sábado, 24 de agosto de 2019

Santos del día 25 de agosto

Santos del día 25 de agosto
Octavo Kalendas septembris
   San José de Calasanz, presbítero y fundador (2 coms.) - Memoria litúrgica   
No se celebra hoy, porque hay una celebración de mayor rango (XXI Domingo del Tiempo Ordinario, solemnidad)
San José de Calasanz, presbítero, que promovió escuelas populares para la formación de los niños y adolescentes en el amor y en la sabiduría del Evangelio, y fundó en Roma la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías (escolapios).
   San Luis IX, rey (2 coms.) - Memoria litúrgica   
No se celebra hoy, porque hay una celebración de mayor rango (XXI Domingo del Tiempo Ordinario, solemnidad)
San Luis IX, rey de Francia, que, tanto en tiempo de paz como durante las guerras interpuestas en defensa del cristianismo, se distinguió excepcionalmente por su activa fe y por la justicia en el gobierno, el amor a los pobres y la constancia en las adversidades. Tuvo once hijos en su matrimonio, a los que educó de una manera inmejorable y piadosa, y gastó sus bienes y fuerzas, y su vida misma, en la adoración de la cruz, la corona de espinas y el sepulcro del Señor, hasta que, mientras estaba acampado cerca de Túnez, en la costa de África del Norte, murió contagiado de peste.
En Roma, en el sexto miliario de la vía Aurelia, sepultura de los santos Eusebio, Ponciano, Vicente y Peregrino, mártires.
En Arlés, de la Provenza, san Genesio, mártir, que, aún catecúmeno, siendo canciller se negó a actuar contra los cristianos y, perseguido al emprender la huida para intentar salvarse, fue detenido por los soldados y bautizado con su propia sangre.
En Itálica (hoy Santiponce), cerca de Hispalis, en la provincia hispánica de Bética, san Geruncio, obispo, que, según la tradición, murió encarcelado.
En Agde, en la Galia Narbonense, san Severo, abad del monasterio que él mismo fundó en esta ciudad.
En Constantinopla, san Menas, obispo, que, ordenado por el papa san Agapito, restableció la comunión temporalmente rota con el papa Vigilio y dedicó a la Divina Sabiduría la gran iglesia edificada por el emperador Justiniano.
En Attane, en el territorio de Limoges, en Aquitania, san Aredio, abad, que compuso para el cenobio que había fundado una sabia regla extraída de los preceptos de varios institutos de vida monástica.
En Utrecht, ciudad de Gueldres, en Austrasia, san Gregorio, abad, que, siendo todavía un adolescente, siguió fielmente a san Bonifacio cuando intentaba la conversión de Hesse y Turingia, y posteriormente, por mandato del mismo, dirigió como abad el monasterio de San Martín y gobernó la iglesia de Utrecht.
En Montefiascone, de la Toscana, muerte de santo Tomás Cantelupe, obispo de Hereford, en Inglaterra, el cual, célebre por sus conocimientos, se mostró severo para consigo mismo, pero excepcionalmente generoso para con los pobres.
En Shimabara, de Japón, beatos mártires Miguel Carvalho, de la Compañía de Jesús; Pedro Vázquez, de la Orden de Predicadores; Luis Sotelo y Luis Sasanda, presbíteros, y Luis Baba, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que fueron quemados vivos a causa de su fe en Cristo.
En un viejo navío anclado ante la costa de Rochefort, en Francia, beato Pablo Juan Charles, presbítero y mártir, que, siendo prior en la Orden Cisterciense, en el furor de la Revolución Francesa, por el hecho de ser sacerdote, fue conducido por los perseguidores desde el monasterio de Septfontaines a una prisión naval, donde murió consumido por el hambre y la enfermedad.
En Córdoba, en la República Argentina, beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado Cabanillas, virgen, que se dedicó con empeño a la formación cristiana de la infancia pobre y abandonada, y fundó en este país el Instituto de Hermanas Misioneras de la Tercera Orden Regular de San Francisco.
En Valencia, en España, beato Luis Urbano Lanaspa, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que afrontó una gloriosa prueba por Cristo.
En Barcelona, beato Zacaries de Llorenç del Penedés (Sebastiá Sonet Romeu), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
En La Sagrera, Barcelona, beato Bonaventura de Arroyo Cerezo (Tomás Díaz Díaz), capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
En Sucúa, en la provincia de Morona Santiago, Ecuador. beata María Troncatti, religiosa de las Hermanas de María Auxiliadora (Hermanas Salesianas), que se entregó al servicio de las poblaciones de la selva, en la evangelización y en la promoción humana.
En Turín, Italia, beato Luis de la Consolata Bordino, religioso profeso de los Hermanos de San José Benedicto Cottolengo, que entregó su vida al servicio de los sufrientes, especialmente de los últimos.
En Pariacoto, Perú, beato Alejandro Dordi, presbítero y mártir.

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