LA HOMILÍA, ACTUALIZACIÓN VIVIENTE DE LA PALABRA DE DIOS
TERCER DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO
27 de Enero de 1980
Nehemías 8, 2-4ª. 5-6. 8-10Corintios 12, 12-30
Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
Queridos hermanos:
Atentado contra la Y.S.A.X.
Gracias a Dios puedo decir también: estimados radio-oyentes, porque esperamos que la bomba que quiso silenciar nuestra radio no lo ha logrado todavía y estamos haciendo llegar la voz de la Iglesia a través de esa emisora que quiere estar precisamente al servicio de la palabra de Dios...
Mensaje de solidaridad
Les agradezco esta manifestación de solidaridad a la que quiero unir varios mensajes que han llegado; por ejemplo, por no alargarme más, el de las Hermanas del equipo pastoral de Tepecoyo: "Lamentando pérdida emisora, voz orientadora de la Iglesia, pueblo cristiano nos solidarizamos Arquidiócesis, ofreciéndole ofrenda dominical parroquia unión de oraciones". Así también quiero agradecer varias expresiones de solidaridad de emisoras que han protestado por este gesto brutal de querer callar con la fuerza, la verdad de Dios.
Una bella oportunidad para rendir homenaje a la palabra de Dios
Y digo que las lecturas nos hacen precisamente el marco para, en esta situación de ultraje al instrumento de la palabra de la Iglesia, rendir homenaje a lo que constituye el alma de nuestros mensajes: la Palabra de Dios.
Hoy las lecturas nos presentan el caso de dos homilías
La homilía de Esdras y los Levitas en medio del pueblo de Israel al retornar del destierro, leyendo la palabra y explicándola; y, sobre todo, el evangelio donde está la homilía más sublime que se ha pronunciado cuando Cristo, cerrando el libro, dice: "Estas cosas se han cumplido hoy". Esa es la homilía: decir que la palabra de Dios no es lectura de tiempos pasados sino palabra viva, espíritu que hoy se está cumpliendo aquí. De allí el esfuerzo de aplicar el mensaje eterno de Dios a las circunstancias concretas del pueblo.
Es pues, una bella oportunidad para hacer hoy un comentario sobre lo que es la homilía ya que, gracias a Dios, a través de esa palabra estamos haciendo una catequesis y tratando de ser lo que debe ser la homilía: la explicación sencilla de la palabra eterna y la aplicación concreta de esa palabra que es luz, es fuerza, ilumina, consuela, orienta.
Concilio Vaticano II: Papel de la homilía
El concilio Vaticano II, que ha impulsado la renovación actual de la Iglesia, nos dice cual es el papel de la homilía: "Se recomienda encarecidamente, como parte de la misma liturgia- como parte de la misma liturgia es parte de la misa-, la homilía, en la cual se exponen durante el ciclo del año litúrgico, a partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana. Más aún, en las misas que se celebren los domingos y fiestas de precepto con asistencia del pueblo, nunca se omita, si no es por causa grave". (S.C. 52) Aquí se nos dice, pues, como tiene que ser, a partir de la palabra de Dios. El tema no lo inventa el que predica, sino, la palabra de Dios lo impone: habla de ésto, di ésto a mi pueblo. El predicador lo que hace es aplicar esa palabra esa palabra al pueblo, a la asamblea que se ha reunido con el fin de que se iluminen sus realidades; y sobre todo ésto: de que el pueblo celebre esa palabra en el sacramento de la Eucaristía. Toda la Biblia y toda la predicación, es en torno del gran misterio salvador de Cristo que culminó en su muerte y su resurrección.
La homilía actualiza a Cristo
En la misa, donde Cristo nos dejó el memorial de su muerte y su resurrección, la lectura de cualquier parte de la Biblia se centra en ese misterio. De allí, que el predicador tiene que, al mismo tiempo que ilumina las realidades, los caminos del pueblo, orientar como en la homilía de Esdras para que al terminar diga: "amén, amén, alabemos y demos gloria al Señor!" y nos unamos en el Santo Sacrificio de la Misa.
La homilía entabla un dialogo con dios e ilumina las realidades
La homilía es un discurso de carácter sagrado, litúrgico, que lleva el corazón del hombre, del oyente, a la fe en Dios, a la alabanza de Dios, a la celebración de la redención que se hace presente en el sacrificio eucarístico: predicamos y celebramos. Por eso, la misa no queda completa si sólo venimos a oír y no nos quedamos a la parte eucarística.
Lo principal no es la predicación, esto no es más que el camino; lo principal es el momento en que adoramos a Cristo y nuestra fe se entrega a él, iluminados con esa palabra, y desde allí vamos a salir al mundo a realizar esa palabra. Se oye la palabra, se acomoda a la realidad, se celebra y se alimenta en la vida de Cristo y lleva el compromiso del hombre a su deber, a su hogar, a sus servicios en el mundo para que sea verdaderamente vida según Dios.
Año litúrgico despliega el misterio de Cristo
La homilía actualiza la presencia de Cristo; y, por eso, en el trayecto del año litúrgico la Iglesia ha organizado tan maravillosamente la celebración de este misterio en el que ahora estamos ya: en el Tiempo Ordinario. Se llama Tiempo Ordinario al tiempo en que no hay celebraciones de carácter especial.
Tiempos fuertes
Son tres los momentos especiales del año litúrgico: el que acabamos de terminar, Tiempo de Navidad; el que vamos a comenzar dentro de pocos días, Tiempo de Cuaresma; y el que sigue a la Cuaresma, el Tiempo de la Pascua, la Resurrección del Señor, que se celebra durante 50 días.
Tiempo ordinario
Aparte de estos tres momentos fuertes, todo lo demás se llama Tiempo Ordinario. Termina el ciclo de Navidad, y mientras no comienza la Cuaresma se ponen las semanas y domingos del Tiempo Ordinario. Cuando termina la Pascua con la fiesta de Pentecostés hasta comenzar nuevamente la preparación de Navidad, continúa el Tiempo Ordinario. En el Tiempo Ordinario no hay un misterio especial, es el misterio en conjunto de Cristo el que celebramos. Y, por eso, cada año se toman evangelios distintos.
Hoy que la Iglesia ha acomodado una más abundante lectura de la Biblia, este año le toca al evangelio de San Lucas, el tercer evangelio. Y precisamente de allí, de esa lectura que se ha hecho, del prólogo; el principio de San Lucas y el principio del ministerio de Cristo, voy a tomar el tema de esta homilía que nos dá a conocer más el espíritu de este evangelio que ojalá, queridos hermanos, fuera el evangelio del año para todos. No sólo cuando venimos a misa sino allá en nuestras casas leamos, pero con profundidad, el tercer evangelio que es el de este año. Titularía yo así, pues, para que le demos una síntesis al pensamiento:
LA HOMILIA, ACTUALIZACION VIVIENTE DE LA PALABRA DE DIOS
La homilía, actualización, es decir, que hace presente, actual, como si estuviera sucediendo ahora, con toda su fuerza viva, la palabra de Dios aquí entre nosotros; es realidad de Cristo que vive a través de su palabra. Y la voy a exponer esta idea en estos tres puntos.
1º. Jesús es la Homilía viviente de la revelación del Padre: La misma persona de Cristo es como una homilía perenne de la revelación de padre, la voluntad eterna de Dios se hace humana, se envuelve de carne de hombre y vive aquí, en Cristo, aún cuando no habla, está hablando, es la perenne homilía de Dios.
2º. La Iglesia es la prolongación siempre actual y operante de la Homilía de Jesús: Jesús está predicando mediante su Iglesia. La Iglesia es la prolongación de la homilía que Cristo inició allá en Nazaret: "El espíritu del Señor sobre mí", lo puede seguir diciendo la Iglesia y en cada momento como yo lo puedo decir ahora en este domingo 27 de enero de 1980, aquí en la Basílica, a las 8 de la mañana: "esto se cumple hoy aquí". Aquí está presente la palabra de Dios, la Iglesia son ustedes, soy yo, somos la continuación de la homilía viva que es Cristo Nuestro Señor).
3º. Los efectos mesiánicos y salvíficos en los hombres de la Homilía de Cristo: Unos la aceptan y son felices, otros la rechazan y se obstinan en su maldad)
1. JESUS ES LA HOMILIA VIVIENTE DE LA REVELACION DEL PADRE
a) La Homilía más sublime El Episodio
Digamos ante todo que Jesús es la homilía viviente de la revelación de Dios. El episodio es emocionante, lo ha leído el evangelio, fijémonos bien. Cristo, llegando a la sinagoga de Nazaret, su pueblo, tomando un asiento en el estrado donde están los maestros de Israel y según la costumbre- que ahora se repite cuando llamamos a alguno del pueblo que venga a leer la lectura de Dios y si tiene que explicar algo explique- invitan a Jesús.
Expectativa de toda la sinagoga
Y tomando el rollo- no eran libros como los modernos sino rollos de pergaminos- escoge o hace que el sacristán le escoja un pasaje que él va a comentar, el de Isaías. Lo lee el mismo Cristo. ¡Qué honor para Isaías leído por Jesucristo, y honor más grande, todavía, cuando enrollando el pergamino- es una expresión muy significativa la que dice el evangelio hoy-: "Y enrollando el libro lo devolvió al que le ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él".
Es una expresión que dice más de lo que es un momento histórico. Ustedes saben que en el evangelio hay que buscar profundidades teológicas que el autor del evangelio quiere decir en una frase inspirada en un momento histórico. "Toda la sinagoga tenía los ojos puestos en él", es como un decir: todo el mundo sólo espera de Cristo la palabra que puede salvar. El va a decir la verdad que el mundo necesita, todos tenemos esa ansia; lo estamos viendo, estamos esperando que diga él la palabra que nos manda decir el Señor.
Y el comentario de Cristo, bien sencillo pero bien profundo nos dice: "Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír". ¿Qué es lo que acabáis de oír? Pues que el espíritu del Señor está sobre mí y que me ha enviado con la fuerza del Espíritu, como dice el evangelio a continuación: "Yendo a su ciudad con la fuerza del Espíritu".
b) Cristo culmina la Revelación
Cristo se presenta aquí como la revelación del Padre, el complemento de toda la revelación. Cristo nos lo presenta el Concilio, en el Documento sobre la Revelación, como el que culmina la revelación. Les leo esto porque estas palabras insustituibles vale saborearlas y sentir el honor y la dicha de haber conocido a Jesucristo. Dice: "El Padre envió a su Hijo, la Palabra eterna, que alumbra todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la intimidad de Dios. Jesucristo, Palabra hecha carne, "Hombre enviado a los hombres", habla las palabras de Dios y realiza la obra de la salvación que el Padre le encargó. Quien ve a Jesucristo; pues él, con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación y la confirma con testimonio divino". (DV,4).
c) Por el espíritu es fuerza de Dios
Conocer a Cristo es conocer a Dios. Cristo es la homilía que nos está explicando continuamente que Dios es amor, que Dios es fuerza, que está sobre él; el Espíritu del Señor, que él es la palabra divina, es la presencia de Dios entre los hombres.
El Evangelio no es biografía
Entonces Jesucristo y el evangelio no son dos cosas distintas. El evangelio no es una biografía de Cristo. Para San Pablo, el evangelio es la fuerza viviente de Dios. Leer el evangelio no es como leer un libro cualquiera, hay que llenarse de fe y hacer que se destaque vivo Jesucristo, revelación del Padre. Sentir, aunque sea en el silencio, sin que nadie hable, en la fe profunda del corazón, que Cristo es homilía de Dios que me está predicando y que estoy tratando de llenarme de esa fuerza divina que ha venido en Cristo Jesús.
Por el Espíritu- tengamos en cuenta una maravillosa teología del evangelio de San Lucas- se le llama el evangelio de la oración y del Espíritu Santo, porque es el evangelio que más destaca a Cristo en oración, en comunión con el Padre; y es el que continuamente está diciendo que Cristo era llevado por el espíritu.
Por eso, cuando Lucas, el mismo autor del tercer evangelio, escribe también los hechos de los Apóstoles aparece que aquel mismo Espíritu que animó a Cristo en la redención, es el mismo Espíritu que Cristo trasfundió a esta Iglesia que continúa en los viajes de San Pablo, en las cárceles de Pedro, en la oración de las comunidades cristianas.
Cristo sigue viviente gracias al Espíritu. "El Espíritu sobre mí, ésto se cumple hoy, comienza la era del cristianismo, aquí comienza una fase de historia que es ya la plenitud de los tiempos". El Espíritu Dios, se ha hecho espíritu también del hombre que lo quiera recibir.
2. LA IGLESIA ES LA PROLONGACION SIEMPRE ACTUAL Y OPERANTE DE LA HOMILIA DE JESUS
a) La verdad de la Iglesia se funda en la verdad de los hechos del Evangelio
En primer lugar, la verdad de la Iglesia depende de la verdad de Cristo. "Seríamos -dice San Pablo- unos grandes ilusos, unos grandes mentirosos si estuviéramos predicando a Cristo y Cristo no fuera lo que nosotros decimos".
- Prólogo de san Lucas siguiendo las tradiciones transmitidas
Por eso, en el prólogo de San Lucas, que hemos leído hoy, se destaca precisamente esa idea. ¿Qué quiso hacer Lucas cuando escribió el evangelio? Relatar los hechos: "siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares... Yo, por eso, quiero también comprobarlo todo desde el principio escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido".
En estas horas en que todo parece relativo, en que todo es confusión, en que nada es verdad, ¡qué sólida suena esta palabra del evangelio! El evangelio le da una consistencia eterna a la Iglesia. Por eso hemos repetido: "la Iglesia no vive de coyunturas, la Iglesia vive de la eterna realidad que se realizó, y que los testigos oculares presenciaron y que los hombres transmitieron en tradiciones vivas, iluminados por la presencia del Espíritu.
Relato de los hechos que se han verificado entre nosotros
¿Cuáles fueron esos hechos? Son los que va a comenzar a contar. A partir de aquella entrada a la sinagoga, Cristo inicia una predicación, y consuma una redención y resucita, y todo eso que constituye el "kerigma", el anuncio del Reino de Dios, de la venida de Cristo a salvar a los hombres, es precisamente esa realidad que se llama Iglesia, nace de la verdad de los hechos.
Aún históricamente, aún prescindiendo de la inspiración divina, no hay libro tan científicamente comprobado en su autenticidad y veraz en lo que dice, como el evangelio. Veinte siglos en que lo han criticado no sólo amigos sino enemigos para deshacer lo que dice, no han logrado más que darle más brillo a estas palabras de San Lucas.
Testimonio de quienes fueron testigos oculares
Las realidades que presenciaron los testigos oculares y que nos transmitieron a nosotros, hechos que comprueban la verdad, la solidez de las cosas que tú crees.
Hermanos, no dudemos nunca de la verdad del Evangelio, es peligroso confundirla con tantas promesas falsas de los hombres y creer que el evangelio también nos dejará frustrados y desilucionados. Pero, de verdad, es una palabra muy distinta, por eso les decía que este día que vuelve al aire la Y.S.A.X., puede decir con honor que a través de sus antenas, que han querido deshacer las fuerzas de los hombres, va una palabra que no la puede detener nadie, que vive en la Iglesia, que es realidad sólida en la fe de todo un pueblo, que nadie puede acabar esta palabra...
b) La comunidad se hace homilía de Jesús
Pero así como la Iglesia nace del evangelio, en el prólogo de San Lucas aparece otro aspecto precioso: la Iglesia se convierte en mensajera del Evangelio. Se evangeliza para evangelizar.
Por eso, San Lucas nos dice que él está recogiendo los testimonios. San Lucas no fue un apóstol, ni siquiera conoció a Cristo, pero fue discípulo de Pablo y estuvo en Roma, y escuchaba a los apóstoles, y escuchaba a las comunidades. Y esto es bello: saber que los evangelios los hicieron las comunidades.
Los evangelios que hoy leemos: de San Mateo, de San Marcos, de San Lucas, de San Juan, son la homilía de las comunidades.
Los predicadores de la palabra
Un testigo platicaba con un grupo lo que había visto y daba fe, hasta la sangre, de que era verdad lo que contaba. Y aquella gente creía porque el Espíritu de Dios lo iluminaba también, se evangelizaba. Y teníamos, entonces, una comunidad que había recibido la fe y que se sentía impulsada a llevar la fe gracias al mismo Espíritu que la iluminaba.
Estilo de Lucas
Lucas, precisamente, no es más que un eslabón en esa cadena de la tradición. Lucas no conoció a Cristo, ni vio personalmente los hechos que él cuenta; "... pero -como dice- convencido de la realidad, de la solidez de estas cosas, sé que la comunidad en la que vivo se alimenta de esta fe"; y no puede dudarse de ella. Y en comentarios con las comunidades escribían los evangelistas los preciosos evangelios que han llegado hasta nosotros. Por eso tienen características muy distintas a pesar de contar la misma vida de Cristo; son homilías, reflexiones hechas en contextos históricos reales distintos.
Lucas escribió para paganos, Mateo escribió para judíos, Marcos escribió para romanos. Lucas, escribiendo para paganos, no se preocupa tanto de las fórmulas judías pero si se preocupa de motivos que pueden conmover a cualquier hombre.
Características doctrinales
Y por eso, las características doctrinales del evangelio de San Lucas ponen un paralelo entre la actividad de Jesús y el ministerio de la Iglesia. Presentan a Jesús no como la realización de unas profecías judías, sino como un profeta nuevo que va a ver cumplirse lo que él dice en la posteridad de su Iglesia.
Lucas presenta a Cristo como el profeta que lanza al mundo un Reino que no tendrá fin y los años se van encargando de confirmar a este profeta y fundador de la Iglesia. También destaca San Lucas la actuación de Cristo entre los gentiles, entre los pobres, entre los marginados. Esto conmueve más a un pueblo que no ha hecho de esa religión, un privilegio; sino que hace de su conocimiento nuevo de un Cristo, la comprensión para aquel mundo tan despreciado de los esclavos, de los marginados.
Se le llama Evangelio de la misericordia
El evangelio de San Lucas ha tomado nombres preciosísimos; por ejemplo, se le llama el evangelio de la misericordia y de los grandes perdones. En ningún evangelio se cuenta la parábola del Hijo Pródigo, el pecador arrepentido. El evangelio de Lucas es el que expresa mejor la ternura del corazón de Cristo cuando se le acercan los pecadores y los perdona.
Se le llama el Evangelio de los pobres
El relato de Belén es pintoresco porque en torno del Cristo que nace, son los pobrecitos, los pastores; los que no tienen porvenir según el mundo, los que le hacen el cortejo al Rey que ha nacido. De allí nace esa opción preferencial por los pobres.
Se le llama el Evangelio de la renuncia absoluta
Lucas escribiendo para los idólatras del honor y de las riquezas de la tierra, les dice que lo dejen todo por el Reino de Dios. Nadie es tan absoluto en esta renuncia de las cosas para hacer pobres de verdad, como el evangelio de los pobres.
Se le llama también -ya les explicaba- el Evangelio de la oración y del Espíritu Santo
Porque es el evangelio que presenta mejor la trascendencia de este mensaje evangélico y nos eleva hacia Dios y de Dios hace derivar en la oración los momentos solemnes en que Cristo escoge los apóstoles, se transfigura y va a lanzar la Iglesia por el mundo, fruto de la oración y del espíritu.
Y se llama también al evangelio de san Lucas, el Evangelio del gozo mesiánico
Si quieren un mensaje de alegría y de optimismo, lean a San Lucas. Lean con qué alegría se cuenta la gran noticia, la buena noticia de que Dios ha venido y que los pecadores, los marginados, los que necesitan buenas noticias, la tienen allí en el evangelio y que por eso se llama la buena noticia.
La Iglesia, pues, se hace comunidad que trasmite a Cristo, que sigue la homilía de Cristo en el estilo de cada uno. Esto es maravilloso, también, cada comunidad, cada predicador, cada catequista, cada congregación religiosa, cada fisonomía de la Iglesia tiene su propio carisma, su propio modo de ser, pero entre todos contamos la maravilla de que Cristo vive a través de su espíritu, en nosotros.
Es el espíritu el que construye el cuerpo de cristo con todos los que le siguen
Aquí quisiera yo que leyéramos de nuevo o simplemente recordáramos la segunda lectura de hoy donde San Pablo, maestro de Lucas, se refiere precisamente a la constitución de esta Iglesia como un cuerpo en que todos somos miembros unos de otros. Cristo es la cabeza y el Espíritu que anima esa cabeza anima también como una misma vida de la cabeza y del cuerpo a todos los miembros que constituimos la Iglesia.
Y por eso, vuelvo a decirles, hermanos, lo que una vez les dije, precisamente ante el temor de quedarnos un día sin radio: El mejor micrófono de Dios es Cristo, y el mejor micrófono de Cristo es la Iglesia, y la Iglesia son todos ustedes. Cada uno de ustedes… desde su propio puesto, desde su propia vocación: la religiosa, el casado, el obispo, el sacerdote, el estudiante, el universitario, el jornalero, el obrero, la señora de mercado, cada uno en su puesto viva intensamente la fe y siéntase en su ambiente "verdadero micrófono de Dios Nuestro Señor".
Así la Iglesia tendrá siempre una predicación, será siempre homilía aún cuando no tengamos la feliz oportunidad que yo siento cada domingo: de entrar en comunión con tantas comunidades que durante esta semana me han manifestado el deseo de volver a oír esta emisora que casi se ha hecho pan de nuestro pueblo. Pero el día en que las fuerzas del mal nos dejarán sin esta maravilla de que ellos disponen en abundancia, y a la Iglesia se la regatean hasta lo último, sepamos que nada malo nos han hecho, al contrario, seremos entonces más "vivientes micrófonos" del Señor y pronunciaremos por todas partes su palabra...
3. LOS EFECTOS MESIANICOS Y SALVIFICOS EN LOS HOMBRES DE LA HOMILIA DE CRISTO
Quiero decir por último en mi reflexión homilética, o sea de homilía, los efectos mesiánicos y salvíficos de la homilía. Mesiánicos, es decir, todos los bienes que Cristo trajo. Salvíficos, fuerza de liberación como ninguna la palabra del evangelio.
a) El Evangelio es la predicación de Jesús, y se presenta en el evangelio de san Lucas como una misión de gracia, como una oferta de salvación
¿Cuál fue el texto que Cristo escogió en la abundancia del Viejo Testamento para presentarse en los tiempos mesiánicos? Lucas no sólo quiere contarnos el episodio de Cristo un sábado en la sinagoga de Nazaret. Lucas, al poner este episodio junto a su prólogo del evangelio, nos está queriendo decir: "Se anunciará en el mundo entero quien es Cristo, cuál es su obra, qué viene a decir".
Y por eso escoge y cuenta con halago- Lucas- el pasaje que Cristo leyó donde están todas las maravillas de la liberación: "El espíritu sobre mí. Porque él me ha ungido! ¡Me ha ungido! Cristo es el Ungido, eso quiere decir Cristo; Cristo o Mesías. Mesías es plabra hebrea que significa lo mismo que Cristo en griego, y en español ungido. Es el Ungido es el que es como asumido, como empapado del Espíritu Santo. Él es la plenitud del Espíritu de Dios, el Ungido".
¡Me ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres!
Esta es la misión de Cristo, llevar la buena noticia a los pobres, a los que sólo reciben malas noticias, a los que no sienten más que el atropello de los poderosos, a los que ven pasar por encima de ellos, las riquezas que hacen felices a otros. Para éstos viene el Señor, para hacerlos felices y decirles: no ambicionen, siéntanse dichosos y ricos con el gran don que les trae el que siendo rico se hizo pobre para estar con ustedes y saber que la mejor felicidad es compartir la alegría que Dios siente, con sus pobres.
Me ha enviado para anunciar a los cautivos la libertad; a los ciegos, la vista; libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor
Era el año sabático que todos esperaban con anhelo, porque ese año tenían que devolvérseles todas las cosas que se les habían quitado, y ese año también se cancelaban las deudas y comenzaba como una sociedad nueva. La hora que esperamos en El Salvador, no en gracia de un año sabático, sino en la fuerza de una reestructuración que el pueblo anhela y que va a lograr con el Cristo que ha venido precisamente a anunciar las nuevas sociedades, la buena nueva, los nuevos tiempos...
Por eso no me canso de decir a todos los hombres, sobre todo a los jóvenes que anhelan la liberación de su pueblo, que admiro su sensibilidad social y política pero que me dá lástima que la gasten por caminos que no son los verdaderos; que la Iglesia les está diciendo: por este camino, por el de Cristo. Pongan todo su empeño, toda su entrega, todo su sacrificio, hasta el afán de morir, pero muriendo por la causa de la liberación verdadera que la ha garantizado aquel que está empapado del Espíritu de Dios y que no nos puede dar caminos de engaño, el que puede asumir todas las preocupaciones liberadoras, reivindicativas del pueblo, que son gritos que claman hasta Dios y que Dios tiene que escucharlos. Ojalá todos escucháramos también, que el gran líder de nuestra liberación es este Ungido del Señor que viene a anunciar la buena nueva a los pobres, a dar la libertad a los cautivos, a dar noticia de los desaparecidos, a dar alegría a tantos hogares en luto, a que la sociedad sea nueva como en los años sabáticos de Israel.
b) La homilía debe llevar al culto adoración a Dios
Otro efecto de la homilía es: despertar la adoración de Dios. Aquí me gusta escuchar la primera lectura, y el marco histórico es conmovedor. Nehemías y Esdras son dos nombres de judíos que regresaron del destierro de Babilonia. Y cuando regresaban, las diversas caravanas se encontraban con una Jerusalén destruida. Había desilusión pero trabajaron la reconstrucción. Siempre ha sido el esfuerzo de los hombres no dejarse dominar por el pesimismo; reconstruir, no destruir. Y reconstruyendo estos hombres, ya terminando su obra, convocan a todo el pueblo que va recuperando su espíritu patriótico. Y es allí cuando se celebra esta solemne asamblea.
Todo el pueblo estaba escuchando a Esdras que, subido en una tarima como en nuestro ambón, leía el Pentateuco, lo escrito por Moisés, que Dios le mandaba a decir a su pueblo. Y les explicaba en forma de sencillas catequesis, qué quiere Dios en ésto, qué quiere decir aquí. La homilía al pueblo, la sencillez de la palabra, sin pretensiones retóricas ni oratorias, simplemente el amor al pueblo para que entienda a Dios y entre en contacto con Dios.
Esto es lo que pretendemos: que yo no sea un estorbo entre el diálogo de ustedes con Dios, sino que en cada corazón despierte la gratitud, el amor, la admiración, el arrepentimiento, el volverse a Dios. Para que una vez terminada la homilía, pudiéramos ver al pueblo, que alzando las manos, poniéndose de pie, respondiendo: "¡Amén!, ¡amén!, y se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor".
Nosotros, terminada la homilía, nos ponemos en oración también y celebramos la eucaristía. Y hoy, cada vez que se celebra un sacramento, se lee la Biblia y se hace una homilía. ¡Hoy es tan solemne la vida sacramental de la Iglesia¡ Para hacer un bautismo interesa que se preparen antes; y después vienen, se lee un pasaje del evangelio, el sacerdote explica. Y sólo cuando ya se ha despertado la fe, se lleva al niño a la pila bautismal para que comprendan los grandes qué es lo que va a pasar. Lo mismo en el matrimonio, que es un rito sacramental, también se lee la palabra de Dios, para los que se van a amar para siempre se sientan inclinados a esperar de Dios la fidelidad en ese amor. Todo es, pues, acercar a Dios.
Yo no pretendo otra cosa, queridos hermanos, y me alegra mucho cuando hay gente sencilla que encuentra en mis palabras precisamente un vehículo para acercarse a Dios, o de un pecador que se ha convertido a Dios. Este es el efecto de la verdadera predicación eclesiástica: la Iglesia, homilía de Cristo, continuando el mensaje de Cristo.
Alegría y fiesta en el corazón
Y produce otra cosa la homilía, que lo cuenta también el libro de Nehemías cuando dice: "Y añadieron los sacerdotes: Andad, hoy es un día consagrado a nuestro Dios. No hagáis duelos ni lloréis- porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley-. Y añadieron: Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene preparado, pues es un día consagrado a nuestro Dios". Diríamos que es el espíritu del domingo, el día del Señor, día de alegría, pero de una alegría no egoísta, de alegría que comparte con aquellos que no tienen. Lo que tenemos, compartidlo para sentirnos más felices.
¡Qué hermoso será el día en que una sociedad nueva, en vez de almacenar y guardar egoísticamente, se reparta, se comparta y se divida, y se alegren todos porque todos nos sentimos hijos del mismos Dios! ¿Qué otra cosa quiere la palabra de Dios en este ambiente salvadoreño si no la conversión de todos para que nos sintamos hermanos?
El evangelio también nos hace ver otro efecto de la homilía uno feliz y otro amargo.
El feliz es el que cuenta el pasaje que se ha leído hoy, cuando después nos dice que la gente lo admiraba y se sentía feliz junto a Cristo, porque habían recibido de él la gran revelación.
Denuncia de poca fe
Pero inmediatamente que Cristo comenzó a explicar en su homilía la denuncia de su pueblo, Nazaret donde él no podía hacer milagros a pesar de tanto que amaba a su pueblo, porque era un pueblo incrédulo, un pueblo que lo confundía con un simple hijo de María, hijo de un hombre. Cristo les dice: "También en otros tiempos hubo profetas en Israel pero no fueron enviados a los israelitas sino que los extranjeros vinieron y aprovecharon el mensaje". Se sintieron aludidos de que les estaba denunciando la incredulidad, su falsa piedad.
La sinagoga, formalística en su religión, no tolera que le digan que está malo el culto que está haciendo y lo que hicieron fue sacar a empellones al pobre Cristo, llevarlo a la altura que está a la orilla de Nazaret y de allí lo querían despeñar. Pero él, usando su potestad de Dios, pasando por en medio de ellos -todavía no había llegado su hora-, se salva. ¡La suerte de los profetas! Siempre tendrán que decir cosas buenas, y por la felicidad del pueblo señalarles también sus pecados para que se conviertan. Los que son humildes, le atienden y se salvan. Pero los que no, se obstinan y se pierden.
HECHOS DE LA SEMANA
Tenemos su fuente, pues, Jesús homilía de Dios. La Iglesia, homilía de Cristo; y los hombres, recibiendo con amor o con rechazo. Es la hora de ver si nuestra Iglesia de la Arquidiócesis, si nuestras comunidades y nuestro trabajo eclesial, es verdaderamente como un micrófono de Dios ¿tratamos de empaparnos del pensamiento de Cristo?
Los acontecimientos eclesiales de esta semana quizás son tan ricos, como los acontecimientos trágicos de la vida civil. Miren como va la Iglesia, haciéndose fuerte en su vida, porque las circunstancias la necesitan fuerte. Yo les quiero suplicar, queridos hermanos presentes en esta homilía, y los que a través de la radio la han de escuchar, que si son de verdad cristianos, nos comprometamos a hacer de nuestra Iglesia, la Iglesia fuerte que relaciona su vida con la vida de Dios. Y desde allí ilumina, habla al ambiente, y es verdadero pueblo de salvación.
EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS
¡Qué hermosa fue la celebración del domingo pasado, allá en San Francisco de Mejicanos! ¡Para celebrar un año de la muerte del P. Octavio Ortiz y los cuatro jovencitos que con él murieron trágicamente en "El despertar" de San Antonio Abad! ¡Qué participación más viva de comunidades venidas de tantas partes! Se me ocurrió compararla con un sermón de la montaña, ya que no cabía la gente adentro de la Iglesia y tuvimos que hacerlo bajo una arboleda muy significativa.
En Apulo, dos bellas experiencias eclesiales. Una academia de vocaciones adultas, muchachos que ya pensaban que no era para ellos el sacerdocio porque se pasaba su tiempo de estudio, y se les está dando la oportunidad de equilibrar sus capacidades para poner sobre ella la formación sacerdotal. Un día, primero Dios, ese grupo, serán sacerdotes bien convencidos porque han amado su vocación a pesar de todo.
También, allí, surgía esa misma tarde que estuve con ellos entre las comunidades de la parroquia de Ilopango, una comunidad de señoritas con votos religiosos y viviendo en el mundo. Son inspiraciones del Espíritu Santo. De veras que San Lucas dice: "el Espíritu que animó a Cristo, sigue animando a su Iglesia". Las comunidades de Ilopango son Iglesia como cualquier comunidad. Dichosas si todas se dejan invadir del espíritu del Señor.
El Senado Presbiteral, que es el grupo de sacerdotes elegidos por el mismo presbiterio para asesorar al obispo, ha estado en gran actividad esta semana. Quiero agradecerles públicamente las muchas luces, y sugerencias, y opiniones con que han enriquecido mi criterio pastoral.
En la vida religiosa hemos saludado a la Superiora General de las Religiosas Pasionistas y a la Madre Provincial de las Carmelitas Misioneras Españolas. Precisamente, esta Congregación de Carmelitas Misioneras va a hacer este día una profesión de religiosas ya brotadas en nuestra tierra, las primeras Carmelitas Misioneras de El Salvador.
Las religiosas Carmelitas de Santa Teresa, también han elegido a su nueva Superiora General y les auguramos nuevos éxitos en su trabajo religioso y eclesial.
Se celebró esta semana, con bastantes dificultades pero con constancia de parte de un grupo muy conspicuo, la semana de la unidad. En que católicos y protestantes, recorriendo diversos templos de ambas confesiones, han orado para que el ideal de Cristo se cumpla: que todos los cristianos seamos una sola cosa.
Y se acerca, en esta semana, el día de la Virgen de Candelaria. Desde ahora quiero avanzar una felicitación a la parroquia de Candelaria, y a la parroquia de Candelaria de Cuscatlán, y a todos aquellos pueblos, que son muchos, los que celebran como patrona a la Virgen de Candelaria.
Quiero recordar aquí como testimonio de Iglesia, las muestras de solidaridad que se han recibido, abundantes. Pero precisamente para honrar a la comunidad del Plan del Pino, donde ya van a tener hoy la ceremonia tan bonita de la congregación que preside aquella pastoral las Hermanas Carmelitas españolas, les leo la carta que me trajo la superiora Provincial de parte de la Hna. Rosa Vaquerano, a la que tanto quieren en esa comunidad. "Se de los problemas que siguen y de sus desvelos como siempre, y con estas Hermanas le envió mi cariñosa oración y sacrificios por ese país al que tanto amo y debo. Dios nos ama, no hay que dudarlo y espera algo de todo ésto, algo grande. A mí no me cabe que tanto dolor y sangre no germinen un día en una buena cosecha. Son tiempos duros, Dios quiera le entendamos también aquí, donde tan de pasada vemos e interpretamos los signos de los tiempos. Sigo como siempre creyendo en la Iglesia de la Arquidiócesis, y tendré siempre en mi vida como un estímulo, su ejemplo y su vivencia. Que las fuerzas del mal, recapaciten y aclaren al fin, qué pretenden? Y vuelvan, por fin al camino de la concordia y del amor desinteresado. Aquí en mi nuevo destino hablaré de lo que aprendí y con los que trabajé. Pediré al Señor por la paz tan deseada". Este es un saludo, pues, para las comunidades del Plan del Pino.
EN LA IGLESIA UNIVERSAL
Recogiendo para nuestra Iglesia, el magisterio universal del Papa, hay pensamientos que vienen a consolarnos y a iluminarnos como verdadera homilía de Dios que siguen siendo la Iglesia.
Cuando el Papa habla de que hay que orar por la unidad de los cristianos, también dijo que la Iglesia y el Papa, principalmente, tienen que ser mediador donde quiera pueda ser necesario para calmar las tensiones mundiales. "Es nuestra misión, sembrar la paz en todas partes". También el Santo Padre aboga por la libertad de los hombres. En varios países está creciendo el terrorismo, la preocupación y el temor van en aumento. "Los que creemos en Jesucristo estamos abocados a ser los arquitectos de reconciliación, pacificación y hermandad entre los hombres". Hermosas palabras, pues, para que este día en que hablamos de la Iglesia "micrófono de Dios", cada uno sea expresión del amor que Dios nos tiene como Padre y que nos quiere a todos como hermanos.
Hablando a los diplomáticos, el Papa se refirió a las dificultades del hambre en el mundo. "El año pasado pude visitar la sede de la FAO para compartir con los responsables de esta organización internacional, la preocupación por la urgencia que existe de aumentar y repartir más equitativamente los productos alimenticios. Pero los generosos planes que deberían atenuar la penuria presente y futura, se hallan comprometidos por cantidad de obstáculos que dependen menos de las posibilidades de la naturaleza que de la carencia de los propios hombres". ¡Qué triste esta constatación! Hay hambre no porque la tierra no dé, sino porque los hombres acaparan lo que la tierra dá y dejan a otros con hambre. "Es necesario que todos comprendamos que Dios ha creado para todos los hombres, y que la fraternidad es necesaria cuanto más se agudiza el egoísmo.
De su despreocupación por este problema, de su falta de solidaridad, del mal empleo de sus recursos, esto es lo que debería movilizar a los hombres y hacer converger los esfuerzos de todos. Pero en lugar de ésto, ¡cuántos fondos destinados a multiplicar los armamentos y los ingenuos mortales, cuántas incoherencias en los intercambios comerciales- Fíjense en esta frase del Papa como hecha para El Salvador- ¡Cuántas! energías derrochadas en luchas ideológicas, en políticas de prestigio y de poder pero poder ¿para quién?, ¿para qué bien común?" Las generaciones futuras, nos pedirán cuenta de ello. Una lucha por el poder, es evidente en El Salvador, una lucha de prestigios ideológicos; pero ¿se habrá tenido en cuenta que el poder es servicio y no es cumbre de ambiciones? Ojalá que los hombres de la política y de las organizaciones populares tengan muy en cuenta estas preguntas del Papa, de que estamos obligados a buscar el bien para todos, no el prestigio de unos pocos...
Muestras de solidaridad
Quiero expresar en forma de condolencia, la triste noticia que tanto ha afectado al querido hermano P. Porfirio Martínez y su familia. Asesinaron en San Francisco Chinamequita, a su papá, don Catarino Martínez y a su mamá doña Matea González de Martínez, y a un hermano, y dos sobrinos y un huésped de su casa. Unas masacres, no precisamente hechas por el ejército. Son también criminales, no se puede tolerar.
Saludo también de condolencia, extensivo al P. Julio Menjívar, que es pariente de estas dolorosas víctimas.
Quiero expresar una condolencia a la hermana del Hospital de la Divina Providencia, Sor Teresa Alas, porque le mataron allá en la región de Arcatao, a sus parientes, Doña Concepción Alas de Mejía, su hijo Gregorio Mejía y los Señores Salvador Mejía, Damián Mejía y otro hermano. Fue en Cantón Yusique cerca del Sumpul.
Quiero solidarizarme con el dolor de la familia del Dr. René Quintanilla, de San Miguel, que también pareció víctima de la violencia.
La comunidad de Aguilares está de dolor y quiero solidarizarme también con ella. En la noche del 24 al 25 de enero, sorpresivamente sacan de sus propias casas a José María Murillo, Anibal Corado Tejada, Emilio Estrada Alegría y otro muchacho no identificado. En otro cantón, es Santos Rivas Lemus, Antonio Alas Pocasangre, Fidel Américo González, Efraín Ernesto González y finalmente, en otro lugar, a Juan Umaña. Lo triste es que al día siguiente, los nueve capturados por la Guardia, aparecen muertos con torturas horrorosas en un lugar de aquella región. Y cuando los querían enterrar, agentes de seguridad pusieron término a las pobres familias que no les dieron tiempo más que de hacer cuanto antes esa triste operación. Se dice que el origen de todo ésto es la muerte de dos Guardias Nacionales. Si es así, también es otra venganza irracional.
Solidaridad con la comunidad de Arcatao, donde sigue el terror, la amenaza, la crueldad. En el diario ustedes pudieron ver la noticia de que apareció el guardia por el cual se levantó allá violencia y como fue, también, bárbaramente asesinado. No es justo que se hagan estas represarias por más culpable que sea un hombre. Así como tampoco es justo tomar unas venganzas tan desproporcionadas como la tormenta que han desatado en Arcatao, los agentes de la Guardia Nacional.
Yo quiero agregar a esta nota de Aguilares, mi solidaridad con las religiosas y el sacerdote que fueron la presencia valiente de la Iglesia, ya que acompañaron muy de cerca en el dolor y el sufrimiento a estas pobres familias de aquella comunidad parroquial.
De las Vueltas, en cambio, llega una carta de campesinos que ni saben firmar y han puesto todos sus huellas digitales, algunas firmas sí, poco legibles precisamente para quejarse de algunos cantones que se han tenido que ir a refugiar a la población porque organizaciones de FECCAS y UTC les amenazan con matarlos si no se organizan en sus organizaciones. Se me hace también una tiranía querer privar de la libertad a quienes tienen derecho a tomar opciones personales.
En el externado San José, continúan muchas familias sin vivienda. El externado les sirve de refugio pero ya llega la hora de abrirlo para clases. Yo quisiera hacer un llamamiento al Sr. Alcalde para que resuelva en forma efectiva y rápida este problema, que beneficiará no sólo a las familias sino también a la población estudiantil de aquel Colegio...
La Asociación de Empresarios de Autobuses me suplican expresar sus quejas ante las injusticias de que son objeto y su afán de servicio. Solicitan que se les proporcione la tecnificación de un sistema que verdaderamente sea ayuda para este servicio que ellos prestan al pueblo. Abogan por alternativas como cooperativización o nacionalización, y terminan con algo que me preocupa, dicen que el lunes 21, tuvieron asamblea y resolvieron que de no resolvérseles estas cosas, tendrían que ir a la huelga.
Me solidarizo con el Sr. Juan Francisco Cerna Rodas, que me pide que se haga una atracción a las personas que pusieron su nombre entre los que componen la UGB. Para él es una calumnia muy peligrosa y ojalá que a través de esta voz, suene su explicación y aclaración de que no tiene nada que ver con esa organización criminal.
Quiero terminar este pliego de solidaridades, con un nuevo llamamiento en favor de los secuestrados, don Jaime Hill Argüello, el Sr. Dunn, ex-Embajador de Sudáfrica; el Sr. Jaime Battle, el Sr. Mc Entee. Ya pasa mucho tiempo y creo que hay que abrirse a las capacidades de negociación, siempre buscando como en todo diálogo, la dignidad del hombre. Esta es la orientación de la Iglesia, los derechos del hombre, ante los cuales no hay que encapricharse con cosas imposibles sino saber subordinar a la dignidad del hombre -sea quien sea porque es hijo de Dios- Cualquiera otra exigencia y estrategia.
Juicio pastoral de la masacre del 22 de enero en la vida civil
Han sido muchos los actos de violencia en esta semana y todo quiero sintetizarlo en el comentario pastoral con que quiero terminar, acerca de la masacre del 22 de enero.
"Una vez más tengo que lamentar el que continúe la represión en contra de un sector del pueblo salvadoreño y se trata de encubrir la verdad de estos hechos sangrientos. Por ello, me vi obligado a nombrar una comisión que investigara como sucedieron estos acontecimientos para poder dar ahora un juicio pastoral sobre ellos.
Hechos
La conclusión a la que llegó esta comisión después de haber oído testigos presenciales fidedignos y de haber platicado con numerosos corresponsales extranjeros que se encontraban en el lugar de los hechos, es la siguiente:
1.) La manifestación convocada por la Coordinadora Nacional de Organizaciones Populares de Masas, se estaba realizando en una forma pacífica y ordenada... Esta actitud, desde un principio contrastó con la actitud provocadora de la derecha, a la que la misma Junta de Gobierno culpó como causante del desorden.
2.) Antes de que se iniciara la balacera, desde una avioneta se estuvo arrojando veneno contra los manifestantes. Los efectos de esta acción criminal no fueron tan graves porque los participantes de la manifestación pudieron contrarrestarlos y fueron favorecidos por hallarse al aire libre.
3.) También fue provocativa la actitud de algunos Guardias Nacionales que se encontraban en el interior del Palacio Nacional.
4.) Hay una gran convergencia de opiniones en señalar a estos Guardias Nacionales en el Palacio Nacional, como los responsables de la balacera...
5.) Algunos de los manifestantes defendieron a sus compañeros disparando también con armas de fuego...
6.) El saldo fue de 21 muertos y 120 heridos.
7.) Aunque sí hubo posteriormente acciones de repudio por parte de algunos miembros de las Organizaciones Populares (quema de algunos autos, saqueos) la mayoría de ellos, no se dejaron provocar como tal vez hubieran deseado los de la derecha, sino que se refugiaron en templos o edificios cercanos. Y varios miles sin dispersarse se fueron a proteger ordenadamente en el recinto de la Universidad Nacional...
8.) Esto último, provocó el que las Fuerzas Armadas, durante la noche, cercaron la Universidad para, según la versión de la Junta, protegerlos de ataques de la derecha e impedir que desde este centro de estudios enviaran miembros de las organizaciones populares a realizar desórdenes en las zonas residenciales. El cerco militar se mantuvo hasta el miércoles 23 a medio día. Durante este tiempo hubo frecuentes disparos desde afuera y dentro de la Universidad lo que a muchos les causó la impresión de que las Fuerzas Armadas pensaban violar otra vez la autonomía universitaria.
9.) Toda la información radial de estos acontecimientos fue controlada por el Gobierno, quien ordenó se mantuvieran por más de 48 horas las emisoras de radio en cadena nacional, difundiendo sólo la versión oficial.
10.) La Prensa nacional publicó sólo fotografías de los manifestantes que andaban armados, pero no de las actitudes de la derecha y de la Guardia Nacional que los agredieron...
Juicio pastoral
Sobre estos hechos quiero formular mi juicio de carácter pastoral.
Ante estos hechos tan dolorosos y ante los demás hechos trágicos de esta semana manchada de tanta violencia- algunos de los casos los acabo de mencionar -quiero, en primer lugar, dirigirme a todos sin excepción, los familiares de las víctimas y a los que resultaron heridos o golpeados, para comunicarles la palabra de esperanza del evangelio y la solidaridad pastoral y la oración de nuestra Iglesia...
Como pastor y como ciudadano salvadoreño, me apena profundamente el que se siga masacrando el sector organizado de nuestro pueblo sólo por el hecho de salir ordenadamente a la calle para pedir justicia y libertad. Estoy seguro que tanta sangre derramada y tanto dolor causado a los familiares de tantas víctimas, no serán en vano...
Es sangre y dolor que regará y fecundará nuevas y cada vez más numerosas semillas de salvadoreños que tomarán conciencia de la responsabilidad que tienen de construir una sociedad más justa y humana, y que fructificará en la realización de las reformas estructurales audaces, urgentes, y radicales que necesita nuestra patria...
El grito de liberación de este pueblo es un clamor que sube hasta Dios y que ya nada ni nadie lo puede detener...
A quienes caen en la lucha- con tal que sea con sincero amor al pueblo y en busca de una verdadera liberación- debemos considerarlos siempre presentes entre nosotros.
No sólo porque se mantienen en el recuerdo de quienes continúan sus luchas, sino también porque la trascendencia de nuestra fe nos enseña que con la destrucción del cuerpo no termina la vida humana... sino que esperamos, que por la misericordia divina, es tras la muerte cuando los hombres alcanzaremos la liberación plena y absoluta.
Las liberaciones temporales siempre tendrán que ser imperfectas y transitorias, y sólo tienen validez y vale la pena luchar por ellas en cuanto reflejan en la tierra, la justicia del Reino de Dios...
También me parece desproporcionado y, por tanto, injusto, el haber amordazado al pueblo imponiéndole por tanto tiempo la Cadena Nacional de Radio...
Hasta ahora la prensa y la televisión, generalmente sólo han difundido la versión oficial y otras versiones que interesadamente encubren la participación de la derecha y de los cuerpos de seguridad, y- quieren dar la impresión de que los causantes de tantos muertos y heridos fueron los manifestantes que andaban armados...
Ante el horroroso saldo de sangre y violencia que nos deja esta semana, quiero hacer, en nombre del evangelio, un nuevo llamamiento a todos los sectores salvadoreños: a dejar los caminos de la violencia y a buscar con mayor empeño soluciones racionales de diálogo, que siempre son posibles mientras los hombres no renuncien a su propia racionalidad y a su buena voluntad.
Se ha comprobado, una vez más, que la violencia no construye, sobre todo la violencia de una derecha recalcitrante que instrumentaliza la violencia represiva de la Fuerza Armada para violar, en su favor, los sagrados derechos humanos de la expresión y la organización que el pueblo ya sabe defender...
A la violencia de la Fuerza Armada, debo recordar su deber de estar al servicio del pueblo y no de los privilegios de unos pocos... Quisiéramos ver que reprimen con igual furia la subversión de la derecha, que es peor de criminal que la de la izquierda... y que puede ser mejor controlada por las fuerzas de seguridad...
A esta violencia intransigente de la derecha, vuelto a repetir la severa admonición de la Iglesia cuando le hace culpable de la cólera y de la desesperación del pueblo... Ellos son el verdadero germen y el verdadero peligro del comunismo que hipócritamente denuncian...
Recuerden que el soborno, aunque sea de millones, envilece; y que la complicidad en el atropello de los derechos humanos y la venganza desproporcionada debilita las fuerzas del gobierno, al que deben acuerpar en sus nobles anhelos de cambios, a que acrecienta la cólera del pueblo y sacrifica en aras del egoísmo de otros, la vida, el honor y la tranquilidad de muchos hombres y hogares que son igualmente queridos porque son también de nuestro mismo pueblo...
A la Junta de Gobierno, debo decir con mi pueblo, que es urgente demostrar con el cese de la represión que es capaz de controlar los cuerpos de seguridad que hoy parecen tener un gobierno paralelo que está haciendo mucho mal a la Junta...
Cada día que pasa, marcado por la represión de los cuerpos de seguridad, es un nuevo debilitamiento del gobierno y una nueva frustración del pueblo...
Finalmente, las organizaciones populares que dieron esta semana una demostración de madurez y sensatez al no dejarse provocar, sino retirarse con dignidad, han experimentado la superioridad y eficacia de la razón sobre la violencia... han comprobado con esa actitud que la Iglesia tiene razón cuando enseña que una ideología que se apoya en la violencia está demostrando su propia debilidad... Esta misma Iglesia, que defiende el derecho de organización y apoya a todo lo justo de sus reivindicaciones, no puede estar de acuerdo con las violencias desproporcionadas de las fuerzas de la organización ni con sus estrategias de destrucción y de crueldad que las hacen igualmente represivas que sus fuerzas antagónicas, ni con una ideología cuando ellas atentan contra la fe y los sentimientos de nuestro pueblo...
Y, en cambio, espera de ustedes, los organizados, que sean fuerzas racionales de política para el bien común del pueblo. Hacer la revolución no es matar a uno que otro hombre porque sólo Dios es dueño de la vida. Hacer la revolución no es hacer pintas en las paredes ni gritar desaforados en las calles. Hacer la revolución es reflexionar proyectos políticos que estructuren mejor un pueblo justo y de hermanos...
Finalmente, en mi apreciación pastoral, relato cuál ha sido la intervención de la Arquidiócesis, en esta situación.
Además de estas reflexiones y denuncias proféticas, el Arzobispo de San Salvador por razones humanitarias y a petición de la Comisión de Derechos Humanos, albergó a varios de los campesinos que se protegieron de la balacera en Catedral y El Rosario, y posteriormente fueron trasladados por la Cruz Roja. Estuvieron en el local del Arzobispado hasta que tuvieron garantías de poder regresar a sus hogares sin ser reprimidos.
También yo, personalmente, sugerí varias veces al Gobierno que quitara la cadena de radio, sobre todo porque mientras las radio-emisoras particulares estuvieron funcionando independientemente, ofrecieron un magnífico servicio social, dando los nombres de los heridos y muertos e informando con pluralismo, desde el lugar de los hechos...
Yo quiero repetir aquí lo que tanto he insistido: de que no se trata de quitar al pueblo los medios de comunicación, sino de hacer que el pueblo tenga criterios para usar los medios de comunicación, que sepan leer, que sepan oír la radio para no creer todo lo que se dice y así no hay necesidad de que nos encadenen sino que cada hombre siga el criterio de su propia verdad...
Acepté la petición de la Junta de Gobierno de formar una comisión que, junto con la Cruz Roja y la Comisión de Derechos Humanos, facilitara que al disolverse el cerco militar en torno a la Universidad, saliera pacífica y ordenadamente las miles de personas que se encontraban allí dentro, sin haber comido durante más de 24 horas.
Los representantes del Arzobispado, junto con los miembros de la Comisión de Derechos Humanos, además de cumplir esta misión comunicaron directamente a la Junta de Gobierno la versión que parece más verosímil sobre los sucesos del 22 de enero, y pidieron a la misma Junta, garantizara la no intervención de los Cuerpos de Seguridad en el entierro de los caídos ese día, petición que fue aceptada y cumplida. Ese mismo día concelebramos con los sacerdotes una solemne misa de cuerpo presente en la Catedral, por los muertos de este triste suceso. Queda, pues, constancia de que la voz de la Iglesia ha protestado por la masacre irracional del 22 de enero...
Y pide a la Junta de Gobierno que investigue pero con eficacia y sancione a los responsables, que purifique los cuerpos de seguridad e impida más eficazmente que no actúen en forma represiva e injusta, y que indemnicen a las familias de las víctimas, junto con los desaparecidos por motivos políticos en anteriores o en el actual gobierno, que fueron capturados por los cuerpos de seguridad..."
PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR
Y como decíamos, la homilía que es la aplicación de la palabra de Dios para iluminar la realidad, creo que ha cumplido su misión en esta mañana.
Lo que la homilía pretende
Y sólo falta una cosa, lo que la homilía pretende: Acercar esa realidad y esos hombres que reflexionan a adorar al verdadero Dios, a unirnos en el sacrificio eucarístico del Señor y desde el fondo de nuestra alma, oremos y pidámosle al Señor que salve a nuestra Patria, que dé a los hombres salvadoreños, la capacidad de su razón y de su buena voluntad para que encontremos caminos que no sean de sangre y de dolor, sino los caminos que Dios nos ha señalado al hacernos seres racionales.
Nos ponemos de pie y proclamamos nuestra fe...
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