San Pedro Canisio, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y doctor de la Iglesia, que, enviado a Alemania, se dedicó con ahínco a defender la fe católica y a confirmarla con la predicación y los escritos, entre los que sobresale el Catecismo, y encontró el reposo de sus trabajos en Friburgo, población de Suiza.
Conmemoración de san Miqueas, profeta, el cual, en los días de Joatán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, defendió con su predicación a los oprimidos, condenó los ídolos y las perversidades, y anunció al pueblo elegido que desde los días eternos nacería en Belén de Judá un caudillo que apacentaría a Israel con la fortaleza del Señor.
En Licia, san Temístocles, mártir, el cual, según se cuenta, en tiempo del emperador Decio se ofreció en lugar de san Dióscoro, que era buscado para ser ajusticiado, y tras haber sido torturado en el potro, arrastrado y apaleado, alcanzó la corona del martirio.
En Montecerignone, de la Romagna, beato Domingo Spadafora, presbítero de la Orden de Predicadores, que trabajó diligentemente en el ministerio de la predicación.
En Hanoi, en Tonquín, pasión de los santos Andrés Dung Lac y Pedro Truong Van Thi, presbíteros y mártires, los cuales, al desoir el mandato de pisotear la cruz, consumaron el martirio con la decapitación. Su memoria se celebra el día veinticuatro de noviembre.
En Coblenza, en Alemania, beato Pedro Friedhofen, religioso, que, desempeñando el oficio de caminero, fundó después la Comunidad de Hermanos de la Misericordia de María Auxiliadora, a causa de lo cual sufrió plácidamente y con ánimo sereno muchas burlas y molestias.
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