Misa En Santa Marta, 10 Enero 2019 © Vatican Media
Santa Marta: “Con los ojos del hombre y con los ojos de Dios”
Fiesta de San Juan Bosco
(ZENIT – 31 enero 2019).- “Don Bosco tuvo el coraje de mirar la realidad con los ojos del hombre y con los ojos de Dios. Que todos los sacerdotes lo imiten: mirando la realidad con los ojos del hombre y con los ojos de Dios”: este es el tweet que ha publicado hoy el Papa Francisco, 31 de enero de 2019, tomado de su meditación en la misa de la mañana, en la capilla de Santa Marta.
En su homilía –reportada por Vatican News– el Papa Francisco se refirió a la figura de la madre de Don Bosco, una mujer sencilla “que no había estudiado en la facultad de teología”, y que le dijo en el momento de su ordenación: “De ahora en adelante, vas a sufrir”. El sacerdote sufre –ha explicado el Papa– no porque “haga el faquir” sino porque mira la realidad con los ojos de los hombres y de Dios.
Al ver a los jóvenes abandonados en las calles –ha enfatizado el Papa– Don Bosco “se movió como hombre y comenzó a pensar en maneras de hacer crecer a los jóvenes… caminos humanos. Y luego tuvo el coraje de mirar con los ojos de Dios… con un amor paternal, y al mirar a Dios con los ojos del mendigo que piden luz, comenzó a avanzar”.
El sacerdote debe tener “estas dos polaridades”, insistió el Papa Francisco: “mirar la realidad con los ojos del hombre y con los ojos de Dios”, y para eso debe pasar “mucho tiempo antes del tabernáculo”.
Don Bosco, continuó, “no llegó solo con el catecismo y el crucifijo, diciendo ‘hazlo’. Los jóvenes le habrían dicho: ‘Buenas noches, hasta mañana’. No, no: se les acercó con su vivacidad. Les hizo jugar, caminó con ellos, escuchó con ellos, vio con ellos, lloró con ellos y los llevó más lejos”.
El sacerdote debe mirar a “personas humanamente” y estar “siempre sin caminos”. Y el Papa debe advertir nuevamente: el sacerdote no es un funcionario que recibe “de 15 a 17:30 horas”: “Tenemos tantos buenos funcionarios, que hacen su trabajo … pero el sacerdote no puede ser. El sacerdote levanta la vista para “entender que son (sus) hijos, (sus) hermanos” y él “tiene el coraje de ir a pelear allí: el sacerdote es alguien que lucha con Dios”.
Con Anne Kurian
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