclesiales,
con la presencia de varias iglesias y las liturgias registran una
participación masiva y animada de los fieles. El Gobierno de los Emiratos
permite a la Iglesia administrar escuelas y es posible llevar a cabo un
servicio educativo en beneficio de los niños y jóvenes que pertenecen a las
mismas familias migrantes. Cabe señalar que las escuelas (11 instituciones
educativas en total) no son escuelas confesionales, sino que están abiertas
a todos que son, en su mayoría a estudiantes no cristianos. Aquí ya existe
una cierta integración, no hay proselitismo, no se enseña la religión pero
se vive la convivencia pacífica, y se promueven, se viven y se enseñan los
valores fundamentales del respeto y la dignidad humana. El servicio de la
educación es esencial y es un servicio al bien común.
¿Cómo es la situación en el Vicariato del Norte, que incluye Arabia
Saudita?
En el Vicariato del Norte, donde viven 2.5 millones de católicos, hay una
composición bastante variada. En Kuwait hay cristianos de diferentes ritos,
mientras que en Arabia Saudita no tenemos lugares de culto o comunidades
reconocidas. Sin embargo, debe observarse que incluso aquí existe una
cierta tolerancia hacia los cristianos, especialmente en el lugar de
trabajo, donde hay trabajadores bautizados. Aquí se lleva a cabo una manera
prudente y reservada, sin ostentación, una actividad espiritual mínima que
el gobierno conoce y no impide, siempre y cuando no haya elementos que
perturben la vida social y civil. Es bien sabido que Arabia Saudita es
considerada la cuna del Islam y, por lo tanto, “tierra sagrada”. Pero,
cuando los inmigrantes son recibidos es necesario respetar su dignidad, sus
derechos y libertades fundamentales, también de las de conciencia y fe. En
este sentido, se puede abrir una perspectiva para desarrollar un camino en
nombre de la tolerancia que es el primer paso para la convivencia. Arabia
Saudita es miembro de pleno derecho en los foros, reuniones, congresos y
actividades de la ONU y tiene vínculos económicos y políticos con muchas
naciones de todo el mundo. Si hay respeto y se establecen relaciones
amistosas en estos contextos, creo que este mismo paradigma también se
puede contemplar a nivel religioso como una forma de avanzar en el futuro.
Sin ninguna contraposición, pero con una relación sobre la base del respeto
mutuo, incluso dentro de la realidad actual del país.
¿La visita del Papa también tendrá un significado también para las
relaciones con Arabia Saudita?
Esperamos que sea así. En 2017, el Santo Padre Francisco recibió a una
importante delegación saudí en el Vaticano y en la reunión se habló de un
esfuerzo común por la paz y la convivencia. También se debe mencionar el
histórico encuentro entre el rey Abdullah bin Abdulaziz Al Saud y el Papa
Benedicto XVI celebrado en 2007, bajo la bandera de la comprensión y el
diálogo entre las religiones y las civilizaciones. La Santa Sede ya goza de
buenas relaciones con representantes de diferentes países de la región.
Estamos dentro de un viaje: este viaje es una etapa que puede comenzar otra
etapa en la carretera. Depende de cada uno de nosotros hacer nuestra parte.
La convivencia pacífica es posible aquí en Occidente, pero también en
Arabia, donde los trabajadores cristianos contribuyen al bien económico y
social del país y dan testimonio de respeto, paz y benevolencia.
¿Puede el viaje contribuir al diálogo islámico-cristiano?
La visita del Papa sin duda ayudará a promover el diálogo. Pero hay que
decir que no empezamos de cero y muchas veces solo se resaltan los aspectos
más problemáticos o negativos. En el Islam, los cristianos y los judíos son
las “religiones del libro” y, por lo tanto, el diálogo interreligioso
comienza desde una base real. Muchos elementos de la fe cristiana e
islámica tienen elementos en común como la unicidad de Dios, la paternidad
de Abraham, la oración, el ayuno, la caridad y la peregrinación. Sin
olvidar el respeto por Jesucristo, visto como el Hijo de Dios y como un
gran profeta; o el amor a María, su madre, a quien las mujeres musulmanas
invocan a menudo cuando se preparan para el parto. Durante siglos,
cristianos y musulmanes han vivido en paz, y estos elementos deberían
fortalecerse hoy gracias a una política correcta. La base ya existe,
podemos avanzar: el hecho de que el Papa vaya por primera vez a la
Península Arábiga es un signo muy positivo, un signo de esperanza.
(PA) (Agencia Fides 1/2/2019)
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