Para comprender la línea de demarcación entre el bien y el mal hay que escuchar la voz del Creador. Sólo si aparece Dios hay luz, hay esperanza
Por: Redacción | Fuente: Varios
La conciencia nos ordena en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal.
A) ”Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen” (1Corintios 6:12).
B) ”Todas las cosas me son lícitas…mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1Corintiios 6:12).
C) ”Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”. (1Corintios 8:13).
Por: Redacción | Fuente: Varios
Un mundo en el que Dios no existe se convierte en todo caso en un mundo de la arbitrariedad y el egoísmo,
Para comprender la línea de demarcación entre el bien y el mal hay que escuchar la voz del Creador. Sólo si aparece Dios hay luz, hay esperanza . Nuestra vida tiene un sentido que no podemos inventar nosotros, nos precede, nos lleva.
Hoy la moral y la religión «prácticamente han sido expulsadas» y «el único criterio último de moralidad y también de religión es el sujeto, la conciencia subjetiva que no reconoce otras instancias». «Pero de este modo el sujeto se convierte en una realidad aislada y cambian día a día los parámetros» de la vida moral.
Hoy se confunde el bien y el mal «con sentirse bien o sentirse mal» «Al final, sólo decide el sujeto, con su sentimiento, sus experiencias, con los eventuales criterios que han encontrado».
El Papa invitó a presentar los caminos que incluso la «conciencia laica puede ver fácilmente y a tratar de guiar hacia las voces más profundas, a la voz de la conciencia, que se comunica en la gran tradición de la oración y de la vida moral de la Iglesia.
«En la tradición cristiana, «conciencia» quiere decir «con-ciencia»: es decir, nuestro ser está abierto, puede escuchar la voz del mismo ser, la voz de Dios». «Por tanto, la voz de los grandes valores está inscrita en nuestro ser y la grandeza del hombre consiste propio en el hecho de no estar encerrado en sí mismo, en no quedar reducido a lo material, cuantificable, sino en estar abierto interiormente a lo esencial».
«En la profundidad de nuestro ser podemos escuchar no sólo las necesidades del momento, no sólo lo material, sino también escuchar la voz del mismo Creador y de este modo se puede conocer qué es el bien y qué es el mal». «Pero, obviamente esta capacidad de escucha debe educarse y desarrollarse». «Y precisamente éste es el anuncio al que estamos comprometidos en la Iglesia: desarrollar esta capacidad elevadísima donada por Dios al hombre de escuchar al voz de la verdad, la voz de los valores» (1)
Para comprender la línea de demarcación entre el bien y el mal hay que escuchar la voz del Creador. Sólo si aparece Dios hay luz, hay esperanza . Nuestra vida tiene un sentido que no podemos inventar nosotros, nos precede, nos lleva.
Hoy la moral y la religión «prácticamente han sido expulsadas» y «el único criterio último de moralidad y también de religión es el sujeto, la conciencia subjetiva que no reconoce otras instancias». «Pero de este modo el sujeto se convierte en una realidad aislada y cambian día a día los parámetros» de la vida moral.
Hoy se confunde el bien y el mal «con sentirse bien o sentirse mal» «Al final, sólo decide el sujeto, con su sentimiento, sus experiencias, con los eventuales criterios que han encontrado».
El Papa invitó a presentar los caminos que incluso la «conciencia laica puede ver fácilmente y a tratar de guiar hacia las voces más profundas, a la voz de la conciencia, que se comunica en la gran tradición de la oración y de la vida moral de la Iglesia.
«En la tradición cristiana, «conciencia» quiere decir «con-ciencia»: es decir, nuestro ser está abierto, puede escuchar la voz del mismo ser, la voz de Dios». «Por tanto, la voz de los grandes valores está inscrita en nuestro ser y la grandeza del hombre consiste propio en el hecho de no estar encerrado en sí mismo, en no quedar reducido a lo material, cuantificable, sino en estar abierto interiormente a lo esencial».
«En la profundidad de nuestro ser podemos escuchar no sólo las necesidades del momento, no sólo lo material, sino también escuchar la voz del mismo Creador y de este modo se puede conocer qué es el bien y qué es el mal». «Pero, obviamente esta capacidad de escucha debe educarse y desarrollarse». «Y precisamente éste es el anuncio al que estamos comprometidos en la Iglesia: desarrollar esta capacidad elevadísima donada por Dios al hombre de escuchar al voz de la verdad, la voz de los valores» (1)
¿Cómo puedo distinguir entre el bien y el mal?
La conciencia nos ordena en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal.
4 Preguntas basadas en 3 versículos en 1Corintios:
A) ”Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen” (1Corintios 6:12).
Pregunta 1:
¿Esto que estoy por hacer es un bien para mi alma, mente y cuerpo?
¿Esto que estoy por hacer es un bien para mi alma, mente y cuerpo?
B) ”Todas las cosas me son lícitas…mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1Corintiios 6:12).
Pregunta 2:
¿Me somete a su poder?
¿Me somete a su poder?
C) ”Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”. (1Corintios 8:13).
Pregunta 3:
¿Hiere a otros?
¿Hiere a otros?
D) ”Si pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, Hacedlo todo para la gloria de Dios” (1Corintios 10:31).
Pregunta 4:
¿Glorifica a Dios?
¿Glorifica a Dios?
Por último quiero indicar que a estás 4 preguntas le podemos añadir otra pregunta más
¿Jesús Haría esto en mi lugar? (2)
¿Jesús Haría esto en mi lugar? (2)
Algunos medios concretos:
• Aprender a escuchar la voz de la conciencia y obedecerla siempre.
• Conocer las enseñanzas del magisterio de la Iglesia.
• Estudiar el catecismo
• Aprender a orar para escuchar la voluntad de Dios.
• Confesión frecuente (sincera y profunda)
• Acudir a un director espiritual
• Hacer un examen de conciencia diario antes de acostarnos
. Formación en virtudes y valores
. Coherencia de vida
• Reflexionar antes de actuar
• Asumir las consecuencias de nuestros actos
• Procurar vivir de acuerdo con lo que creemos
• “Que tu sí sea sí y tu no sea no”.
• Cumplir siempre lo que prometemos (3)
Sitios y textos consultados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario