miércoles, 5 de junio de 2019

San Bonifacio. Obispo y mártir. El apóstol y patrono de Alemania (5 de junio)

San Bonifacio. Obispo y mártir. El apóstol y patrono de Alemania

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San Bonifacio fue enviado a misionar a Alemania por el Papa Gregorio II donde anunció a Cristo y convirtió a muchos a la fe Católica

 
San Bonifacio fue un sacerdote que se destacó por ser misionero en muchas regiones de Alemania, convirtiendo a gran parte de esta gran nación al cristianismo. Es considerado el Apóstol de Alemania y patriarca de los católicos de ese país. También es el Santo Patrono de Alemania y fue el primer arzobispo de Mainz.

Fiesta: 05 de Junio

Martirologio Romano: Memoria de san Bonifacio, obispo y mártir, que era monje en Inglaterra con el nombre de Wifrido por el bautismo, pero, llegado a Roma, el papa san Gregorio II le ordenó obispo, cambiándoselo a Bonifacio y enviándolo a Germania para anunciar a aquellos pueblos la fe de Cristo, donde logró ganar para la religión cristiana a mucha gente. Rigió la sede de Maguncia y hacia el final de su vida, al visitar a los frisios, en Dokkum fue asesinado por los paganos, consumando así su martirio (754)

Biografía de San Bonifacio

San Bonifacio nació hacia el año 680, en el territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado sacerdote, en el año 716 con dos compañeros se encaminó a Turingia; pero aún no era la hora de su apostolado.
Entonces, San Bonifacio regresó a su monasterio y en el año 718 viajó a Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el continente.
El Sumo Pontífice lo escuchó complacido y, en el momento de otorgarle la bendición, le dijo: "Soldado de Cristo, te llamarás Bonifacio" En el año 719 se dirigió a Frislandia. Allí estuvo tres años; luego se marchó a Hesse, convirtiendo a gran número de bárbaros.
En Amoneburg, a orillas del río Olm, San Bonifacio fundó el primer monasterio. Regresó a Roma, donde el papa lo ordenó obispo.

San Bonifacio: Misionero y fundador

Poco después, en el territorio de Hesse, San Bonifacio fundaba el convento de Fritzlar. En el año 725 volvió a dirigirse a Turingia y, continuando su obra misionera, fundó el monasterio de Ordruf. Presidió un concilio donde se encontraba Carlomán, hijo de Carlos Martel y tío de Carlomagno, quien lo apoyó en su empresa.
En el año 737, otra vez en Roma, el papa lo elevó a la dignidad de arzobispo de Maguncia. Prosiguió su misión evangelizadora y se unieron a él gran cantidad de colaboradores.
También llegaron desde Inglaterra mujeres para contribuir a la conversión del país alemán, emparentado racialmente con el suyo.
Entre éstas se destacaron santa Tecla, santa Walburga y una prima de Bonifacio, santa Lioba. Este es el origen de los conventos de mujeres.
San Bonifacio prosiguió fundando monasterios y celebrando sínodos, tanto en Alemania como en Francia, a consecuencia de lo cual ambas quedaron íntimamente unidas a Roma.
El anciano predicador había llegado a los ochenta años. Deseaba regresar a Frisia (la actual Holanda). Tenía noticias de que los convertidos habían apostatado. Cincuenta y dos compañeros fueron con él. Atravesaron muchos canales, hasta penetrar en el corazón del territorio.
Al desembarcar cerca de Dochum, miles de habitantes de Frisia fueron bautizados. El día de pentecostés debían recibir el sacramento de la confirmación.

El martirio de San Bonifacio.

San Bonifacio se encontraba leyendo, cuando escuchó el rumor de gente que se acercaba. Salió de su tienda creyendo que serían los recién convertidos, pero lo que vio fue una turba armada con evidente determinación de matarlo.
Los misioneros fueron atacados con lanzas y espadas. "Dios salvará nuestras almas", grito San Bonifacio. Uno de los malhechores se arrojó sobre el anciano arzobispo, quien levantó maquinalmente el libro del evangelio que llevaba en la mano, para protegerse. La espada partió el libro y la cabeza del misionero. Era el 5 de junio del año 754.
El sepulcro de San Bonifacio se halla en Fulda, en el monasterio que él fundó. Se lo representa con un hacha y una encina derribada a sus pies, en recuerdo del árbol que los gentiles adoraban como sagrado y que Bonifacio abatió en Hesse.
San Bonifacio es considerado el apóstol de Alemania y el patriarca de los católicos de ese país.

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