viernes, 16 de agosto de 2019

Evangelio del día y Reflexión del Papa Francisco 16082019


Evangelio del día: El matrimonio es indisoluble. No son dos sino una sola carne
Evangelio del día. AUDIO. Mateo 19,3-12 - XIX semana tiempo ordinario: El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa

Evangelio del día: Mateo 19,3-12

Evangelio del día: (El matrimonio, el divorcio y el adulterio): "En aquel tiempo, Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?". El respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?". El les dijo: "Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio". Los discípulos le dijeron: "Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!" Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

[...] Jesús recuerda la plenitud de la armonía de la creación: "Desde el comienzo de la creación, Dios los hizo varón y mujer".
Está claro, que Él no se equivoca, Él no busca hacer un buen papel delante de ellos: "Dios los hizo varón y mujer". E inmediatamente añade:
"Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa; y la mujer dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposo - se sobreentiende - y los dos se harán una sola carne".
Esto es fuerte : "Una simbiosis, una carne sola, así siguen adelante: ya no son dos, sino una sola carne". Por lo tanto, que el hombre no separe lo que Dios ha unido.
[...] Jesús responde desde la verdad aplastante, desde la verdad contundente - ¡esta es la verdad! -, desde la plenitud, siempre...
[...] Sin embargo, Jesús es muy misericordioso, es tan grande que nunca, nunca, nunca cierra la puerta a los pecadores. Se comprende cuando les pregunta: "¿Qué les prescribió Moisés? ¿Qué les ordenó Moisés?". La respuesta es que Moisés permitió escribir un acta de divorcio. Y es verdad, es verdad. Pero Jesús responde así:
"Teniendo en cuenta la dureza de sus corazones escribió para ustedes este precepto".
Aquí está la plenitud de la verdad, esa verdad fuerte, contundente, pero también la debilidad humana, la dureza del corazón. Y Moisés, el legislador, hizo esto, pero que las cosas queden claras: la verdad es una cosa y otra cosa es la dureza del corazón que es la condición pecadora de todos nosotros.
Por ello Jesús deja aquí la puerta abierta al perdón de Dios, pero en casa, a los discípulos, les repite la verdad: "Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio". Jesús lo dice claramente, sin giros de palabras: "Y si ella repudia a su esposo y se casa con otro, comete adulterio".
[...] Jesús, al recordar a Moisés, nos dice que está la dureza del corazón, está el pecado. Pero algo se puede hacer: el perdón, la comprensión, el acompañamiento, la integración, el discernimiento de estos casos. Con la consciencia de que la verdad nunca se vende, nunca.
[...] Nosotros debemos caminar con estas dos cosas que Jesús nos enseña: la verdad y la comprensión, sugirió Francisco. Y esto no se resuelve como una ecuación matemática, sino con la propia carne: es decir, yo cristiano ayudo a esa persona, a aquellos matrimonios que atraviesan una dificultad, que están heridos, en el camino de acercamiento a Dios.
Permanece el hecho que la verdad es aquella, pero esta es otra verdad: todos somos pecadores, en camino.
Y siempre está este trabajo por hacer: cómo ayudar, cómo acompañar, pero también está cómo enseñar a aquellos que se quieren casar, cuál es la verdad sobre el matrimonio. (Homilía en Santa Marta, 20 de mayo de 2016)

Evangelio del día de hoy


Comentarios del Evangelio de hoy en audio:
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Evangelio del día

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