Evangelio del día: Ayuno, oración y limosna. Las 3 armas del
cristiano
Evangelio del día. AUDIO. Mateo 6,1-6.16-18: Cuando ayunes, ores
y des limosna, hazlo en lo secreto, tu Padre te recompensará
Evangelio del día: Mateo 6,1-6.16-18
Evangelio del día (La
verdadera forma de ayunar que enseña Jesús): "En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad
delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán
recompensa con su Padre celestial. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo
anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las
calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo
que hace la derecha; para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve
lo secreto, te lo recompensará. Cuando ustedes hagan oración no sean como los
hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas
de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la
puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como
esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente
note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en
cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa
la gente que estas ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre,
que ve lo secreto, te recompensará." Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
La Cuaresma llega a nosotros como tiempo providencial para
cambiar de rumbo, para recuperar la capacidad de reaccionar ante la realidad
del mal que siempre nos desafía.
La Cuaresma es para vivirla como tiempo de conversión, de
renovación personal y comunitaria mediante el acercamiento a Dios y la adhesión
confiada al Evangelio. De este modo nos permite también mirar con ojos nuevos a
los hermanos y sus necesidades.
Es por ello que la
Cuaresma es un momento favorable para convertirse al amor a
Dios y al prójimo; un amor que sepa hacer propia la actitud de gratuidad y de
misericordia del Señor, que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza.
Al meditar los misterios centrales de la fe, la pasión, la cruz
y la resurrección de Cristo, nos daremos cuenta de que el don sin medida de la
Redención se nos ha dado por iniciativa gratuita de Dios.
Acción de gracias a Dios por el misterio de su amor crucificado;
fe auténtica, conversión y apertura del corazón a los hermanos: son elementos
esenciales para vivir el tiempo de Cuaresma.
En este camino, queremos invocar con especial confianza la
protección y la ayuda de la Virgen María: que sea Ella, la primera creyente en
Cristo, quien nos acompañe en los días de oración intensa y de penitencia, para
llegar a celebrar, purificados y renovados en el espíritu, el gran misterio de
la Pascua de su Hijo. (Audiencia general, 05 de Marzo de 2014)
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