Entrena tu mente
Con estas tres palabras, en
mayúsculas grandes y agrandables, y medio escritas o a medio borrar,
comenzaba uno de los muchos mensajes de todo tipo que me han regalado o
compartido en estos días del confinamiento (confitamiento, que me decía una
lectora) por el asunto de 'el virus de la corona', tan inhumana y
despiadadamente letal.
ENTRENA TU MENTE
PARA VER LO BUENO
DE CADA SITUACIÓN.
Éste era el mensaje completo. Diez palabras como diez
mandamientos o bienaventuranzas sintetizadas en una sola buena noticia. Diez
palabras como un Evangelio.
¿Quién habrá sido la persona
pensante de tal dicho? ¿Una tal ANÓNIMA? Pues si tiene que ser así, que sea.
Pudiera ser también 'Fuenteovejuna'. Creo que fue Todes. Me suena mal,
casi que me irrita. Todes en la palabra o vocablo nacida de ese Todos y esa
Todas. Seguramente que dentro de cien años, año arriba año abajo, 'Todes'
aparecerá en la relación de términos del Diccionario de la Lengua de la Real
Academia de España.
Así pues, en cierta ocasión,
Todes me dijo: 'Entrena tu mente para ver lo bueno de cada situación'.
Nuestra situación en España,
Iberia, Europa y el Mundo mundial es de pandemia, o de guerra. Suena fuerte.
Pero ante los ojos de todos está. Ante los ojos también del sol y de la luna.
Ellos a lo suyo. Y nosotros a tener mucho cuidado con la verdad, porque ya está
siendo la primera víctima de esta guerra pandémica. ¿Guerra mundial?
Creo que no digo ni añado
nada que no se sepa. Y lo escribo desde uno de los centros de esta guerra que
es Madrid.
Escribo esta presentación
en el final de la semana previa a la llamada en la Iglesia 'La semana
santa'. En el comienzo de esta semana está el Domingo de los Ramos... Se nos
leerá el relato de la Pasión y Muerte y Sepultura de un judío llamado Jesús de
Nazaret según se nos ha contado por el narrador Mateo. Tiene tantos asuntos y
temas este relato que será siempre insuficiente el tiempo y el espacio para
comentarlos. Los que he elegido para este comentario los puedes leer a
continuación.
También podrás leer el relato
y comentario de una de las decisiones más importantes que tomó Simón Pedro y
que sólo se nos cuenta en el Libro de los Hechos. Creo que se trata de una
decisión que desconocen muchísimas personas. Tú, seguramente que no. Pero por
si acaso, lo advierto.
Nada más y a seguir con el
ejercicio de 'entrenar la mente para ver lo bueno de cada situación'.
Puedes leer los comentarios a
continuación. También en el archivo adjunto.
Domingo
de Ramos. Ciclo A (05.04.2020): Mateo 26,14 hasta 27,66.o
'Sólo
unas mujeres vieron estos hechos’. Así
lo escribo CONTIGO,
En
la tradición de la liturgia del Domingo de Ramos siempre se nos lee el relato
completo de ‘La Pasión’ según el Evangelista que se esté leyendo durante
ese año eclesial. Por estar en el ciclo A, el relato de la Pasión que debemos
leer y escuchar será el escrito por Mateo en su Evangelio y en los capítulos
vigesimosexto y vigesimoséptimo completos. Mt 26-27. Pero...
Pero
nuestras expertas autoridades en la liturgia nos han ‘podado’ de este relato de
la pasión los primeros versos (Mt 26,1-13). Quiero afirmar que esta omisión
constituye un preciso y precioso contexto en el que situar los acontecimientos
posteriores. Mateo 26,1 nos informa de que su Jesús de Nazaret ha
concluido el quinto y último de sus discursos. Este NUEVO MOISES que es el
Jesús de Mateo nos ha dejado su quinto mensaje (su pentateuco). Luego, Mateo
26,2-6 nos informa de todo cuanto va a pasar, como en la crónica de una
muerte anunciada. Los responsables de ella son las autoridades de la Religión
del único Templo.
Por
fin, en Mateo 26,7-13 nos informa de la existencia de una mujer a la que
este Jesús de Mateo sitúa en el primer lugar de sus seguidoras. Es una mujer
sin nombre, representante probablemente de quienes entendieron a Jesús y estuvieron
con él desde el comienzo hasta su muerte (no deje de leerse Mt 27,45-61, casi
el final del relato). ¡Cuánto olvido e injusto desconocimiento sigue pesando
sobre la presencia y mensaje de esta mujer sin nombre!
¿Cuándo
se van a leer en la liturgia de los domingos de este año de Mateo este relato
de 26,1-13? Nunca. Pero sigamos en el comentario que la Pasión del Jesús de
este Evangelista es demasiado larga. ¿Por qué se nos tiene que leer todo el
relato en un solo domingo? Además, en todo este relato no se habla de ningún
tipo de ramos. Creo que algo no está bien organizado en las liturgias de este
día en nuestra Iglesia, pero donde hay patrón no manda...
La
pasión de Jesús: El inicio de esta pasión está en la
celebración de la cena de despedida. Mateo se olvidó de constatar aquellas
famosas palabras que más de uno cree que están en todos los Evangelios.
¿Famosas palabras? Sí, éstas: ‘Haced esto en memoria mía’. ¿Qué
significa en este Evangelio ‘hacer algo en memoria de Jesús’? Nos lo ha dejado
dicho y escrito en el primero de sus discursos puestos en boca de su Jesús:
‘Cuanto desees que te hagan, házselo a los demás. Esta es toda la Ley y los
Profetas’ (7,12). No se puede decir más claro.
La
pasión de Jesús: El juicio que se suele calificar de
‘religioso’. Es decir, la religión de Israel juzga a Jesús de Nazaret y
encuentra que este laico de Galilea es un blasfemo (26,63-68). Según esta
Religión y su ‘derecho canónico y canonizado’, no hay otra sentencia que la
ejecución en la cruz y fuera de las murallas de Jerusalén para que ésta y su
Templo no queden manchadas por tal pecado.
La
pasión de Jesús: La ejecución de la sentencia se pone en
manos de Roma y de su presencia imperial. El Sanedrín cree que así se libera
del peso de la responsabilidad. Tira la piedra y esconde sus manos. El punto
final ya estaba anunciado en 26,2: muerto en una cruz y sepultado. Y de sus
seguidores, ¡sólo unas mujeres fueron los testigos de todos estos hechos!
Carmelo
Bueno Heras
Domingo 19º de ‘Los Hechos de los
Apóstoles’ (05.04.2020): Hch 12,1-23
“Ellos sí escucharán” (Hechos 28,28-29)
A
modo de un orfebre de mosaico fino el narrador Lucas va hilvanando los pedazos
de su texto y de la historia de los seguidores de su Jesús de Nazaret. En el
relato anterior nos informamos de la presencia viva de la pequeña o gran
iglesia de Antioquía de Siria a la que ya pertenecen Bernabé y Saulo (todavía
Saulo). Y recuerdo que Pedro, con sus más y sus menos aceptaciones que ya
vimos, se encontraba en su grupo de los DOCE en Jerusalén.
Y
aquí nos vuelve a situar el narrador, en Jerusalén, con los DOCE y de manera
especialísima con Pedro, según Hch 12,1-5: “En aquellos días el rey
Herodes se puso a perseguir a la iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago,
hermano de Juan... y decidió matar a Pedro. Era la semana de Pascua y mandó
encarcelarlo”. En aquellos días, sin precisar el año, escribe Lucas, en la fiesta
de Pascua, Pedro es apresado y encarcelado. Custodiado por dieciséis soldados.
Sentenciado idénticamente igual que el Jesús de Nazaret del Evangelista.
¡Cuántos paralelismos!
Hechos
12,6-11 es el relato que no debe olvidar el lector. El
encarcelado, encadenado, custodiado y adormilado Pedro recibe la visita del ángel
del Señor que lo despierta, custodia, desencadena y des-encarcela. Ante la
vista enceguecida de los soldados y de la noche, Pedro amanece en la luz de la
liberación. Se le ha acabado la cárcel de la Ley y de la autoridad judía.
En
Hechos 12,12-17, Lucas nos deja a los lectores contemplar a Pedro en el
comienzo de su nueva etapa en su vida. Pedro está solo en la calle y a la luz
del amanecer. ¿Es libre o se siente así? Que cada lector decida, porque Pedro
ya lo ha hecho: “Cayó en la cuenta y fue a casa de María, la madre de Juan
Marcos, donde había numerosas personas en oración y llamó” (12,12).
En
esta casa no habitaban los Doce, los creyentes judeocristianos. Tampoco podrían
ser los SIETE, ya dispersados fuera de Jerusalén. Lucas nos está presentando la
existencia de una tercera ‘iglesia, grupo, casa’ en Jerusalén. Una comunidad de
mujeres. Ahí es donde va Pedro.
Y
desde ahora y más que nunca, que cada lector se atreva a ser intérprete. Pedro
decidió abandonar el grupo de los Doce y... “se fue a otro lugar’. Al
hacerse pleno día se armó un buen alboroto” que provocó la muerte de los
soldados carceleros y, poco después, del propio Herodes que “expiró roído por
los gusanos” (Hechos 12,18-23). De nuevo, según Lucas, la presencia activa del
ángel del Señor nos sorprende con sus actuaciones. El ángel de... Lucas.
Nada
se volverá a saber de Pedro hasta cuando sucedan los acontecimientos que cuenta
el narrador en el capítulo decimoquinto. Me quedaré siempre con el interrogante
de saber qué fue de este Pedro en este tiempo de absoluto silencio. Me quedaré
siempre con el interrogante de saber cómo era aquella tercera comunidad de
mujeres en Jerusalén. Me...
Y
el narrador parece desear volver a la calma de la realidad y finaliza esta
sección de Jerusalén con estas palabras que volveré a recordar más tarde: “La
Palabra cundía y se propagaba. Y cuando cumplieron su misión, Bernabé y Saulo,
se volvieron de Jerusalén y se llevaron a Juan Marcos” (12,24-26).
Dicen... que este Juan Marcos escribirá el llamado ¡Evangelio de Marcos!
Volveremos a saber de él y de sus decisiones, después de haber salido de esta
‘casa de María’.
Carmelo
Bueno Heras
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