domingo, 25 de agosto de 2019

San José de Calasanz. Fundador de los Escolapios. Patrono de escuelas católicas (25 de agosto)

San José de Calasanz. Fundador de los Escolapios. Patrono de escuelas católicas

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San José de Calasanz estableció escuelas públicas para la educación en el amor del Evangelio a niños y jóvenes pobres. Fundador de los Escolapios

 
San José de Calasanz fue un sacerdote católico español, educador y fundador de las Escuelas Pías. Proporcionó educación gratuita a los hijos de los pobres. Fue un sacerdote con formación universitaria en derecho canónico y teología, respetado por su sabiduría y experiencia administrativa, dejó de lado su carrera porque estaba profundamente preocupado por la necesidad de educación de los niños pobres. Es el santo patrono de las escuelas católicas

Fiesta: 25 de agosto

Martirologio romano: San José de Calasanz, sacerdote, quien estableció las escuelas públicas para la educación de niños y jóvenes en el amor y la sabiduría del Evangelio, fundó en Roma la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías.

Biografía de San José de Calasanz

San José de Calasanz se le conoce también bajo los siguientes seudónimos: "El gran pedagogo". "El Patriarca de los niños". "El Job de la Ley de gracia". Nació en Peralta de la Sal, pequeña villa aragonesa, el 31 de julio de 1558, en los albores del reinado de Felipe II.
Cinco hermanas y dos hermanos fueron los vástagos del matrimonio Pedro Calasanz y María Gastón. Pertenecían a una familia venida a menos.
La madre de San José de Calasanz era una maravillosa educadora y sentía predilección especial por el benjamín de los siete, nuestro pequeño José.
Ya desde muy niño, San José de Calasanz empezó a desempeñar el oficio que vivirá durante toda su vida y que aun después de muerte continuaría ejerciendo por medio de sus hijos religiosos de las Escuelas Pías.

Educación y enseñanza.

Era así: El maestro de la escuela rural, para descansar de la monotonía de cada día, con frecuencia tomaba al pequeño José, lo subía a una mesa y le hacía deletrear primero, leer más adelante y enseñar un poco de tiempo después cuanto sabía a sus compañeros.
Ya mayorcito, recordando esto, San José de Calasanz se subía a una mesa y excitaba a sus compañeros a ser mejores y a amar más y más a Jesucristo y a la Virgen María. Sabía atraer y convencer porque José ponía en estos actos toda su alma y arrastraba como si fuera un imán.
Concluidos los estudios en su pueblo, pasó a Estadilla y después a Lérida donde se graduó en ambos derechos a los veinte años. De Lérida pasó a la Universidad de Valencia para ampliar estudios y allí le esperaba el tentador.

San José de Calasanz: llamado al sacerdocio

San José de Calasanz vio que el Señor le llamaba para ser sacerdote y para gastarse en bien de la humanidad. Para huir de las tentaciones que el demonio le tendía día a día en Valencia, volvió a Peralta pero aquí le esperaba una gran contrariedad: Muere su hermano mayor, y su padre le ruega que contraiga matrimonio y sea él quien herede el mayorazgo familiar. Pero José desea consagrarse al Señor.
Cae gravemente enfermo. Su padre cede y San José de Calasanzsalta de alegría. Se pone bien de salud y continúa trabajando para llegar a ser sacerdote. Esta gracia le llegó el 17 de diciembre de 1583.
Pronto los Obispos conocieron su valía y le daban cargos y honores que demostraban la gran ascendencia que tenía sobre ellos. Cuando fue Vicario de los sacerdotes ayudó a muchos de ellos a vivir bien su vida sacerdotal, cosa que entonces estaba un tanto decaída.

Admirable vocación de servicio

San José de Calasanz echaría hondas raíces y ya para siempre desplegaría su fecundo apostolado, en la Ciudad Eterna de Roma: Se entregó a trabajar con las Cofradías y grupos ya existentes y bastante abandonados. Fundó otras nuevas y con ellas empezó a trabajar con entrega.
Allí, San José de Calasanz llevaba una vida de mucha oración y de gran caridad con los enfermos. Pronto empezó a llamar la atención del Papa, Cardenales y de los grandes y sencillos de la Ciudad.
De todas partes acudían a este español a quien unos admiraban como santo y otros tenían como loco.
San José de Calasanz se entregó, sobre todo, a cuidar de los niños más pobres: Les instruía, les alimentaba, les enseñaba al catecismo, los llevaba a la Iglesia.
Para ellos fundó una escuelita primero y varios colegios después. Eran varios los sacerdotes que seguían a D. José en sus apostolados y con ellos pensó en fundar una Orden religiosa.
Hablando de su pasión por lo que estaba haciendo, él mismo decía:
"He encontrado en Roma la manera definitiva de servir a Dios en los niños y jóvenes, y no voy a abandonarlo por nada en el mundo"
Para asegurar la continuidad de su trabajo, San José de Calasanz fundó la Orden de las Escuelas Pías (Ordinis Scholarum Piarum), una Orden Religiosa de los Sacerdotes y Hermanos, bajo el lema de la Piedad y el Aprendizaje, una obra que ha hecho tanto bien en el mundo y aún continúan haciéndolos.
Un tiempo después, mucha envidia y oposición se levantaron contra él, calumnias iban y venían contra a su escuela y su nueva Orden
No le faltaron las dificultades que a todo Santo les espera, pero era una obra de Dios, el siguió adelante y todos sus problemas fueron superados en el tiempo. Siempre encontró ayuda del cielo y de algunos de la tierra y el demonio no pudo contra ell.
Después de unos años de floreciente vida, llegaron otras calumnias, pero, aclarado todo, San José de Calasanz puede morir en paz, viendo ya su obra aprobada y bendecida por el Vicario de Cristo. Era el 27 de agosto de 1648
San José de Calasanz fue beatificado el 18 de agosto de 1748 por el Papa Benedicto XIV, y posteriormente canonizado el 16 de julio de 1767 por el Papa Clemente VIII.
Con la gracia de Dios Papa Pío XII proclamó Patrono Universal de todas las escuelas católicas en 1948.
Un cardenal que después fue Sumo Pontífice, llamó a San José Calasanz "un segundo Job" porque tuvo que sufrir persecuciones como el santo Job de lo Biblia.

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