Beata Clelia Merloni, fundadora
fecha: 21 de noviembre
n.: 1861 - †: 1930 - país: Italia
canonización: B: Francisco 3 nov 2018
hagiografía: Congregación
n.: 1861 - †: 1930 - país: Italia
canonización: B: Francisco 3 nov 2018
hagiografía: Congregación
Elogio: En Roma, Italia, beata Clelia
Merloni, fundadora de la congregación de Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús
Clelia Merloni, Fundadora de las Apóstoles
del Sagrado Corazón de Jesús, nació en Forlí, Italia, el 10 de marzo de 1861.
Su madre, María Teresa Brandinelli, murió cuando Clelia tenía tres años de
edad. Su padre, Joaquín Merloni, un rico industrial, se casó con María Giovanna
Boeri, que, con su abuela, le enseñó mucho sobre la fe y ayudó a Clelia a
desarrollar una personalidad fuerte y confiada.
En 1876, Clelia comenzó sus estudios en el
internado de las Hijas de Nuestra Señora de la Purificación, en Savona, pero
salió después de un año, por haber enfermado. Ella fue educada en casa, en
lenguas extranjeras y piano. Su padre planeaba una vida de lujo y casamiento
para ella, pero su único deseo era la vida religiosa. En 1883, ella entró en la
Congregación de las Hijas de Nuestra Señora de las Nieves (Savona) como Hna.
Albina, pero volvió nuevamente para su casa despues de apenas cuatro años,
debido al debilitamiento de su salud.
En 1892, Clelia entró en la Congregación
de las Hijas de Nuestra Señora de la Providencia en Como, donde se dedicó a la
vida religiosa con alegria y celo. Después de una recuperación aparentemente
milagrosa de la tuberculosis al final de una novena al Sagrado Corazón de Jesús
y al Inmaculado Corazón de María, ella comprendió que el designio de Dios sobre
su vida era fundar una Congregación religiosa de Hermanas consagradas al
Sagrado Corazón de Jesús que se dedicaría al bien de los pobres, de los
huérfanos y de los abandonados, y que ofrecería sus vidas de buenas obras para
la conversión de los pecadores (para Clelia, este último significaba
especialmente la salvación del alma de su padre que era ateo y pertenecia a la
masonería).
El 30 de mayo de 1894, en la Iglesia de
San Francisco, en Viareggio, Clelia fue presentada junto con dos compañeras
como las primeras Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús. Nacía una nueva
Congregación.
El Instituto creció rápidamente. Clelia
abrió una escuela infantil, una casa para ancianos y un orfanato, todo gracias
al generoso apoyo financiero de su padre. A medida que el número de hermanas
crecía, las obras se multiplicaban, también fuera de Viareggio. Con la muerte de
su padre, en san Remo, el 27 de junio de 1895, Clelia se convirtió en la única
beneficiaria de su patrimonio. Su conversión en el lecho de muerte fue el fruto
de las oraciones y sacrificios de Clelia a lo largo de los años.
Infelizmente, la expansión resultante de
sus obras fue bruscamente interrumpida después de tres años, cuando el
Sacerdote que administró las finanzas, después de haber perdido mucho dinero
con la indebida administración de sus bienes, huyó para Francia con los fondos
restantes. La quiebra forzó a las Apóstoles a abandonar sus numerosas obras,
también en la ciudad de Viareggio.
Por la Divina Providencia, Madre Clelia
tuvo la oportunidad de conocer al Obispo de Piacenza, Juan Bautista Scalabrini,
que ayudó a las hermanas a salir de esa delicada situaciónen que se
encontraban. En 1900, ella envió a las Apóstoles en misión, para ayudar a los
inmigrantes Italianos que se instalaban en Brasil, y dos años después para
Boston (EEUU).
Madre Clelia y 18 Apóstoles hicieron su
profesión religiosa en la Catedral de Piacenza el 11 de junio de 1900. A pesar
de la alegria de su consagración, bien como del éxito ministerial que resultó
de la colaboración con el Obispo Scalabrini, la lucha interna crecia entre las
hermanas: dos grupos distintos se formaron en la misma congregación – aquellas
que querian permanecer con el carisma fundador y aquellas que se inclinaban
para el de la congregación del Obispo. Además de eso, Madre Clelia se volvió
víctima de calumnias despues de la quiebra y procesos legales subsiguientes. No
queriendo acusar públicamente al sacerdote que anteriormente habia mal
administrado y robado el dinero de la Congregación, ella se culpaba a si misma,
lo que la llevó a la incomprensión.
Ella ya no era consultada sobre cuestiones
relativas al gobierno de la congregación, el nombre del Instituto fue cambiado
y fueron publicadas nuevas Constituciones, a las cuales la Congregación para
los Religiosos impuso el cumplimiento. El 28 de febrero de 1904, por decreto
del Vaticano, Madre Clelia fue destituida de su título de Superiora General
pasando el gobierno para Madre Marcelina Viganó.
Despues de un año, Madre Clelia fue
reintegrada, pero tres visitas apostólicas siguieron, al termino de las cuales
Madre Clelia fue una vez más retirada de su cargo por un decreto de la
Congregación para los Religiosos del 13 de septiemre de 1911.
Numerosos pedidos de Madre Clelia para
rever su caso quedaron sin respuesta, mientras que la discordia en la
Congregación crecía y las hermanas leales a Madre Clelia fueron apartadas de la
Congregación. Sola y considerándose un obstáculo para la paz de la comunidad,
Clelia decidió dejar el Instituto que habia fundado en vez de verlo desgarrado
por la discordia.
En julio de 1916, comenzó para ella un
periodo muy difícl de exilio: Genova, Turín, Roccagiovine y Marcellina, fueron
sus pasos a lo largo del camino hacia el Calvario. Su nombre se volvió
desconocido para las sucesivas generaciones de Apóstoles; se prohibió
escribirse con ella.
El 16 de agosto de 1920, Madre Clelia escribe
al Papa, implorando ser autorizada a reintegrarse en la Congregación que ella
había fundado. Solamente el 7 de marzo de 1928, Madre Clelia fue autorizada a
volver a la Congregación. Ya anciana y muy débil, pasó los últimos dos años de
su vida en una habitación alejada de la comunidad, pero conectada a un pequeño
coro que daba al altar de la Capilla. Esios años fueron marcados por una
intensa oración, una tierna caridad para todos los que ella conoció, y una
ofrenda plena al Corazón de Jesús para la salvación de las almas.
Por encima de todo su espíritu de perdón
era una marca de su exquisita caridad, purificada por el fuego que brillaba
como una extrordinaria perla, especialmente cuando ella era objeto de
injusticias graves y calumnias infundadas.
Madre Clelia murió en Roma , el 2 de
noviembre de 1930, y fue sepultada en el cementerio Campo de Verano, que fue
bombardeado duarante la Segunda Guerra Mundial.
En 18 de julio de 1943, durante la Segunda
Guerra Mundial, aviones aliados bombardaron el área entorno de la estación de
trenes en San Lorenzo, llegando también al cementerio de Verano, donde muchas
sepulturas fueron destruidas e damnificadas. Esperando el fin de la guerra en
1945, comenzó la búsqueda para encontrar los restos de la Fundadora, en medio de
la desvastación. Días después, los trabajadores encontraron el ataúd de Madre
Clelia todavia sellado, que fue traido a la presencia de Superiora general para
su abertura. El cuerpo de Madre Clelia estaba incorrupto.
A partir de ese momento, comenzó una procesión
ininterrumpida de Religiosos para el Cementerio de Verano para ver el cuerpo de
Madre Clelia. Muchas personas fueron confiando en su intercesión, tocando su
cuerpo y agradeciendo. El 20 de mayo de 1945, Solemnidad de Pentecostés, el
cuerpo de Madre Clelia fue solemnemente transferido en procesión fúnebre para
la Iglesia dedicada a Santa Margarita de Alacoque, en la Casa general.
Los restos mortales fueron colocados en la
pared derecha de la Iglesia de la Casa General, la inscripción grabada en su lápida
de mármol: “Madre Clelia Merloni, fundadora del instituto Apóstoles del
Sagrado Corazón de Jesús, EL Corazón de Jesús fue la luz de su existencia. El
pobre, el oprimido, el infeliz, su latido más tierno. Ella vivió la pureza, la
simplicidad y la caridad”.
fuente: Congregación
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ingreso o última modificación relevante: 8-1-2019
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