Conversando con el amor
Mi Señor, comienzo
este día poniendo todos mis sueños en tus manos y diciendo dentro de mí: ¿a
quién he de temer?, pues Tú eres mi roca y mi fortaleza. Aunque haya tenido
días duros, llenos de problemas y adversidades, con tu gracia has sabido
mostrarme momentos de bendición y de triunfos. Hoy te pido que me llenes de
todas tus fuerzas. Confío en que eres el gran proveedor y siempre te encuentras
listo para darme tu asistencia divina cuando así lo necesite. En tu nombre soy
capaz de enfrentar cualquier problema y usar cada situación en mi propio
beneficio ya que me has capacitado para hacer grandes cosas. Confío en que en
este momento me acompañas y me unges con el poder de tu amor. Ayúdame a
conquistar terrenos de soledad y transformarlos en lugares donde abunde tu
gracia y tu alegría. Esto podré lograrlo solo unido a tu poderosa presencia.
Amen.
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