martes, 29 de enero de 2019

Villana de Bottis. Religiosa, esposa y madre de familia (29 de enero)

Villana de Bottis. Religiosa, esposa y madre de familia

villana de bottis religiosa esposa y madre

Villana de Bottis abandonó la vida mundana y se dedicó a la oración. Llevó una vida austera rogando por limosnas en favor de los pobres.

 
Villana de Botis fue una Madre de familia que se hizo religiosa dominica. Se dedicó a la oración y contemplación y hacer mucha penitencia en favor de los pobres. Asumiendo su compromiso como esposa, durante su matrimonio se olvidó de su deber cristiano, llevando una vida mundana llena de lujos y placeres. En una oportunidad, tuvo una visión aterradora en la que vio a un demonio reflejado en el espejo donde ella observaba su belleza, eso marcó el inicio de su conversión. Entró en la Tercera Orden de Penitencia de Santo Domingo, llevó una vida de extraordinaria austeridad, oración y servicio a los necesitados, sin olvidar sus obligaciones maritales.

Fiesta: 29 de enero

Martirologio romano: En Florencia, ciudad de la Toscana (hoy Italia), beata Villana de Bottis, madre de familia, quien, abandonando la vida mundana que llevaba, tomó el hábito de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo y se destacó por su asidua meditación en Cristo Crucificado, en llevar una vida austera rogando en las calles por limosna en favor de los pobres.

Biografía de Villana de Bottis

Villana de Bottis nació en Florencia en el año 1332, en una familia perteneciente a la nobleza. Su familia eran comerciantes y estaban muy bien acomodados. Durante su infancia ella sintió especial devoción por los asuntos del Señor.
A la edad de trece años, ella se escapó de su casa para unirse a un convento, pero se vio obligada por su familia a regresar a casa. Su padre, enojado por esta acción, decidió simplemente comprometerla a un hombre en el matrimonio, y esto le cambió su vida.
Se casó con un hombre de la nobleza llamado Rosso Benintendi, quien la puso en contacto con todos los placeres del mundo y la frialdad por lo superficial que hizo que ella se olvidara de Dios
Villana de Bottis se involucró profundamente en este mundo y los placeres que este le ofrecía. Se vestía con ropas finas y muchas joyas, asistía a muchas fiestas y todo lo que le daba una felicidad superficial y le causaba alegría temporal.

Una visión infernal provoca su conversión

Fue una noche, cuando la hermosa Villana de Bottis estaba preparándose para una fiesta y observando frente a un espejo su manera fina de vestir, sus arreglos asombrosos y su belleza, que le llegó su conversión.
Mientras ella se estaba viendo en el espejo, de repente dejó de verse y en su lugar se reflejaba un demonio grotesco, volteó la mirada y no vio nada. Fue a mirarse a otros dos espejos simplemente para ver lo mismo, un espantoso y horrible demonio.
Al darse cuenta de que ese reflejo eran todos sus pecados que estaban envolviendo a su alma, ella rompió su vestido y se lo quitó y se vistió con las ropas más sencillas.
De inmediato, Villana de Bottis se dirigió con los Padres Dominicos de Santa Maria Novella a hacer una confesión y a pedir la absolución de todos los males que ella causó y pudo haber causado sin darse cuenta. Esto cambió su vida una vez más, pero ahora para bien.

Su vocación y entrega al servicio

Villana de Bottis se dedicó a Dios y a la oración. Fue admitida en la Tercera Orden de Santo Domingo y centró su tiempo libre, toda su pasión y entrega a una vida pura y espiritual.
Aun así, ella cumplió con sus deberes como esposa, pero su tiempo libre la pasaba orando, leyendo la Biblia, las doctrinas de la Santa iglesia y pasaba mucho tiempo contemplando a Cristo crucificado, a quien ella invocaba muy a menudo diciendo:
"Cristo Jesús, amor mío crucificado".
En lugar de ir a fiestas, ella se dedicaba ahora a cuidar de los pobres y necesitados. Se la pasaba por las calles de Florencia pidiendo limosna. Ella sentía un fuego en su alma y era el fuego de Dios.
Villana de Bottis murió a la corta edad de 29 años el 29 de enero de 1361. Su cuerpo fue expuesto a la veneración pública durante muchos días en la iglesia dominicana de Santa María Novella, donde fue sepultada.
El Papa León XII la declaró Beata el 27 de marzo de 1824

No hay comentarios:

Publicar un comentario