miércoles, 2 de mayo de 2018

Santos del día 2 de mayo

Santos del día 2 de mayo
Sexto Nonas maii
Memoria de san Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia, el cual, preclaro por su santidad y doctrina, en Alejandría de Egipto defendió con valentía la fe católica desde el tiempo del emperador Constantino hasta Valente, por lo cual tuvo que soportar numerosas asechanzas por parte de los arrianos y ser desterrado en varias ocasiones. Finalmente, regresó a la Iglesia que se le había confiado, donde, después de haber luchado y sufrido mucho con heróica paciencia, descansó en la paz de Cristo en el cuadragésimo sexto aniversario de su ordenación episcopal.
En Attalia, en la región de Panfilia, santos Héspero y su esposa Zoe, junto con sus hijos Ciríaco y Teódulo, mártires. Todos ellos, según la tradición, en tiempo del emperador Adriano eran esclavos al servicio de un pagano, y por orden de su mismo amo fueron primero azotados a causa de su libre confesión de la fe cristiana, luego brutalmente atormentados y finalmente arrojados a un horno encendido, en donde entregaron sus almas a Dios.
En la ciudad de Hispalis (hoy Sevilla), en la Hispania Bética, san Félix, diácono y mártir.
Conmemoración de los santos mártires Vindemial, obispo de Gafsa, en Numidia, y Longinos, obispo de Pamaria, en Mauritania, ambos decapitados por orden de Hunerico, rey de los vándalos, después de haberse enfrentado a los arrianos en el concilio de Cartago.
En el monasterio de Luxeuil, en Burgundia, san Waldeberto, abad.
En el territorio de Saint Gallen, en Helvecia, santa Viborada, virgen y mártir, que vivió encerrada en una celda junto a la iglesia de San Magno, desde donde atendía al pueblo. A causa de su fe y de sus votos religiosos, arrostró la muerte a manos de invasores húngaros.
En Linkóping, en Suecia, beato Nicolás Hermansson, obispo, el cual, exigente consigo mismo, se entregó por completo a su Iglesia y a los pobres, y recibió la custodia de las reliquias de Santa Brígida.
En Florencia, en la región de Toscana, en Italia, san Antonino, obispo, que después de llevar a cabo una labor de reforma en la Orden de Predicadores, se consagró con diligencia al ministerio pastoral de su diócesis, donde resplandeció por su santidad y por su provechosa y constante predicación.
En Clonmel, en Irlanda, beato Guillermo Tirry, presbítero de la Orden de San Agustín, mártir bajo el régimen de Oliverio Cromwell por mantenerse fiel a la Iglesia de Roma.
En la ciudad de Vinh Long, en Cochinchina, san José Nguyén Van Luu, mártir, que, agricultor y catequista, se ofreció voluntariamente en lugar del presbítero Pedro Luu, que era buscado por los soldados, y murió en la cárcel en tiempo del emperador Tu Duc.
En la ciudad de Aranjuez, en la región española de Castilla la Nueva, san José María Rubio Peralta, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que se significó por su atención a los penitentes en la confesión sacramental, por la predicación de ejercicios espirituales y por sus visitas a los pobres en los suburbios de Madrid.
En el campo de concentración de Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato Boleslao Strzelecki, presbítero y mártir, el cual, al estallar la guerra, fue encarcelado por su fe, y alcanzó la corona de la gloria por las torturas recibidas.

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