Los enfrentamientos étnicos fueron causados en primera instancia por una disputa entre el primer ministro Abiy Ahmed y Jawar Mohammed, analista y activista político. Jawar acusó al primer ministro de haber intentado asesinarlo y miles de personas salieron a las calles de Adís Abeba (la capital de Etiopía) para mostrar su apoyo.
Sin embargo, lo que comenzó como una protesta pacífica, pronto se convirtió en un enfrentamiento étnico que ya ha se ha cobrado unas 70 vidas, entre ellas, las de 3 predicadores cristianos cuyos cuerpos fueron mutilados y quemados.
Para la iglesia cristiana ortodoxa de Etiopía esto no es algo nuevo, ya que durante mucho tiempo han denunciado como los cristianos del país han sido objeto de presión y persecución por parte del islamismo radical. El propio líder de la iglesia del país, Abune Mathias, comunicaba de forma pública la impotencia y la falta de medios que tenía él y el resto de los líderes para proteger a su gente.
El pasado 28 de octubre cientos de cristianos se reunieron en Addis Ababa para participar en una vigilia cuyo objetivo era recordar a aquellos que perdieron la vida durante los enfrentamientos.
Aunque a día de hoy los enfrentamientos han sido disipados, muchos cristianos tienen miedo a causa del incremento de la presión y la persecución por parte de otros grupos étnicos. Esto sumado a la falta de recursos que muchos sufren, los coloca en una situación de vulnerabilidad crítica.
Apoyemos a los cristianos de Etiopía durante este tiempo tan duro. Muchos necesitan consuelo y ánimo para proseguir con sus vidas en medio de la situación tan tumultuosa por la que pasa el país y otros tantos carecen de los recursos básicos para ni siquiera mantener a su familia. Oremos por el pueblo de Dios en Etiopía.