Evangelio del día: Quien conduce una doble vida es un corrupto,
un hipócrita
Evangelio del día. AUDIO. Mateo 23,27-32 - XXI semana tiempo
ordinario: Por fuera parecen justos pero por dentro están llenos de hipocresía
Evangelio del día: Mateo 23,27-32
Evangelio del día: (La
hipocresía de los fariseos): En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y
fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen
sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de
muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos
delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de
iniquidad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los
sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo:
"Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos
unido a ellos para derramar la sangre de los profetas"! De esa manera
atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los
profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!" Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
La doble vida de un cristiano hace tanto mal, tanto mal.
"¡Pero, yo soy un benefactor de la Iglesia! Meto la mano en el bolsillo y
doy a la Iglesia". Pero con la otra mano, roba: al Estado, a los pobres…
roba. Es un injusto. Ésta es doble vida. Y esto merece, lo dice Jesús no lo
digo yo, que le pongan en el cuello una muela de molino y sea arrojado al mar. No
habla de perdón, aquí.
Y esto, porque esta persona engaña, ¿y donde está el engaño?, no
está el Espíritu de Dios. Ésta es la diferencia entre pecador y corrupto. Quien
conduce una doble vida es un corrupto.
Diferente es quien peca y quisiera no pecar, pero es débil y va
a lo del Señor y pide perdón: ¡a ese el Señor lo quiere! Lo acompaña, y está
con él. Y nosotros debemos decirnos pecadores, sí, ¡todos, aquí, eh!, todos lo
somos. Corruptos.
El corrupto está fijo en un estado de suficiencia, no sabe qué
cosa es la humildad. Jesús, a estos corruptos, les decía:
"La belleza de
ser sepulcros blanqueados, que parecen bellos, por afuera, pero dentro están
llenos de huesos muertos y de putrefacción".
Y un cristiano que se vanagloria de ser cristiano, pero que no
hace vida de cristiano, es uno de estos corruptos. […]
Todos conocemos a alguien que está en esta situación, ¡y cuánto
mal hacen a la Iglesia! Cristianos corruptos, sacerdotes corruptos… ¡Cuánto mal
hace a la Iglesia! Porque no viven en el espíritu del Evangelio, sino en el
espíritu de la mundanidad".
[...] Una podredumbre barnizada: ésta es la vida del corrupto. Y
Jesús no les decía sencillamente «pecadores» a estos, les decía: hipócritas...
Pidamos hoy la gracia al Espíritu Santo que nos ahuyente de todo
engaño, pidamos la gracia de reconocernos pecadores: somos pecadores.
Pecadores, sí. Corruptos, no. (Homilía
en Santa Marta, 11 de noviembre de 2013)
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