lunes, 23 de diciembre de 2019

Novena al Divino Niño Jesús. Día 8: La Humildad del Niño Dios (23 de diciembre)

Novena al Divino Niño Jesús. Día 8: La Humildad del Niño Dios

novena al divino nino jesus dia  humildad del nino dios

En la Novena al Divino Niño Jesús del día 8, meditamos sobre la humildad del Niño Dios ¿Qué estás haciendo para que tu corazón sea humilde?

  
La Novena al Divino Niño Jesús viene con la idea de despertar el corazón y la conciencia hacia lo que es verdaderamente importante en estos tiempos: La navidad, la celebración de la venida del Hijo de Dios a través de un misterio de amor maravilloso, un regalo de la dulce misericordia de Dios para toda la humanidad.
Apártate un momento, silencia tu mente, aquieta esas emociones agitadas por estos días y dile al Niño Dios lo siguiente:
Oh dulce Jesús, Verbo eterno hecho carne, te doy gracias por traer la salvación al mundo vistiéndote con la culpa del pecado. Te veo en tu pobre establo, condenado a todos los sufrimientos merecidos por los pecadores.
Al contemplar la pobreza a la que tu amor por mí te ha reducido, reconozco que soy culpable ante ti y ante los hombres. Estoy alarmado por el número y la gravedad de mis pecados, y por mi incapacidad para pagar por ellos.
Por esta razón, oh Santo Niño Jesús, pídele a tu Madre divina que me tome en sus brazos y me ofrezca contigo al Padre Eterno. Pagaste por mi, Tú intercedes por mí. Has hecho mi penitencia. Por eso sufriste, por qué llevaste la cruz. Quiero reparar mis pecados al aceptar cada una de tus intervenciones purificadoras en mi vida.

Novena al Divino Niño Jesús.

Oh Jesús, Redentor del mundo, y muchas veces Redentor de mi alma, me rindo, Tú me has amado demasiado. Hazme prisionero de tu amor, para que hasta mi último aliento pueda amarte aún más de lo que te he ofendido. Amén.

Séptimo día: La Humildad del Niño Dios

Muchos devotos de todo el mundo han pedido gracias a Dios por los méritos de la infancia de Jesús, y han obtenido gracias admirables.

1. Señal de la Cruz.

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

2. Acto de Contrición.

Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

3. Oración inicial.

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición.
Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades.
Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad.
Amén.

4. Oración para el octavo día.

"Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y así encontrarán alivio". (Mateo 11,29)
El Niño Jesús fue humilde de corazón. Humilde en su nacimiento, humilde en su infancia, humilde en toda su vida, no queriendo ser reconocido sino como el hijo de un sencillo artesano, "el hijo del carpintero". Más tarde, cargado de oprobios delante de los tribunales de Jerusalén, rodeado de verdugos y calumniadores, no permitió a su corazón el más ligero desahogo.
Oh Santísimo Niño Jesús, mi único Modelo, manso y humilde de corazón, dadme la gracia para que, a ejemplo tuyo, sea también manso y humilde de corazón en todas las penas, enfermedades y contrariedades que en adelante me sobrevengan. Amén.
Oremos: Haz Señor, que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo en la humildad de su Encarnación, y confesar su omnipotencia en la debilidad de su infancia, para que, siguiéndolo con sencillez de corazón, acojamos como niños tu Reino, y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que por ser Dios, vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén

5. Oración final.

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente:
"Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado".
Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz.
Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo:
- Pedir la Gracia que se desea Obtener -
Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza.
Amén.
"Divino Niño Jesús, bendícenos" (7 veces)
Rezar el Padrenuestro, Ave María y Gloria

6. Gozos al Divino Niño Jesús.

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén

Novena al Divino Niño Jesús

 
 
Redacción: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario