martes, 17 de diciembre de 2019

Novena al Divino Niño Jesús. Día 2: El celo por la Gloria de Dios (17 de diciembre)

Novena al Divino Niño Jesús. Día 2: El celo por la Gloria de Dios

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Divino niño Jesús, Tu conoces todos nuestros pesares, y todo te lo confiamos, da la paz a los turbados y alivio al corazón mío

  
Reza la Novena al Divino Niño Jesús para el día 2 y ten un encuentro con la dulzura y el amor del Niño Jesús. Alabanzas y Glorias le debemos a este Niño precioso que vino a nuestro encuentro para apaciguar nuestras tormentas y nuestra sed de Verdad.
Dile desde tu corazón: Oh dulce Jesús, Palabra eterna hecha carne, te damos gracias por haberte encarnado, por adoptar nuestra naturaleza humana para ennoblecerla y restaurarla.
En la creación del universo, manifestaste tu inmenso poder, pero ahora es toda la ternura de tu misericordia que muestras en la redención de la humanidad caída.
Tú, Señor, Todopoderoso, te conviertes en nuestro hermano para guiarnos de regreso a nuestro Padre. Solo Tu Amor infinito podría haberte inspirado a inventar esas locuras amorosas.
Niño Jesús, ¿cómo podemos hacernos dignos de semejante maravilla de amor y abnegación?
Yo, un pecador vil, intento elevarme por encima de todos, ¡mientras que Tú te aniquilas hasta el punto de ocupar el último lugar! ¡Basta, oh mi Dios!

Novena al Divino Niño Jesús.

Querido Niño Jesús, quiero seguirte en el camino de Tus humillaciones por mi amorosa aceptación de todas las ocasiones en que este último lugar me será ofrecido por Tu divina Providencia. Amén.

Segundo día: El celo del Niño por la Gloria de Dios

Muchos devotos de todo el mundo han pedido gracias a Dios por los méritos de la infancia de Jesús, y han obtenido gracias admirables.

1. Señal de la Cruz.

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

2. Acto de Contrición.

Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Aménn.

3. Oración inicial.

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición.
Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades.
Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad.
Amén.

4. Oración para el segundo día.

"...Y el Niño Jesús les dijo: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?" (Lucas 2,49)
Ninguna criatura ha deseado jamás con más ardor alguna cosa, como deseó el Niño Jesús glorificar a su Padre Celestial. Jesús vivió y se esforzó desde su más tierna edad, en hacerlo conocer, adorar, servir y amar; esta gloria era el único objeto de sus anhelos.
Por ello, a la edad de doce años, se quedó en el templo de Jerusalén, dialogando con los maestros de la Ley, sin que lo supieran sus padres.
¡Oh, mi querido Niño Jesús! Enciende en mi alma ese fuego divino; destruye de mi corazón el amor propio y de todo lo que no sea Dios o a Dios no se refiera, y que sólo conserve afectos para lo que puede serle agradable y procurarle gloria y amor.
Amén.
Oremos: Haz Señor, que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo en la humildad de su Encarnación, y confesar su omnipotencia en la debilidad de su infancia, para que, siguiéndolo con sencillez de corazón, acojamos como niños tu Reino, y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que por ser Dios, vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén

5. Oración final.

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente:
"Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado".
Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz.
Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo:
- Pedir la Gracia que se desea Obtener -
Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza.
Amén.
"Divino Niño Jesús, bendícenos" (7 veces)
Rezar el Padrenuestro, Ave María y Gloria

6. Gozos al Divino Niño Jesús.

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén

Novena al Divino Niño Jesús.

 
 
Redacción: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

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