Conversando con el amor
Señor, Tú me has
asegurado que: ‘Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos’, y así de grande es tu amor, me has hecho tu amigo. Tu amor es
donativo, no es un amor posesivo, es un amor que engendra senderos de libertad,
es un amor que permite ensanchar mi vida, dilatarme y abrirme hacia lo
infinito, para obrar y darte frutos de amor. El tuyo es un amor que me permite
abrir nuevas puertas, nuevos horizontes y nuevas esperanzas. Tú me amas y me
abrazas en mis momentos turbios, eres la fuente de la vida, eres mi principio y
mi fin, buscas mi plenitud, mi sanación y la curación de todo mi ser. Por eso,
te entrego mi vida toda, hazme dócil a Ti y que pueda vivir amándote en cada
segundo para que sigas revelándote en cada célula de mi ser. Te amo Señor.
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