viernes, 20 de diciembre de 2019

Novena al Divino Niño Jesús. Día 5: El Amor del Niño Dios a la humanidad (20 de diciembre)

Novena al Divino Niño Jesús. Día 5: El Amor del Niño Dios a la humanidad

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Rezando la Novena al Divino Niño Jesús nos acercamos al su corazón sagrado de Niño para dejarnos bañar por su gracia y de su misericordia

  
La devoción al Divino Niño Jesús a través de esta novena es otra manera de honrar el misterio de la encarnación de Cristo, de ensalzar su nacimiento glorioso por las bendiciones que trajo al hacerse un pequeño niño para nuestras salvación.
El Dios todopoderoso, creador del Cielo y el universo entero, se humilló a sí mismo despojándose de toda su realeza, asumiendo una naturaleza humana, sometiéndose a todo lo que la carne es heredera (menos los efectos del pecado original), sometiéndose a la autoridad terrenal de María y José abrazando además la pobreza del mundo.
San Juan Bautista reconoció el poder del Divino Niño Jesús aún estando en el Vientre de su madre. Después de su nacimiento, el Niño Jesús fue adorado primero por unos pastores pobres del campo y luego por unos Sabios Reyes Magos.
Muchos de los santos que entregaron su vida a Dios en el servicio y el matirio, tenían una devoción especial al Divino Niño Jesús, algunos de ellos tuvieron la bendición de tener visiones de Él.

Novena al Divino Niño Jesús.

Divino Niño Jesús, quiero enmendarme, y por amor a las humillaciones de tu pesebre, te prometo que sufrirás en paz todo el desprecio, las humillaciones y los desaires a los que te agradaría someterme. Amén.

Quinto día: El amor del Niño a la humanidad

Muchos devotos de todo el mundo han pedido gracias a Dios por los méritos de la infancia de Jesús, y han obtenido gracias admirables.

1. Señal de la Cruz.

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

2. Acto de Contrición.

Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Aménn.

3. Oración inicial.

¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición.
Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades.
Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad.
Amén.

4. Oración para el quinto día.

"Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros". (Juan 13,34).
Todas las acciones del Niño Jesús cuando vivía en Nazaret con su Santísima Madre y el patriarca San José, tuvieron por principio, después de la gloria de su Padre, el amor universal, el amor a los hombres.
En efecto, este amor fue el que lo obligó a dejar su gloria para revestirse de nuestra pobre y mortal naturaleza, y llevar una vida oscura, sometida a extrema pobreza y a toda clase de privaciones, fatigas y persecuciones, hasta morir en una cruz, y todo lo aceptó y sufrió con gusto para hacernos eternamente felices.
Oh mi adorable Niño Jesús, tan amante y tan poco amado... Perdona mis olvidos y los del mundo ingrato que no piensa en Ti. Tu corazón dulcísimo que tanto ha amado a los hombres, sólo ha recibido de ellos ofensas e ingratitudes.
Por este corazón herido por nuestros pecados, haz que en adelante no tenga corazón sino para amarte a Ti que eres mi único y sumo Bien. Amén
Oremos: Haz Señor, que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo en la humildad de su Encarnación, y confesar su omnipotencia en la debilidad de su infancia, para que, siguiéndolo con sencillez de corazón, acojamos como niños tu Reino, y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que por ser Dios, vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén

5. Oración final.

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente:
"Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado".
Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz.
Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo:
- Pedir la Gracia que se desea Obtener -
Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza.
Amén.
"Divino Niño Jesús, bendícenos" (7 veces)
Rezar el Padrenuestro, Ave María y Gloria

6. Gozos al Divino Niño Jesús.

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
  • "Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!". Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto. Amén

Novena al Divino Niño Jesús.


Redacción: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net

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