San Juan de Kety, presbítero, el cual, siendo sacerdote, se dedicó a la enseñanza durante muchos años en la Academia de Cracovia, después recibió el encargo pastoral de la parroquia de Olkusia, en donde, añadiendo a la recta fe un cúmulo de virtudes, se convirtió para los cooperadores y discípulos en ejemplo de piedad y caridad hacia el prójimo, y después emigró a los gozos celestiales en Cracovia, ciudad de Polonia.
En Gortina, de la isla de Creta, diez santos mártires: Teódulo, Saturnino, Euporio, Gelasio, Euniciano, Zótico, Poncio, Agatopio, Basílides y Evaristo, todos los cuales, durante la persecución bajo el emperador Decio, negándose a sacrificar públicamente en la dedicación del templo de la diosa Fortuna, sufrieron tormentos y fueron finalmente decapitados.
En Roma, conmemoración de san Sérvulo, que, paralítico desde la primera infancia, recostado en un pórtico, cerca de la iglesia de san Clemente, daba siempre gracias a Dios en el dolor, como escribe san Gregorio Magno, y entregaba a los pobres lo que recogía en limosnas.
En Chartres, en la Galia, san Ivo, obispo, que reformó la orden de los canónigos e hizo y escribió mucho en favor del sacerdocio, la concordia del imperio y la utilidad de la Iglesia.
En Brixen, en la región de Trento, beato Hartman, obispo, el cual, siendo canónigo regular, fue elevado al episcopado y gobernó aquella Iglesia con prudencia y fidelidad.
En Islandia, san Thorlaco, obispo de Skalholt, empeñado en la reforma de las costumbres del clero y del pueblo.
En Cantorbery, en Inglaterra, conmemoración de san Juan Stone, presbítero de la Orden de San Agustín y mártir, que durante el reinado de Enrique VIII defendió valientemente la fe católica y consumó su martirio en el patíbulo.
En Valencia, en España, beato Nicolás, llamado «Factor», presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, encendido en ardentísima caridad, experimentó raptos místicos.
En Montreal, en Canadá, santa María Margarita d'Youville, religiosa, que habiendo enviudado educó piadosamente a sus dos hijos, encauzándoles hacia el sacerdocio, y se entregó con todas sus fuerzas a la asistencia de los ancianos y pobres de todo género, para lo cual fundó la Congregación de Hermanas de la Caridad.
En São Paulo, en Brasil, san Antonio de Santa Ana Galvao de França, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que se dedicó con gran fruto al ministerio de la predicación y de la penitencia, y fundó el Retiro de la Luz, en donde dirigió con gran discreción espiritual una comunidad de Hermanas.
En el territorio de Tjyen-Tiyon, en Corea, san José Cho Yun-ho, mártir, que todavía joven, siguiendo las huellas de san Pedro Cho Hwaso, su padre, murió ahorcado a causa de su fe cristiana.
En la región de Valencia, en España, beato Pablo Meléndez Gonzalo, mártir, el cual, siendo padre de familia, al arreciar la persecución contra la fe siguió el ejemplo Cristo sin arredarse, y por su gracia llegó al reino eterno.
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