miércoles, 27 de mayo de 2020

Santos del día 28 de mayo

Santos del día 28 de mayo
Quinto Kalendas iunii
En Corinto, ciudad de Acaya, santa Helicónides, mártir, que en tiempo del emperador Gordiano, bajo el gobernador Perenne y después bajo su sucesor Justino, fue probada con muchos tormentos y consumó finalmente el martirio con la decapitación.
En Chartres, en la Galia Lugdunense, san Carauno, mártir.
En Urgel, en la Hispania Tarraconense, san Justo, obispo, quien expuso por escrito en clave alegórica el Cantar de los Cantares y participó en varios concilios hispanos.
En París, en la Galia, san Germán, obispo, que habiendo sido antes abad de San Sinforiano de Autún, fue llamado a la sede de esta ciudad, donde, conservando el estilo de vida monástico, ejerció una fructuosa cura de almas.
En el monasterio de Gelona, en la Galia Narbonense, san Guillermo, monje, el cual, habiendo sido personaje muy brillante en la corte imperial, se unió luego con verdadero afecto de amor a san Benito de Aniano y vistió el hábito monástico con gran honestidad de costumbres.
En Canterbury, en Inglaterra, beato Lanfranco, obispo, que, monje de Bec, fundó en Normandía una célebre escuela y debatió con Berengario acerca de la presencia real del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. Posteriormente fue promovido a la sede de Canterbury, donde se ocupó con empeño en la reforma de la disciplina eclesiástica en Inglaterra.
En Pisa, de la Toscana, santa Ubaldesca, virgen, quien durante cincuenta años, desde los dieciséis de edad hasta su muerte, realizó de forma constante y perfecta obras de misericordia en el hospital de su ciudad
En Castelnuovo de Garfagnana, también en la Toscana, beato Herculano de Piegaro, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, el cual, predicador eximio, refulgió por su austeridad de vida, por su constante abstinencia y por la fama de sus milagros.
En Londres, en Inglaterra, beata Margarita Pole, madre de familia y mártir, que, siendo condesa de Salisbury y madre del cardenal Reginaldo, fue decapitada en la cárcel de la Torre de Londres en tiempo del rey Enrique VIII por haber desaprobado su divorcio, encontrando así reposo en la paz de Cristo.
En Florencia, de la Toscana, beata María Bartolomea Bagnesi, virgen, hermana de la Orden de Penitencia de Santo Domingo, que soportó muchos y muy duros dolores durante casi cuarenta años.
En Londres, en Inglaterra, beatos Tomás Ford, Juan Shert y Roberto Johnson, presbíteros y mártires, los cuales, habiendo sido falsamente acusados de conjuración ante la reina Isabel I, fueron condenados a muerte y colgados a un mismo tiempo en el patíbulo de Tyburn.
En la localidad de Cho Quan, en Cochinchina, san Pablo Hanh, mártir, que, habiendo rechazado la moral cristiana, encabezó una banda de ladrones, pero más tarde, apresado en tiempo del emperador Tu Duc, confesó ser cristiano, y no habiéndose desviado de la fe ni por halagos, ni azotes, ni por lacerantes tenazas, culminó su glorioso martirio con la decapitación.
En Sachsenhausen, en Alemania, beato Ladislao Demski, mártir, el cual, siendo polaco de nacimiento, fue internado en el campo de concentración y cruelmente torturado por defender su fe ante los sectarios de las doctrinas que negaban toda la dignidad humana y cristiana.
En la ciudad de Dzialdowo, en Polonia, beato Antonio Julián Nowowiejski, obispo de Plock, quien, habiendo sido recluido en un campo de concentración durante la guerra, emigró al encuentro del Señor consumido por el hambre y las crueles torturas.

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